viernes. 29.03.2024
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Portada del libro.

Entrevista a Víctor Moreno y Fernando Mikelarena, autores del libro 'Osasuna 1936. Golpistas, represaliados y franquismo'


Nuevatribuna | El título del libro no es muy habitual cuando se habla de fútbol. Y su lectura confirma precisamente su lado insólito. Porque, además de fútbol, se habla de otras muchas más cosas. Por ejemplo, del origen y del nombre de Osasuna. ¿Cuál fue su origen?

Víctor Moreno y Fernando Mikelarena | Nadie sabe quién introdujo por primera vez un balón en las calles Pamplona. Ni su fecha exacta. Pero ya en los comienzos del siglo XX, tanto en las calles como en las eras -no olvidar que Pamplona es eminentemente agrícola-, los chiquillos juegan al football -como se decía entonces- a todas horas del día. Espacios abiertos como la Vuelta del Castillo o la Media Luna son los habituales de estas correrías deportivas. Desde 1905 a 1920, en la ciudad se suceden un sinfín de sociedades deportivas con nombres como Pamplona, F. C; La Deportiva, Punching Club, Racing, New Club, Sportiva F.C., Iruña Football Club, Aurora, y que, en un principio, se limitan a organizar competiciones entre ellos. Osasuna es el resultado natural de esta eclosión futbolística y no se explicaría sin la presencia de dichas asociaciones deportivas. Sin ellas, Osasuna jamás habría existido. Detrás de Osasuna hay un campo deportivo plural y diverso que finalmente cristalizará en un club en 1920.

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Iruña Football Club

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Punching Club

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Racing

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La Deportiva

¿Cuándo se formaliza Osasuna como club?

nueva sociedad

En 1920. Es el resultado de la fusión entre la Sportiva y el New Club. Su pretensión era conseguir un equipo fuerte para competir con el resto de los grupos que se van formando en Navarra y en el resto del País Vasco y, sobre todo, poder representar futbolísticamente hablando a la ciudad. Obviamente, los jugadores son todos amateurs, pues el concepto de profesionalismo aún está en mantillas. Cuando exista esta diferencia, en Osasuna convivirán amateurs y profesionales, dando bastantes quebraderos de caja a las juntas directivas. Las diferencias de los sueldos será siempre una fuente de conflictos pocas veces superado. En un momento determinado, cuatro jugadores se plantaron a la junta directiva. Desde la prensa local autoritaria, se pidió que tales jugadores fueran expulsados del club.

equipo osasuna

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Osasuna 1921

inauguracion san juan

¿Quiénes fueron los primeros jugadores de Osasuna?

La mayoría de ellos pertenecieron a los clubs que hemos citado anteriormente, dándose un trasvase entre ellos de forma natural. Excepto con los jugadores de la Deportiva, donde figuraría uno de los mejores de la época, Olazarán, que, incomprensiblemente, no “ficharía” por Osasuna. ¿La culpa? Probablemente, la política. Olazarán era carlista y la “asociación sportiva de Osasuna” despertaba ciertas sospechas de nacionalista. Sus primeros jugadores eran jóvenes bien situados en la sociedad. Algunos cronistas de la época los califican de “señoritos”. Varios ejercían como periodistas, abogados y otros terminaron siendo farmacéuticos, dentistas, en fin, gente con posibles económicos capaces de pagarse una vestimenta, comprar balones, alquilar un terreno para jugar... Eduardo Aizpún era abogado; Marcos, su hermano, era periodista de El Pueblo Navarro; Alberto Lamas era periodista en La Voz de Navarra, como Jokintxo lo era de Diario, y otros, como se ha dicho, estudiaron en el colegio de Lecaroz, al que no iba cualquier mocoso del lugar.

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Eduardo Aizpún Andueza

Dices que Osasuna fue acusado de nacionalista, lo que significa en aquella época de separatista, ¿no?

