jueves. 25.04.2024
El Socialista, de 15 de abril de 1931 (número 6921)
El Socialista, de 15 de abril de 1931 (número 6921)

@Montagut5 | Este artículo se acerca a las consideraciones sobre la decisión de Alfonso XIII en abril de 1931, realizadas por un político destacado en el ámbito democrático cristiano o de posiciones conservadoras pero democráticas en un universo político no muy dado a estas convicciones en la España de las primeras décadas del siglo XX. Estamos hablando de Ángel Ossorio y Gallardo.

Nuestro político realizó unas declaraciones sobre el trascendental momento histórico que vivió España en torno al 14 de abril de 1931, centrándose en la decisión que debía tomar el rey, y que tienen su interés desde su posición monárquica, digamos, heterodoxa.

Ossorio y Gallardo se consideraba como un “monárquico sin rey al servicio de la República”

Pero antes de nada ofrezcamos unas pinceladas al lector sobre quién fue Ossorio y Gallardo. Estamos hablando de un destacado político del tiempo del reinado de Alfonso XIII desde el Partido Conservador: concejal en Madrid, diputado, gobernador civil en Barcelona, ministro de Fomento, y aunque nunca dejó de ser monárquico, comenzó a desvincularse del monarca en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, a la que criticó intensamente. Ossorio y Gallardo puede ser considerado un defensor de la democracia cristiana, terminando por abandonar el Partido Conservador. Ossorio se consideraba como un “monárquico sin rey al servicio de la República”. En el nuevo régimen fue también diputado, decano del Colegio de Abogados de Madrid, y defensor de Companys en el juicio al que se le sometió por los Hechos del Seis de octubre, teniendo un evidente protagonismo en el debate sobre Cataluña en la República, desde una postura bastante favorable hacia la autonomía de la primera. En la guerra fue embajador en distintos países, entre ellos, Argentina, donde se exiliaría. Formaría parte del Gobierno en el exilio de Giral.

Ossorio y Gallardo afirmaba que, aunque algunos insistían en que las elecciones habían sido administrativas (municipales), olvidaban que el Gobierno y la prensa de la derecha habían sido los que habían acentuado su carácter eminentemente político. Se estaba especulando con la posibilidad de una abdicación como un medio para ir hacia unas elecciones legislativas que podrían ser una manera de ganar tiempo. En este sentido, nuestro protagonista quería explicar que, como monárquico de siempre, había propuesto el mismo la abdicación en mayo de 1930 en Zaragoza, en la figura del príncipe de Asturias. Al parecer, había insistido en la cuestión en noviembre en Valencia, pero en ese momento había advertido que ya podía ser tarde para abdicar en el príncipe, y que había que hacerlo en la “soberanía nacional”. Eso había provocado fuertes críticas de los medios conservadores, mientras Ossorio consideraba que hubiera sido mejor que dichos periódicos hubieran analizado con menos pasión su propuesta.

Ossorio había propuesto la abdicación en mayo de 1930, en la figura del príncipe de Asturias, después habría que hacerlo en la “soberanía nacional”

Ahora se volvía hablar de abdicación en el príncipe, pero ya sí era claramente tarde, se había perdido la oportunidad, para Ossorio. La renuncia unos meses antes podía haber abierto el camino hacia un plebiscito, pero en ese momento del 14 de abril simplemente sería una artimaña.

Ossorio advertía a los sectores conservadores y monárquicos que defraudar lo que se había votado abriría la puerta a la revolución violenta, porque cuando el pueblo se movía por los caminos de la legalidad y se le burlaba, se entregaba al extremismo.

El rey y sus defensores debían entender que si los errores de la República la hicieran fracasar cabría pensar en la Restauración en otra persona, pero siempre y cuando el rey cesase de sus funciones sin “dejar ninguna huella sangrienta”. Pero Ossorio no quería hacer más elucubraciones, y pensaba que Alfonso XIII colocaría por encima de todo la paz en España, es decir, que comprendería lo que tendría que hacer.


Hemos consultado el número 6921 de 15 de abril de 1931 de El Socialista. Sobre Ossorio existe una abundante bibliografía. Planteamos algunos trabajos que pueden ayudarnos a entender a esta figura:

Abelló Güell, Teresa (2007). El debat estatutari del 1932. Barcelona.
Gonzàlez i Vilalta, Arnau (2007). Un catalanófilo de Madrid: epistolario catalán de Ángel Ossorio y Gallardo (1924-1942). Bellaterra: Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona.
López García, Antonio Miguel (2017). Ángel Ossorio y Gallardo. Biografía política de un conservador heterodoxo Madrid.
Peláez, Manuel J.; Seghiri, Miriam (2007). «Angel Ossorio y Gallardo (1873-1946), abogado e intelectual católico, embajador y ministro de la República en el exilio: defensa de las Instituciones y de los valores republicanos de 1931 a 1946». Cuadernos republicanos (64): 47-64.

Una reflexión sobre la decisión del rey en abril de 1931