La temporalidad entre los menores de 25 años roza el 85%, la más alta en los últimos 12 años, siendo la parcialidad obligada en las mujeres trabajadoras de más del 70%
Desde el 2013, momento en el que la contratación temporal tocó suelo, consecuencia de la destrucción de empleo, Andalucía continúa registrando año tras año los niveles más altos de temporalidad (35,8%), en comparación con el resto de países de la Unión Europea (14,3%), y muy por encima de la media nacional (26,7%). Esto ha sido provocado por el efecto de las reformas laborales que han permitido que parte del empresariado sustituya empleo indefinido por temporal, y especialmente a tiempo parcial. Esta es la principal conclusión que se deriva del informe “Contratación y Calidad del Empleo en Andalucía 2017” elaborado por Comisiones Obreras.
Esto indica que el repunte del empleo en Andalucía “se sigue asentando en los mismos parámetros que antes de la crisis”, indica la secretaria de Condiciones de Trabajo y Salud Laboral, Nuria Martínez, “además de alcanzar cotas de precariedad muy preocupantes ya que la contratación temporal no deja de aumentar y no cesan de ganar protagonismo aquellos contratos que no especifican duración o la establecen muy corta”. En este sentido la duración media en 2017 fue de 42 días, 5 menos que en 2011 y 10 menos que la media nacional.
Destaca también que de esos más de 2,5 millones de contratos con duración determinada, 2 millones resultaron ser inferiores a un mes, y de éstos 1 millón inferior a 7 días.
Con este panorama, Martínez Barco indica que los datos son claros y concluyentes, “somos los campeones de Europa en temporalidad, hemos convertido la precariedad en norma, mientras que la recuperación económica es exclusivamente empresarial y se está haciendo a costa de mujeres y jóvenes”.
En cuanto a la situación de la mujer, la secretaria de la Mujer de CCOO Andalucía, Yolanda Carrasco lamenta que “la precariedad laboral se cebe especialmente con las mujeres ya que la parcialidad no para de crecer desde el 2011, alcanzando ya el 29,2%, frente al 9,2% en hombres”. Además esa parcialidad resulta forzosa para el 70% de las mujeres trabajadoras, ratificándose así que “el mercado sigue asignando obligatoriamente el rol de atención y cuidados a la mujer, que en muchos casos esconde un alargamiento fraudulento de la jornada de trabajo”, señala la responsable sindical de mujer.
Esta parcialidad está siendo muy dispar en las diferentes ramas de actividad y alcanza su nivel más elevado en el empleo doméstico (64,7%), en actividades administrativas y servicios auxiliares(51%) y hostelería y comercio (41,5% y 35,1%).
Especialmente alarmante resulta la situación de las mujeres trabajadoras jóvenes donde la jornada parcial alcanza el 47%, “lo que impide que puedan realizar un proyecto de vida profesional y personal de futuro”, apostilla Carrasco Tenorio.