Así es. A título personal puede que fueran nacionalistas, socialistas y comunistas, pero solo a ese nivel, porque se guardaron muy bien de manifestarlo cuando jugaban al fútbol. No es cierto, por tanto, que Osasuna lo fundaran ni nacionalistas ni socialistas ni comunistas, fueran de Acción Nacionalista Vasca o del Partido de Sabino Arana. Napartarras se los llamaba. Lo fundaron jóvenes a quienes les apasionaba el football y que, arrastrados por el fenómeno general de este deporte, se sumaron a él como una aventura sin más intenciones y objetivos. A medida que fue tomando cuerpo el proyecto, las cosas se fueron complicando, pero no precisamente desde el punto de vista político. Para nada. La política no interfirió jamás los afanes deportivos de estos jóvenes. De haber interferido, jamás hubieran fundado un equipo. Ni de barrio.

Pero, en algún momento, decís en el libro que se les acusó de ser un club al servicio de los intereses nacionalistas.

La acusación provino de los carlistas, exactamente del periódico Radica. Lógico si se tiene en cuenta que los carlistas sí que disponían de un club donde sus jugadores participaban del ideario del requeté, la Deportiva. Los directivos de Osasuna, entre ellos varios de sus fundadores desmintieron tal acusación tanto en El Pueblo Navarro como en Diario de Navarra. Nunca más se habló de este asunto. Aunque es cierto que, tanto a los carlistas como al propio Diario, les hubiese gustado más que, en lugar de Osasuna, habría sido La Deportiva el equipo que hubiese representado a la ciudad deportivamente hablando. Con el tiempo, este último periódico daría la sensación de haber sido el verdadero fundador y patrocinador de Osasuna cuando, al principio, no daba una peseta por él.

¿Y su nombre? ¿De dónde procede y cuál es su significado?

ZIlbetiCuadroOsasuna es término vasco y significa salud. No hay más misterio. El hecho de que se le pusiera un nombre vasco fue determinante para que algunos dedujeran de forma equivocada que sus fundadores eran nacionalistas hasta los tuétanos. Luego, como descubrieron que algunos jugadores eran comunistas, añadieron que en su fundación también intervinieron comunistas. A este paso, podían haber dicho que fue cosa de vegetarianos y de espiritistas.

Sorprende que sobre la paternidad del nombre no exista un acuerdo definitivo entre unos y otros.

Quien propuso el nombre de Osasuna fue Eladio Cilveti (en la imagen). Este es un dato incontrovertible. Ni Benjamín Adoain, ni Pepe Huici -también jugadores de la primera hornada de Osasuna-, tuvieron arte ni parte. Como el resto de compañeros, se limitaron a aplaudir la propuesta, realizada en una reunión en el Café Kutz de Pamplona, del citado Cilveti. Rasero, que suele figurar como primer presidente del club, es taxativo al respecto: “Fue Cilveti quien lo propuso”. El hecho de que Cilveti fuera asesinado y que Goicoechea, cronista deportivo de Diario de Navarra atribuyera la paternidad de Adoain, hizo posible el olvido al que fue sometido el nombre de Cilveti, que, en efecto, era nacionalista.

DN. 20.12.1932. OSASUNA IMAGENES PUBLICO

Imágenes del 20.12.1932

En cuanto a la documentación del libro sorprende por su carácter exhaustivo y minucioso.

No podía ser de otra manera, toda vez que la historia política y deportiva del club la iniciamos a principios del siglo XX y la terminamos en 1952. Ha sido una lectura paciente y tenaz de periódicos locales desde 1908 en adelante: El Eco de Navarra, El Pensamiento Navarro, Diario de Navarra, El Demócrata, El Pueblo Navarro, Radica, La Voz de Navarra, Trabajadores, Democracia, Hoy y Arriba España. Semanarios como Crónica, As, Mundo Deportivo, la Estampa. Periódicos de fuera: Heraldo de Madrid, El Liberal, Luz, El Sol, La Nación, Tierra Vasca, Excelsius, Euzkadi Roja, Unión, La Nación, La Gaceta del Norte… Junto con ello, hemos recogido la información de ensayos relacionados con el fútbol publicados por especialistas acerca del fenómeno sociológico y político del fútbol. Para el estudio de la represión de las juntas directivas, se ha hecho un “vaciado” de los archivos del Archivo General de Navarra relativos a la depuración en los años de la guerra de futbolistas, directivos, trabajadores del club, etcétera. Y, en ocasiones, intercambios epistolares con algunos hijos de osasunistas, como Verónica Urreaga, hija del portero José Urreaga, que terminó como “dirigente” en la Naviera Aznar. Circunstancia que aprovechamos para decir que Urreaga no nació en Pamplona -como dice la web oficial del club- sino en Filipinas.

osasuna republica

Formalmente, el contenido del libro tiene dos partes claramente definidas. Una, referida a las Juntas Directivas de Osasuna que dirigieron el club desde su fundación, en 1920, hasta 1939, año en el que terminó formalmente la guerra civil. Una segunda, más extensa, que trata del origen y desarrollo del club desde principios del siglo XX hasta 1952. ¿Cómo eran las directivas de Osasuna, en términos futbolísticos e ideológicos?

