domingo. 28.04.2024

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Siempre he considerado que hay algo extraordinariamente misterioso y casi mágico en el teatro de máscaras. Esta técnica ancestral, que se remonta a los albores de la humanidad, sigue siendo única para transmitir una amplia gama de sentimientos y sensaciones. Resulta fascinante pensar que un trozo de plástico o cuero puede lograr tanta expresividad, y que un actor, simplemente cambiando de una máscara a otra, pueda transformarse en un personaje completamente distinto.

Esta sensación de magia y asombro está muy presente en "Feste", el espectáculo de máscaras que la compañía Familie Flöz está presentando en la Sala José Luis Alonso del Teatro de la Abadía. Esta consolidada compañía alemana ya había cautivado a la audiencia de la Abadía con "Teatro Delusio" y "Hotel Paradiso", obras que buscaban ofrecer historias de máscaras desde una nueva perspectiva y vitalidad, demostrando que los únicos límites del teatro son los de la propia creatividad.

La sensación de magia y asombro está muy presente en "Feste", el espectáculo de máscaras de la compañía Familie Flöz

En este sentido, "Feste", dirigida por Michael Vogel, busca dar un paso más en este tipo de teatro, apostando de manera clara por la imaginación, la poesía y la creación de mundos muy vivos en constante cambio. Para ello, la trama se desarrolla en una inmensa mansión a orillas del mar, donde está a punto de celebrarse una boda de alto nivel. La obra ya habrá comenzado mientras los espectadores se quitan el abrigo y se van acomodando en el patio de butacas, siendo testigos, casi de refilón, de los preparativos de la fiesta. De esta manera, mientras los rezagados espectadores siguen ingresando, se despliega ante nosotros una pedida de mano caótica que no augura un futuro excesivamente romántico.

Este será el punto de partida para una historia que se desarrolla en el patio trasero de la mencionada mansión, por donde desfilarán personajes divertidos y extravagantes. Andrés AnguloJohannes Stubenvoll y Thomas van Ouwerkerk darán vida a los diversos protagonistas que pueblan este universo, desde un portero malhumorado pero de buen corazón, pasando por un organizador de bodas que no ha salido del armario, hasta una novia que muestra dudas sobre su compromiso. Este trabajo complejo y audaz generará decenas de personajes que entrarán y saldrán de escena, creando una inmensa comedia que, siempre en clave de humor, busca diseccionar la sociedad occidental. No hace falta recordar que se trata de un teatro mudo en el que los diálogos son sustituidos por la expresividad de las máscaras y los cuerpos, conectando con aquella comedia física en la que Keaton y Chaplineran sus máximos exponentes.

Una inmensa comedia que, siempre en clave de humor, busca diseccionar la sociedad de consumo, la lucha de clases y la falsedad social

El destino ha querido que, con pocos días de diferencia, haya tenido la oportunidad de presenciar dos obras de máscaras de altísima calidad y de obligada visita. A la ya vista "Forever" en el Teatro María Guerrero, se suma ahora la experiencia de analizar esta obra, que aborda este mundo desde una perspectiva totalmente diferente. En "Feste", hay una apuesta mucho más clara por la pantomima y la comedia, con personajes sumamente cómicos-absurdos y con un público que, en más de una ocasión, se verá envuelto en carcajadas. Curiosamente, más allá de la broma inicial, la obra esconde una reflexión profunda sobre la sociedad de consumo, la lucha de clases y la falsedad social, todo ello presentado con amabilidad y una sonrisa. Sin embargo, no nos engañemos, las sonrisas a veces pueden ocultar puñaladas emocionales, y esta es la sensación que deja "Feste", un universo en el que la basura está en todo momento presente y en el que sus personajes nunca logran salir de su suciedad. 

Un aplauso sincero para Familie Flöz por darnos semejante bofetada desde la comedia que solo permite el teatro de máscaras.

Feste, vuelve la tragedia de máscaras al Teatro de la Abadia