martes. 16.04.2024

El concepto de carisma fue introducido en las ciencias sociales por Max Weber, quien lo recogió de la tradición cristiana y de los estudios sobre el cristianismo de Rudolf Sohm y de Karl Holl. La palabra "carisma" deriva del griego χάϱιϚ (gracia), y fue utilizada por el apóstol Pablo para indicar los dones de la gracia divina concedidos a cada uno de los fieles para el bien de la comunidad protocristiana (Primera carta a los Corintios).

Una personalidad carismática es aquella que provoca que las demás personas se sientan mejor con nosotros que sin nosotros, que las atrae y nos hace resultar como alguien más atractivo. Esto es la consecuencia de otro hecho más importante aún: una persona carismática lo es porque está a gusto consigo mismo, en su propia piel. No hace cosas para atraer a los demás per se, sino porque está bien. Le gusta como es básicamente y no hay nadie que nos haga sentir más a gusto que alguien que está bien con su propio ser. 

Una persona carismática lo es porque está a gusto consigo mismo, en su propia piel

Recordemos que en la mayor parte de casos cuando alguien tiene una discusión con nosotros, o no nos trata con respeto, raramente tiene que ver con nuestra persona, si no con sus propios problemas internos, con sus propios miedos. Cuanto más carismático es alguien menos puntos negros internos posee, como regla general.

Diversos estudios se han destinado a averiguar qué rasgos definen a las personas carismáticas, que no deben ser confundidas con los ególatras inaguantables que, todo sea dicho, suelen causar más rechazo que aceptación. Como señalaba John T. Marcus hace ya medio siglo, el líder carismático no es el que empequeñece a los demás, sino el que consigue inspirar a los que le rodean con el objetivo de sacar lo mejor de ellos, lo que explicaba el éxito que habían conocido figuras históricas como Adolf Hitler, Winston Churchill o Charles DeGaulle. Aunque discutibles, todos tenían algo en común: una visión y la capacidad de que sus seguidores se sintiesen identificados con ella.

El líder carismático no es el que empequeñece a los demás, sino el que consigue inspirar a los que le rodean con el objetivo de sacar lo mejor de ellos

Características de la personalidad carismática

Los líderes prestan atención a los demás y no los critican. Sin embargo, investigaciones recientes han detallado de manera más clara qué es lo que define a una persona carismática. Jay A. Conger, uno de los científicos sociales que más se han dedicado al tema, ha publicado el libro El líder carismático (McGraw Hill). Para Conger es en la intensidad de sus acciones donde se encuentra el factor decisivo para ser un líder, así como una credibilidad a prueba de bombas. A continuación, vemos las características de la Personalidad Carismática propuestas por Conger:

– Escuchan. Para que quienes lo rodean se sientan apreciados, es necesario que el líder carismático los escuche detenidamente, se detenga a reflexionar en sus ideas y no considere que sus ideas son mejores que las de los demás. Ninguna persona con carisma recibe la confianza de los demás si estos perciben que su superior ignora continuamente las propuestas ajenas y considera maravillosas las suyas propias. Además, son buenos comunicadores, ya que hacen que los demás sientan que sus ideas son apreciadas (aunque resulten finalmente rechazadas), y para ello, hacen falta habilidades comunicativas.

– Crean confianza e inspiran. Algo que se obtiene a través de la experiencia y la acción ejemplar, principalmente a través de la capacidad de reconocer y enmendar los propios errores y de hacer comprender a los demás sus aciertos y equivocaciones en la justa medida. Un líder que ha perdido su credibilidad difícilmente volverá a ser considerado referencia entre sus seguidores. Además, a través de esa confianza que sus compañeros depositan en ellos, son capaces de servir de inspiración, potenciando las virtudes de los mismos y relativizando los defectos que todos tenemos.

Para una persona carismática, siempre existe algo susceptible de ser mejorado, y que, por lo tanto, requiere de su protagonismo

– No son conformistas. Las personas más valoradas son aquellas que perciben algún error o injusticia en su entorno y son capaces de poner en marcha el proceso necesario para poner solución a tal problema. Para una persona carismática, siempre existe algo susceptible de ser mejorado, y que, por lo tanto, requiere de su protagonismo. Su descontento conduce a la acción, y ésta, al cambio.

– Son visionarios. Ya no se trata simplemente de ser capaz de tener una buena idea, ser hábil en determinados campos o ser muy productivo, sino de ser capaz de elaborar un proyecto personal e intransferible que les distinga de sus iguales. Si son capaces de configurar esta visión de manera acertada, atraer a sus seguidores sin manipularlos y granjearse su confianza a través de los medios indicados, el líder podrá enfrentarse a cualquier empresa por ambiciosa que sea. Al fin y al cabo, el carisma está relacionado de manera íntima con la altura de miras.

No se puede pedir a los demás algo que uno no está dispuesto a dar y pretender que se siga confiando

Las personas carismáticas predican con el ejemplo. Están dispuestas a sacrificarse. Toman riesgos y se sacrifican. Para ser capaces de alcanzar esa visión personal, los líderes deben predicar con el ejemplo. Y, por lo tanto, han de actuar en consonancia con las ideas que propugnan. No se puede pedir a los demás algo que uno no está dispuesto a dar y pretender que se siga confiando. Ser el primero en prestar ayuda, en reconocer la posibilidad del fallo y en aceptar las consecuencias de una decisión equivocada es la diferencia entre el líder que da la cara y el que se esconde o el que, peor aún, deposita siempre la responsabilidad de los errores en sus compañeros.

– Son creativos. El ingenio y la capacidad para abandonar las concepciones predeterminadas distinguen a una persona carismática de otra simplemente competente. Sus aspiraciones son diferentes a las del resto de (conformistas) mortales, que requieren una serie de habilidades diferentes que les ayuden a encabezar proyectos. Si se encuentran en permanente lucha con el statu quo impuesto, sus herramientas para el cambio no pueden ser las mismas, y si quieren llegar a un público acostumbrado a determinados mensajes, habrán de emplear una forma alternativa de expresión que los distinga de lo convencional. Ya se sabe: si quieres resultados diferentes, uno debe seguir métodos distintos.

Las personas más carismáticas lo son por mostrarse humanos, aunque pueda sonar paradójico: reconocen que un error lo puede tener cualquiera

– No critican a los demás. Aunque hayan cometido errores, cotillear a espaldas de los compañeros sólo conduce a la pérdida de confianza de estos, que sospechan que pueden ser objetivos de los comentarios malintencionados del “listillo” en ocasiones sucesivas. En el fondo, las personas más carismáticas lo son por mostrarse humanos, aunque pueda sonar paradójico: reconocen que un error lo puede tener cualquiera –aunque ellos sepan ocultarlo bien– y recuerdan que lo importante es no volver a repetirlo. Eso sí, es importante no caer en la condescendencia del que considera que los errores de los demás son tan frecuentes que es mejor acostumbrarse a ellos.

– Hablan de “nosotros”, no de “yo”. El egocentrismo no es precisamente una cualidad frecuente entre las personas carismáticas; sí lo es implicar a los demás en el proyecto que uno ha comenzado. Es importante que todos los miembros de la organización se sientan parte del mismo barco, no que son meros acompañantes del líder en la realización de su empresa personal. Lo importante es el objetivo común y que cada uno adopte el papel que la organización necesita, no la realización personal del líder.

Por último, compartir esta reflexión de Nick Vujicic: “El verdadero secreto del carisma es lograr que cada persona que conoces tenga la sensación de que, cuando hablan contigo, captan tu atención por completo”. 

La atracción de la personalidad carismática