Lo más importante es afirmar que las juntas directivas de Osasuna se formaron por jugadores que lo fueron del club en sus inicios. En su mayoría habían sido deportistas. Eran personas que en su vida particular estaban comprometidas a nivel social y, durante la República, a nivel político. Y lo más sorprendente es que convivían en ellas gentes de todo credo e ideología. Les unía el equipo, el club. Nunca manifestaron una opinión política, ni utilizaron el club para apoyar a un partido o a una organización confesional, de las muchas que abundaban en la ciudad. Eso no impedía que cada uno participara en organizaciones carlistas, socialistas, y comunistas. Lizarza en diciembre de 1931 asaltó la Diputación junto con otros requetés, lo que demuestra el carácter beligerante de este sujeto, y, a pesar de ello, formaría parte como vocal de la junta directiva regida por Natalio Cayuela, quien, a su vez, apoyaría públicamente en los periódicos, en nombre del partido al que pertenecía, Izquierda Republicana, el artículo 26 de la Constitución contra las Congregaciones religiosas. ¿Cómo era posible que dos personas con una ideología tan distinta y enfrentada formaran parte de una misma junta? La procesión la llevarían por dentro, pero en el seno del club jamás salió una palabra que los enfrentara por razones políticas, ni deportivas. Jamás transcendió a la opinión pública que en su seno las juntas directivas se llevasen mal o manifestaran enconos personales por razones ideológicas.

cayuela familia

Natalio Cayuela

publico voz. 18.2.1936

Imágenes (18.2.1936)

El título que acapara la atención del libro dice Osasuna 1936. ¿Cómo era el club en esta fatídica fecha?

osasuna-1936-portadaOsasuna había subido a primera división en la jornada 1934-1935, un equipo dirigido por Emilio Urdíroz, también jugador. A pesar de ello, la junta directiva, dirigida por Cayuela, dimitió de forma fulminante. No era para menos. Desde el periódico Diario de Navarra -cuyo director Raimundo García estaba en el ajo del golpe de Estado-, no dejó ni un día de vilipendiar la Junta, y de forma indirecta a su presidente. La persecución deportiva a la que fue sometido Cayuela-suponemos que debajo de ella se escondía una animadversión política absoluta. De hecho Cayuela sería asesinado en 1936. Y eso que esa junta fue la que llevó a Osasuna a Primera División por primera vez en su historia. En cambio, con una junta, formada en noviembre de 1935, en la que ya figuraban ciertos mastines del golpismo, Osasuna fue un equipo, deportivamente hablando, irreconocible, tanto es así que terminó el último de la clasificación. Paradójicamente, en ningún momento de esta temporada, el cronista deportivo de Diario dirigió una palabra crítica contra la Junta Directiva. Según él, la culpa la tuvieron los jugadores, pero, aun así, se cuidó muy bien de echar la culpa a todos ellos. Se cebaría en aquellos jugadores que nunca hicieron manifestación, tras el 18 de julio, de apoyo al Alzamiento Nacional.. Luego, en el Copa de España o de la República, Osasuna se desquitó de su mal juego y a punto estuvo de jugar esa Copa. ¿Qué había sucedido durante la competición? Lo que era un secreto a voces, que entre los jugadores había serias discrepancias en torno a sus contratos, algo que la Junta directiva no supo atajar a su debido tiempo.

cronica osasuna

Crónica 24.5.1936

cronica

Imagen de 18.2.1936

Al lector, más o menos ajeno al hipotético devenir ideológico de Osasuna le puede llamar la atención el hecho que en dichas juntas convivieran gentes que, en 1936, se convirtieron en matones, y gentes que serían asesinadas precisamente, por estos. ¿Cómo podría explicar esta paradoja?

