jueves. 25.04.2024

Evitando el habitual encorsetamiento en estilos concretos, ESTIVAL apuesta por una programación basada en la diversidad y en la variedad artística. Música, pero también cine y otras actividades. Nueva Tribuna ha conversado con su creador y director, el musicólogo Marco Antonio de la Ossa.

Haché Costa: ESTIVAL celebra, a partir del 28 de junio, su sexta edición. ¿Cuáles son las novedades y los cambios que nos depara este año la organización?

Marco Antonio de la Ossa: La película ‘Calle Mayor’, de Juan Antonio Bardem, rodada en Cuenca y estrenada hace sesenta años, será uno de nuestros platos fuertes. También el homenaje al mítico disco ‘Omega’, de Enrique Morente y Lagartija Nick, grabado hace veinte años. Austria será nuestro país invitado. En cuanto a la programación, tratamos de proseguir en la línea que hemos trazado en ediciones precedentes: Conciertos en lugares de gran belleza, como el Parador y la terraza del Museo Paleontológico, con vistas espectaculares a la ciudad antigua, actividades centradas en la pedagogía y la didáctica en forma de talleres de música para niños, música para personas con discapacidad, exposiciones al aire libre, fotografía, jam-sessions, documentales, gastronomía, poesía, ambientaciones sonoras… También intentamos involucrar a cuantos más agentes culturales y organismos mejor. La idea es que, progresivamente, Estival sea una seña de identidad conquense, proyectar el ciclo cada vez más al exterior y atraer a la ciudad a músicos y público de diversas procedencias. 

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P: ¿Podría hacernos un resumen de lo más destacable de la programación musical? Viene cargada de matices: del folk al flamenco, pasando por el funk, el jazz....

R: Intentamos abarcar diferentes estilos y estéticas. La idea es que los conciertos sean una experiencia multisensorial para el público, no solo por las propuestas musicales sino también por las gastronómicas o la ubicación de los espacios. Nuestro Premio Manuel Margeliza, que señala a grandes músicos que destacan por sus valores, será la castellano-manchega María Rozalén, una intérprete y compositora cercana a lo que se podría denominar canción de autor. Los gallegos Luar na Lubre son el grupo protagonista del espacio folk, los austriacos Jazzodrom el del jazz clásico, el conjunto cubano-brasileño Michael Olivera Group en jazz latino, José Enrique Morente en flamenco, el Mariola Membrives Cuarteto revisitará ‘Omega’ desde el jazz, la francesa Marie Martin nos acercará al jazz clásico y la bossa nova, Trinidad Montero a la copla y al flamenco, Gabriel Marín con su conjunto de instrumentos del mundo realizará el concierto didáctico ‘Kumkabié ¿a qué suena la tierra?'… Contamos también con agrupaciones conquenses que abarcan muchos estilos y que son la base de Estival: Anna Jiménez & The Band, un grupo de chicas muy jóvenes, que debutan en este Estival, Zas!! Candil Folk, The Teacher’s Band, Jass Clazz, Foxy Jam, Zarandea…  Es también destacable el teatro musical que cada año estrena en Estival la Orquesta Pin pan pun y los Cencerros y el Grupo de Teatro Te Harto a reír, formados por personas con discapacidad intelectual. Hacen un trabajo precioso. Del mismo modo, habrá una conferencia-concierto del proyecto ‘Un instrumento para Henar’, una joven conquense paralítica cerebral amnate de la música, para la que se ha construido un instrumento a fin de que toque con otros compañeros músicos. 

P: Explíquenos también lo del yoga. Porque... tenemos yoga en un festival de música, ¿es así?

R: El yoga es una disciplina milenaria que tiene cada vez más adeptos, y que encaja bien en Estival. Pensamos que sería adecuado conjugarlo con música en directo y desarrollar una sesión en un sitio precioso; hablamos con Miguel Hiroshi, un percusionista de gran nivel, y con Juanfe Pérez, un guitarrista y bajista también muy destacado, para que improvisaran en el taller nocturno que ofrecerá Cristina de la Ossa. Esperamos disfrutar mucho con esta propuesta. 

P: A pesar de este cartel plagado de músicas populares, usted es un musicólogo de formación rigurosamente académica que también desarrolla una importante actividad en el ámbito de la música culta...

R: Debemos atender a cuantas más músicas mejor, sin caer en etnocentrismos ni creencias de superioridad. Tal vez la academia debería abrirse mucho más. Sí, soy maestro de educación musical en un colegio de Tarancón y profesor asociado en la Facultad de Educación de Cuenca. Trato también de investigar sobre diferentes músicas. Cursé hace años un Master en gestión cultural, de ahí mi vertiente organizativa, y me gusta la difusión y la crónica/crítica musical. Tengo un programa en Onda Cero y colaboro con diferentes medios escritos. 

