martes. 19.03.2024
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Se han cumplido 20 años de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, Ley que supuso una esperanza para los trabajadores porque se basaba en la posibilidad de prevenir los accidentes y las enfermedades en el trabajo. Durante este tiempo se ha generado una gran infraestructura de servicios de prevención, se ha publicado abundante legislación...pero hoy en el trabajo se sigue muriendo y perdiendo la salud con cifras escandalosas.

Existe un infradeclaración de los datos reales sobre los daños a la salud producidos en el trabajo, en el año 2014 más de 500 muertos y más de 500.000 accidentes con baja que este año superaremos con creces, no se están registrando los producidos en la economía sumergida y otros no se declaran por miedo al despido. En cuanto a las enfermedades profesionales se estima que el 75% no se declaran y en enfermedades como el cáncer rozan el 100%, una cuarta parte de la población trabajadora esta expuesta a cancerígenos en su puesto de trabajo. Estas enfermedades son atendidas por el sistema público de salud como enfermedad común, generando un gasto al sistema que debería ser  financiado por las cotizaciones de empresarios y trabajadores pero lo más importante es que al no reconocer su origen profesional no se van a poner medidas preventivas y los trabajadores van a seguir enfermando.

Las causas de esta situación podemos encontrarlas en:

Haber dejado la prevención de riesgos y en especial la atención a la salud de los trabajadores en manos de los empresarios, siendo las mutuas asociaciones de empresarios sin ánimo de lucro y de las empresas privadas de prevención dependientes de quien les paga, los empresarios.

La falta de mentalidad preventiva de los empleadores que consideran la prevención de riesgos laborales, un gasto para su empresa y una amenaza para sus beneficios.

Incumplimiento masivo de la normativa de prevención de riesgos laborales por los empresarios y por la administración, siendo esta un mal ejemplo para obligar a cumplirla a los demás. Los incumplimientos quedan impunes en su gran mayoría o con unas penas que no se corresponden con la gravedad de los sucesos.

La Ley de Prevención no tiene en cuenta las relaciones de poder que subyacen en las relaciones laborales, en la actualidad con las reformas laborales, el debilitamiento de los sindicatos y de la negociación colectiva han hecho que los trabajadores hayan perdido poder frente al capital y sean más vulnerables. Con el desempleo que existe, la amenaza de perder el empleo se convierte en un mecanismo disciplinario y de presión sobre los trabajadores que van a asumir más riesgos.  La precariedad ha aumentado produciendo inseguridad y miedo Los empleadores han empeorado las condiciones de trabajo cuyos efectos sobre la salud son enormes a corto y largo plazo disminuyendo la calidad de vida y la esperanza de vida. Han paralizado la escasa prevención que se realizaba, quedando para los trabajadores fijos de las grandes empresas con representación sindical, mientras los más vulnerables los trabajadores ilegales, los precarios realizan el trabajo más peligroso. Han cambiado las leyes para poder despedir por problemas de salud (ET).

La Ley ignora también, en su aplicación, las desigualdades sociales de género, empleo, clase, categoría profesional… considerando homogénea a la población trabajadora.

La organización del trabajo que nos han impuesto esta exponiendo a los trabajadores a riesgos psicosociales que generan en la población trabajadora estrés, depresiones, enfermedades psicosomáticas, suicidios...de los que también desconocemos sus cifras.

Falta de cultura preventiva en la sociedad, que asiste indiferente a las muertes y enfermedades del trabajo, ¿desconocimiento o hemos vuelto a considerarlas inevitables como hace 20 años? Para el gobierno y los partidos políticos no es un tema prioritario. Existe un silencio por parte de los medios de comunicación y redes sociales. La salud laboral no ha sido asumida por la población como un derecho fundamental.

Por todo ello, desde  la Federación de Asociaciones de la Sanidad Pública pensamos que habría que abordar las siguientes propuestas para mejorar la salud de los trabajadores:

1) Es urgente la unión, organización y movilización de toda la sociedad, articulada por los partidos políticos progresistas, los sindicatos de clase y organizaciones sociales para dar una respuesta colectiva y equilibrar las fuerzas del trabajo y el capital. Para ello sería necesario cambiar el modelo productivo, para crear empleo de calidad, eliminar las reformas laborales, recuperar los derechos sociales y laborales perdidos.

2) Potenciar los servicios públicos. Como la educación, la atención a la dependencia y la sanidad que vuelva a ser universal, gratuita y de calidad reconquistando las privatizaciones que se han llevado a cabo. Impulsar el desarrollo de la Ley General de Salud Pública. Aumentando la protección social.

3)  Actualizar la normativa de salud laboral a la realidad del SXXI, teniendo en cuenta las relaciones de poder, las relaciones laborales, las desigualdades sociales entre los trabajadores, protegiendo especialmente a los más vulnerables. La salud tiene que llegar a todos los trabajadores, incluidos los parados con programas de apoyo psicosocial.

4)  Garantizar el derecho a la salud y a la seguridad en el trabajo por la Administración Pública. Vigilando y controlando las actividades preventivas de las empresas, sobretodo a las que no cuenten con representación sindical, investigar y reconocer los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, actualizando el cuadro a la realidad.

5)  Integrar las mutuas en el Sistema Público: La salud de los trabajadores no puede seguir en manos de los empresarios a través de las mutuas o de empresas privadas de prevención.

6)  Garantizar la formación de los profesionales sanitarios en salud laboral, para que puedan detectar los daños a la salud producidos por el trabajo.

7)  Crear Unidades de Salud Laboral: con equipos multidisciplinares de profesionales para asesorar a los trabajadores sanitarios  y coordinar las actividades con los servicios de prevención de las empresas.

8)  Respetar los derechos de participación de los trabajadores y sus representantes en la prevención de riesgos laborales, reconociendo su conocimiento y experiencia para identificar los riesgos y proponer las medidas preventivas junto a los profesionales de la prevención, que serán incorporados a la historia clínica. Potenciar los comités de seguridad y salud.

9)  Servicios de prevención públicos para las pymes y para el resto de las empresas el servicio de prevención deberá ser propio y estarán coordinados con las Unidades de Salud Laboral.

10)  Cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales reforzando los instrumentos de control: la Inspección de Trabajo con más personal y que se impliquen en la realidad de las condiciones de trabajo y del empleo, en la organización del trabajo y en todo tipo de riesgos. Reforzar las instituciones que intervienen en la prevención de riesgos laborales: Institutos, Fiscalía, Poder Judicial...

11)  Potenciar la investigación en general y de los nuevos riesgos laborales. Haciendo los estudios epidemiológicos necesarios para poner de manifiesto la relación del trabajo con la salud en temas como el cáncer, las enfermedades mentales y las consecuencias de la crisis y las reformas laborales en la salud de los trabajadores.

La sociedad no puede seguir mirando para otro lado ante las muertes y enfermedades producidas por el trabajo, hemos de implicarnos todos: trabajadores, sindicatos, partidos políticos, medios de comunicación, redes sociales...en una acción solidaria para denunciar y evitar esta epidemia. Confiemos que el gobierno que salga de estas elecciones tenga la valentía de afrontar esta sangría.


Carmen Yela, Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

El fracaso de las políticas de prevención de riesgos laborales