Es la misma paradoja que puede explicar el hecho de que carlistas y falangistas se dedicaran a asesinar a personas que habían sido sus amigos de la infancia, compañeros de escuela y de cuadrilla. Desgraciadamente, estos carlistas y falangistas -algunos directivos terminaron como periodistas en Arriba España y jefes provinciales de Prensa franquista-, creyeron que tales asesinatos formaban parte de la Providencial limpieza ideológica y cristiana que había que hacer para que España volviera a ser lo que siempre fue: la elegida de Dios, Una España donde no cabía gente que apoyaba un Estado Laico, una escuela laica y una separación de Iglesia y Estado.

La totalidad de los clubs de fútbol se vieron obligados a que sus jugadores se enrolaran en el ejército nada más darse el golpe militar. ¿Cómo afectó este enrolamiento a los jugadores de Osasuna?

Idéntico al que se dio en la mayoría de los clubs. Osasuna se encontraba en una ciudad donde se había pronunciado el golpe de Estado, así que poco o nada podían hacer los jugadores que tuvieran ideas políticas republicanas. Manifestarlas los hubiese llevado a la muerte. Así que callaron y se enrolaron en el requeté o en la falange. No hubo más remedio. Y callaron mientras duró la contienda. Otros jugadores, en cambio, no tuvieron inconveniente alguno en manifestar cuales eran sus inclinaciones políticas, no solo alistándose al requeté, sino que, en cuanto tuvieron ocasión, alardearon de ello en partidos de fútbol que se jugaron durante la contienda para dar “señales de normalidad” en la retaguardia: Urrizalqui, Urreaga, Bezunartea, Ochoa de Olza, Aranaz, etcétera, saludando al público con el brazo en alto durante algunos partidos. R. Urrizalqui terminó como director de Radio Requeté y Urreaga como “subdirector” de la Naviera Aznar, en Bilbao. Ilundain, Bolico, como periodista empezó en Arriba España, y terminó en Diario.

¿Y los jugadores represaliados?

ramon-bengaray2Se dieron dos tipos. Quienes vivían en Pamplona cuando se dio el golpe y se había caracterizado durante la República como militantes de izquierdas, caso de Filomeno Urdíroz, sería asesinado. Y otros, como Tell, que en ningún momento mostró fervor alguno por el nuevo régimen, fue represaliado al terminar la contienda.

En cambio, quienes la guerra los pilló fuera, sufrieron en carne propia los efectos de esta. Andrés Jaso, jugador que fue de Osasuna y que en el estallido bélico figuraba en la plantilla del Spórting de Gijón, tras alistarse en el ejército republicano moriría cerca de Cangas Onís por efectos de la metralla fascista. 

Lo más triste de esta historia es que nunca las juntas directivas de Osasuna, incluso después de que desapareciera el titular del franquismo, tuvieron una palabra de recuerdo por ninguno de estos jugadores, directivos, utileros del club y periodistas que, en sus días, también, fueron jugadores del club, como Lamas, Rey, Marcos Aizpún, etcétera. Lo mismo que con relación a los nombres de Cayuela, Cilbeti, Bengaray (en la imagen).  

El capítulo dedicado a la actuación del militar Julián Troncoso, presidente de la Federación Nacional de Fútbol, decidiendo que Osasuna durante la temporada 1939-1940, jugase en primera división por los servicios prestados por Navarra al Glorioso Alzamiento Nacional resulta increíble. Nunca, que se sepa, se pretendió una cacicada mayor.