DE LA OSSA

P: Compaginar las facetas más cultas de la música con las más populares no está demasiado bien visto, ¿no cree? De hecho, existen pocos profesionales como usted, se echa en falta esta multiplicidad de enfoques...

R: Creo que es un error, pienso humildemente que, a veces, dibujamos y creamos fronteras y diferencias donde no debería haberlas. Podemos disfrutar, estudiar y programar igualmente de un concierto en el Auditorio Nacional o en la Semana de Música Religiosa de Cuenca que de un recital de jazz, folk, pop o flamenco. Todos los veranos suelo ir también a algún festival de músicas populares urbanas. Eso sí, las músicas más comerciales me cuestan mucho. 

P: Centrándonos en esta faceta musicológica, es usted también autor de colaboraciones escritas en prensa, artículos, libretos de discos...

R: Trato de realizar un aporte investigador. He editado cuatro libros, dos relacionados con la educación musical y otros dos de índole musicológico. Del mismo modo, he publicado artículos en diversas revistas científicas indexadas, notas al programa de conciertos en diferentes ciclos y libretos de discos, como el de Samuel Diz, que es un guitarrista de un gran nivel, o del pianista Eduardo Fernández, recientemente galardonado con el premio Ojo Crítico, sobre su ‘Iberia’ de Albéniz. 

P: Hablemos de la ciudad del festival. Sería difícil nombrar una ciudad con un patrimonio histórico mejor aprovechado a favor del arte, sea del género que sea, que Cuenca...

R: Cuenca es una maravilla, aunque creo que todavía somos muy desconocidos a nivel nacional e internacional en muchos aspectos. Es una ciudad pequeña pero que conjuga a la perfección el binomio naturaleza-cultura. Contamos con buenos museos y festivales de gran prestigio internacional, como el de la Semana de Música Religiosa. Además, hay diferentes iniciativas de interés que aparecen durante el resto del año. Creo que nos falta darnos a conocer en el exterior. Debemos seguir trabajando en la difusión y en mostrar lo que hacemos. A veces me parece como si viviéramos en una burbuja. Debemos ser humildes y trabajar para mejorar la situación, la ciudad y la provincia pierden habitantes cada año. Como consecuencia directa, la juventud se marcha fuera. De seguir así, continuaremos convirtiéndonos en una ciudad inmóvil y estancada, en la que el tiempo no parece pasar. 

CARTEL ESTIVAL CUENCA 17

P: ¿De dónde sale la financiación necesaria para sustentar el ESTIVAL?

R: El presupuesto de Estival, al que tenemos que llegar para pagar todo, es de unos 42.000 euros. Contamos con diferentes patrocinadores: Ayuntamiento, Diputación, Consorcio Ciudad de Cuenca, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la Sociedad de Artistas, Intérpretes y Ejecutantes, Liberbank, la Fundación Caja Rural-Globalcaja, el Foro Cultural de Austria, Cervezas Artesanales Tormo, el Pub Los Clásicos y Fuente Liviana. Lo más importante es que aglutinamos a todas las instituciones locales, provinciales y regionales, regidas por distintos partidos políticos. Además, contamos con muchos colaboradores, pero, aunque puedan parecer muchos nombres, en global y en dinero líquido, llegaremos a contar con unos 17.000 euros si se cierran positivamente todas las subvenciones y ayudas, que agradecemos enormemente, ya que cada uno aporta lo que puede y es importantísimo para nosotros. Así, es el público el que, con su presencia, consigue que podamos cerrar cuentas cada año sin perder dinero o perdiendo lo mínimo. Como apuntaba, Cuenca no cuenta con industria, por lo que buscar patrocinadores de fuera es muy difícil, ya que no quieren venir aquí porque no ven negocio. Es un hándicap con el que contamos. 

P: ¿Cuál es el público habitual, el real, con el que cuentan?

R: Nuestros escenarios son reducidos. El del Parador tiene una capacidad para 500 espectadores sentados, y el Museo Paleontológico, unos 350. Tratamos de poner las entradas lo más baratas posibles. No buscamos hacer dinero, somos una asociación cultural sin ánimo de lucro que intenta llevar a cabo un proyecto lo más completo posible, y atraer a 'turistas musicales'. Contamos con un público fiel conquense y también con espectadores de fuera. Tratamos de ser cercanos y amables, generar un ambiente lo mejor posible. En global, nuestras actividades llegan a unas 7.500 personas. Lo ideal para nosotros sería fidelizar público, público atento, silencioso, crítico y exigente, que disfrute de la música en vivo, de la gastronomía y de la ciudad. Queremos llegar a gente de todas las edades e inquietudes, seguimos trabajando para ello paso a paso. 

"Aspiramos a que Estival sea una seña de identidad de Cuenca"