viernes. 29.03.2024
besteiro
Escultura de Julián Besteiro. Gabriel Cruz Marcos 1990.

Besteiro estaba en el sótano del Ministerio de Hacienda postrado en un camastro, enfermo y demacrado cuando fue detenido. Se le envió a la cárcel de Porlier, y luego a la del Cisne, mientras se instruía contra él un proceso sumarísimo. El traslado fue concedido a petición de su abogado, ya que tenía mejores condiciones, dado su estado de salud.

El 8 de julio del mismo año comenzó el Consejo de Guerra. Presidía dicho Consejo el general de brigada Manuel Nieves; el juez instructor era el capitán de Caballería Carlos de Sabater, el fiscal el auditor de brigada Felipe Acedo Colunga (alumno que fue del propio Besteiro), y el defensor el letrado Ignacio Arenillas, un tradicionalista, que terminó aceptando el caso cuando Besteiro le prometió que no había pertenecido a la masonería.

Besteiro llegó al juicio en muy malas condiciones físicas pero con una entereza moral intachable, sereno, seguro en sus convicciones y de su deber.

El informe del fiscal fue un repaso de la vida política de Besteiro. En dicho informe se señalaba que aunque Besteiro estaba íntimamente disconforme con los "desmanes" del Frente Popular no hizo nada para pararlos o condenarlos públicamente; es más, había apoyado al gobierno con su voto, un gobierno que, a juicio del fiscal era inconstitucional por la forma en la que había sido depuesto el presidente Alcalá Zamora. No deja de ser curioso que un poder, nacido de una sublevación, utilice un argumento sobre la supuesta inconstitucionalidad de la destitución del jefe del estado del sistema que se ha combatido y vencido con las armas. El informe terminaba explicando que el caso Besteiro era representativo de la "revolución española", y que de la actuación del político sólo había producido graves errores para el país y para él mismo. También aludió a su participación en el Consejo Nacional de Defensa.

El fiscal expuso que el delito de Besteiro había sido "adhesión a la rebelión". Estamos ante otro caso de la peculiar manera de entender la rebelión por parte de los que se habían, realmente, rebelado. El fiscal sí reconocía las virtudes humanas de Besteiro pero eso no era impedimento o un atenuante porque pidió la pena de muerte.

La defensa, por su parte, insistió en la nula influencia política de Besteiro desde el 18 de julio, y prueba de ello era que no había podido salvar a su sobrino, asesinado el 18 de agosto de 1936. Además, expuso sus esfuerzos por la paz, y puso sobre la mesa los informes de los servicios secretos franquistas, el S.I.P.M, sobre su conducta en la guerra y que era calificada como correcta.

Besteiro habló en el juicio, agradeciendo que, tanto el fiscal como el abogado defensor, hubieran puesto de manifiesto su honradez privada, pero insistió que también había sido honrado en su vida pública, y explicó sus actuaciones y pareceres, especialmente su posición crítica dentro del PSOE, pero sin renegar de su militancia e ideas en ningún caso.

Al final, se le condenó a cadena perpetua, sustituida por treinta años de reclusión mayor.

Besteiro fue llevado al Monasterio de Dueñas en Palencia, habilitado como prisión. El 27 de agosto fue trasladado a la cárcel de Carmona. Allí vivió sus últimos meses, hizo traducciones, y confraternizó con los otros presos políticos. En septiembre de 1940 se cortó accidentalmente la mano y se le infectó la herida. Esta infección se complicó, dado su delicado estado de salud, y derivó en septicemia. Tuvo una dura y larga agonía, para morir, por fin, el día 27 de septiembre de 1940. Se le enterró en el cementerio de Carmona. En el año 1960 se le pudo trasladar al Cementerio civil de Madrid. Descansa muy cerca de Pablo Iglesias y de Francisco Giner de los Ríos.

Indiscutible protagonista en la historia del PSOE

Besteiro, sin lugar a dudas, fue un protagonista indiscutible de la historia del PSOE y de España. Su trayectoria y su implicación en todos los debates internos y en la política nacional le han convertido, por otro lado, en un personaje que ha generado diversas polémicas historiográficas y políticas. Fue partidario de la corriente revisionista en el seno del socialismo, contrario a la dictadura del proletariado aunque entendió, en parte, su instauración en Rusia dadas sus características propias, pero sin posibilidad de que se exportase fuera de sus fronteras. También se mostró partidario del fabianismo y el laborismo británicos. Para algunos fue el único teórico de peso en el seno del socialismo español, pero otros consideran que no es así, que aportó poco y siempre desde posiciones de rigidez. Por fin, se cuestiona también que fuera realmente marxista. En el plano general, Besteiro hizo un viaje hacia la moderación a tenor del devenir de los acontecimientos políticos y sociales de España entre la crisis de la Monarquía de Alfonso XIII y la Guerra Civil. Sin lugar a dudas, su posición en la Guerra Civil es la que más polémica ha generado. Si para unos se trataría de un político que abominó del horror y que buscó la paz por encima de todo y de todos, para otros sería un traidor a la causa republicana y que empañaría su trayectoria anterior.

En estos días recordamos tanto su nacimiento como su muerte.

Juicio y muerte de Julián Besteiro