Hay que hacer constar que en años anteriores se quiso hacer la misma jugada aunque por motivos diferentes, y la directiva, presidida por Cayuela, se negó en redondo a que Osasuna se le tratara de forma privilegiada. En 1939, tanto los directivos -los jugadores nunca dijeron nada-, como la prensa del momento, en especial, El Pensamiento Navarro, Arriba España y Diario Navarra, arremetieron duramente contra la Federación Nacional y el Comité Olímpico, que presidía el general Moscardó. A Osasuna, un militar, llamado Julián Troncoso -que había ejercido como terrorista en el Frente Norte-, y Presidente de la Federación Nacional, casado con una navarra, prometió en 1937 que Osasuna permanecería en primera división a pesar de haber quedado el último en la liga. La propuesta surgió en octubre den 1936 del Zaragoza, de cuyo club era directivo Troncoso. Este aludió a los méritos contraídos, no por Osasuna, sino por la contribución de Navarra al Alzamiento. Cuando llegó el momento de hacer efectiva esta concesión, el Atlético Aviación, que había quedado penúltimo, removió el panorama deportivo para que no se perpetrara tal cacicada, a pesar de que se decía que todos los clubs estaban de acuerdo con dicha medida. A Osasuna se le reconoció que tenía derechos jurídicos derivados de una promesa para quedar en primera, pero primaron los derechos deportivos. La Federación contó, además, con un factor sorpresa que no se esperaba: el Oviedo se retiró de la competición por quedar su campo de Buenavista completamente arrasado por los aviones fascistas, Moscardó y su equipo decidieron que el Atlético y Osasuna jugaran un partido en Valencia para dirimir quién ocuparía el lugar del Oviedo. La que armó la prensa navarra fue la de Waterloo. Se dijo que eso se debía a que la Federación Nacional odiaba a Navarra y que sus dirigentes eran rojos camuflados. Para mayor desgracia, después de haber montado un escándalo como jamás se había conocido en los anales del club, Osasuna perdió el partido y en 1939 jugó en Segunda.

lizarza¿Cómo fue la relación de la prensa con respecto al club?

Es un aspecto del libro importante, pues se analiza la actitud que tomó la prensa respecto a las distintas directivas que tuvo el club. Nos referimos al comportamiento de los cronistas deportivas de La Voz de Navarra, Democracia, Trabajadores, Arriba España, El Pensamiento Navarro (en la imagen) y Diario de Navarra, y los comentarios de la prensa de Madrid: Heraldo de Madrid, El Liberal y, por supuesto, As y Crónica.

La prensa de Madrid, mucho más objetiva que los periódicos locales, vieron siempre en Osasuna un equipo “simpático” y entusiasta, con jugadores de gran valía, entre ellos Vergara y Cuki Bienzobas. Sin embargo, en ocasiones sus comentarios crispaban a homólogos navarros. En especial, lo hicieron El Liberal y Heraldo de Madrid, los cuales, asociaban a Osasuna con un “equipo de seminaristas”, pues se aceptaba habitualmente que Navarra era muy tradicional y en ella solo había carlistas. En cuanto a la prensa local, sobresale A. Goicoechea, cronista de Diario. El sujeto en cuestión se creía tan Poncio que intentaba dirigir el club desde sus artículos, hirientes y ofensivos en más de una ocasión, no solo para los jugadores, sino, sobre todo, para los directivos que, ideológicamente, no eran de su cuerda. Mandaba, y es literal, quién debía jugar y quién no, quién debí ser fichado y quién no, quién debía ser expulsado del club por bajo rendimiento… Un dictador. Es sintomático que nunca refiriera una palabra de más contra Antonio Lizarza, requeté y futuro golpista. Es más, cuando el club tuvo problemas con algunos jugadores, Goicoechea no entrevistaría a su presidente, Cayuela para preguntarle qué pasaba en el club, sino a “Don Antonio Lizarza”. La servidumbre ideológica a los poderes establecidos de Goicoechea fue repugnante.

nueva directiva

Diario de Navarra 29.10.1935

El balance de este periodista sobre lo sucedido a un año de la contienda, publicado en 1937, resulta insólito.

Más que eso. Pero nos ahorraremos los adjetivos. Decir que los jugadores de Osasuna que murieron en el frente lo fueron porque eran españoles y decir que los jugadores que se enrolaron en el ejército republicano eran enemigos de España, era indignante ver firmadas tales afirmaciones por alguien que durante tantos años había compartido viajes en tren y en autobús con los jugadores cuando Osasuna jugaba en ciudades españoles. El fascio se lo pagó bien. Goicoechea llegó a ser presidente de Osasuna sin conseguir ningún éxito a pesar de alardear continuamente de cómo sacar al equipo de las turbulencias deportivas y económicas en que se encontró a lo largo de su periplo. Con el tiempo, su ambición fue bien pagada: sería concejal del Ayuntamiento de Pamplona, eso sí, nombrado a dedo por el Gobernador, lo mismo que su nombramiento como alcalde de la ciudad.

