“Ser una mujer creadora es una tarea suicida”
Quirós Molina regresa a Madrid con el drama 'Flores de España'.
Miguel Ángel Quirós Molina | Parece que somos más conocidos por las fiestas que por las atrocidades fiscales y humanas que se han cometido, por lo que entiendo que nuestra capacidad de denunciar se ha visto mermada por la saturación informativa. Pero, realmente, las “flores de España” son todos aquellos que, a pesar de la adversidad, siguen plantando semillas para crear una sociedad más justa. Desde luego que hay bebés robados, delitos fiscales... Pero creo que son los más los que luchan contra estas injusticias.
Su obra se estructura en torno a tres pilares fundamentales de la Memoria Histórica. Y se organiza como un tríptico, pero realmente cada uno de estos temas podría dar lugar a una obra completa...
Y las hay, afortunadamente: películas del Franquismo, de los bebés robados y de la represión post-franquista. Nos venden que en España se hacen demasiadas obras de este tipo en teatro o cine, pero nos comemos con patatas todas las obras sobre el nazismo sin rechistar.
De entre todos los temas tratados, probablemente el más doloroso, por reciente, sea el asunto de los bebés robados. ¿Estuvieron en contacto con algunos de los afectados para construir la obra?
Sí. Por la implicación personal a la hora del montaje hemos estado en contacto con "Adelante bebés robados", una plataforma que lleva años luchando contra esta situación. Nos recibieron en su sede, y la segunda escena del tríptico está directamente basada en las cartas personales de una integrante que nos envió su propia correspondencia. Cartas dolorosas y llenas de dolor.
Una de las grandes sentencias del texto es ese “¿Qué tiene que ver Dios en todo esto”? Probablemente ningún dios tuvo nada que ver en ello, pero la principal imputada pertenecía a la Iglesia Católica. Y falleció impune.
Sí, aquella monjita... Supongo que sí, se murió demasiado pronto. Desde luego debería haber algún tipo de justicia. Sin embargo no creo que muriera tranquila. Aunque sea sólo por el asedio de la prensa. Una persona tan mayor, alejada de los medios... De repente es vapuleada por las cámaras. No sé si es un tipo de justicia, o si es gratificante, pero a mí, desde luego, no me agrada ese final.
¿Sería realmente un final?
Rotundamente, no. Los afectados siguen en la calle. Después de 3 años conociéndolos, se siguen reuniendo todos los primeros domingos de cada mes en la puerta de Sol. Nadie con poder para cambiar su situación les escucha. Sé que son muchas problemáticas, pero hay heridas que hay que curar. No creo que llegue a ser jamás un asunto cerrado. Primero por la falta de acceso a la documentación; segundo porque no sé si existe toda esa documentación; y tercero porque no hay voluntad. Nos contaron un caso de un bebé robado en 1996 en España. 1996... A casi 20 años de democracia.
Realmente, resulta estremecedor que alguien, sin más, robe a un ser humano...
A un ser humano de una cierta tendencia ideológica. A los rojos los masacraron, y para que sus hijos no se vengaran decidieron hacer esta usurpación ideológica. Después empezaron a venderlos y ya se incluyó un sector más amplio. Mujeres jóvenes, divorciadas, gemelos, prostituidas... fueron algunas de las víctimas del robo. Que una sierva de Dios sirva a las altas esferas por dinero dice mucho del matrimonio entre el capital y la Iglesia.
El teatro hace lo que puede. Estamos cosidos a impuestos, a precariedad, a autoexplotación. Y hablo sólo de mi caso. No estoy apadrinado. Ningún productor me ha guiñado el ojo, económicamente hablando. Me tratan como empresa, pero cobro como actor amateur. Me diversifico hasta que ya no sé a qué me dedico. ¿Cómo protestar sin todas las energías puestas en un camino? Sobrevivimos y echamos una mano hasta quedarnos extasiados. Lo intentamos, pero la realidad es que no podemos hacer mucho más.
¿Cuáles son, para usted, las verdaderas “flores de España” del teatro nacional?
Las flores del teatro son las actrices, las creadoras, las escritoras... Ellas luchan contra viento y marea y tienen un objetivo fijo. Se sacrifican, mueren, trabajan, estudian y luchan. Se conectan y buscan sublimarse. Si además de todo lo que hago, tuviera las dificultades de una mujer, creo que hace tiempo que me hubiera metido a broker. Ser una mujer creadora es una tarea suicida. Nosotros nos dejamos la piel y el ego por el camino. Ellas, sencillamente, se desangran.
FLORES DE ESPAÑA | 29, 30 y 31 de marzo de 2019 | 6 y 7 de abril de 2019