1937. GOICOECHEA. 18.7

1937

Goico-Franco

Goicoechea, cronista deportivo de Diario de Navarra, con Franco

Un capítulo muy sugerente es el dedicado a recoger la polémica en torno a si el club se convirtió o no en un club fascista a partir de 1936.

Es una polémica que se hizo en los periódicos Euzkadi Roja, Tierra Vasca y Unión, pero no en los periódicos locales navarros. No tenía sentido, Pues, tras el golpe, el fascismo era la ideología natural de quienes apoyaban al Glorioso Movimiento Nacional. En cualquier caso, nunca hasta la fecha se había dado una discusión de este calibre. Lógico, porque las juntas directivas hasta 1936, jamás se expresaron en esos términos; ni, tampoco, si eran de izquierdas o de derechas, nacionalistas o españolistas. Dado el contexto de 1936, los periódicos aludidos plantearon si Osasuna era fascista o no. Euskadi Roja, comunista, lo tenía claro: lo era. Tierra Vasca, del PNV, dudaba. Y Unión, republicano, añadió como síntesis que era un tema difícil de dirimir. Y lo era.

¿Entonces?

Entendemos que convendría distinguir tres protagonistas: club, jugadores y socios. Se entiende que todos ellos en su conjunto forman lo que comúnmente se denomina Osasuna. Ahora bien, ¿cómo reducir estas tres entidades distintas al mismo común denominador ideológico cuando los individuos que las forman son tan plurales y tan diversos en su praxis cotidiana? Por ejemplo, ¿cómo saber que los jugadores de Osasuna que se fueron al frente eran fascistas? Y la masa social de Osasuna, ¿puede reducirse su conglomerado ideológico a un solo postulado político? Sabemos que no. Sería injusto hacerlo.

Por el contrario, a la directiva de Osasuna sí podía adscribírsele el carácter de fascista porque, tomados de uno en uno sus dirigentes, tenían esa ideología, pero no solo por esta razón. Lo fue porque los valores esenciales de la llamada Navarra siempre católica que impusieron los golpistas los trasladaron como señas de identidad al club. Solo les faltó decir añadir que Osasuna era un club confesional católico.

Arriba España. abril 1953

Por tanto, la deriva nacionalcatólica del club parece lógica tratándose de las juntas directivas que coparon los puestos del club.

En efecto. De hecho, lo que jamás había sucedió, pasó con esta Junta. En 1952, la junta directiva nombró a San Francisco Javier patrono capitán del Club. Y, bueno, hay que reconocer que en esa temporada Osasuna subió a primera división aunque, al año siguiente, volvió a segunda. En serio. La directiva llegó a declarar en los actos litúrgicos celebrados en la basílica de Javier que “Osasuna solo ficharía a jugadores con una vida moral publica y privada ejemplar”. Literalmente decía: “el Club actual de Osasuna, al fichar a sus jugadores, mira tanto los informes sobre su juego, como su carácter y su moral»  De hecho, uno de los actos más celebrados en ese peregrinaje a Javier fue la confesión y comunión de los jugadores. Para completar el cuadro, uno de sus directivos afirmaría que “aquellos jugadores que jugaron en la selección vasca nunca serán fichados por Osasuna”.

De hecho, los jugadores de Osasuna tuvieron que lucir en su camiseta el escudo de de la falange y la laureada. Sin chistar. Caso de hacerlo, sabían muy bien lo que les esperaba.

El nombre de Osasuna fue enarbolado como síntesis de la ideología que los derechistas denominaron “navarrismo”, tanto es así que quien no defendiera a Osasuna sería tachado de mal navarro. Así que todo el mundo, aunque no le gustase el fútbol, se volvió osasunista, signo fundamental de la defensa a ultranza de Navarra. Osasuna se convirtió en un signo de identidad navarra, como lo era el fuero, los sanfermines y el pacharán.

osasuna con laureada

Jugadores del Osasuna con laureada

Osasuna-Falange

Jugadores del Osasuna con escudo de la falange

brazo en alto

Partido 27.6.1939

osasuna javier

osasuna 1952

Por lo que podemos observar, el capítulo último capítulo refleja las leyes represoras que se adoptaron contra los deportistas que optaron por el ejército republicano, algunas de las cuales afectaron a jugadores del club.

Felix Martialay 4No se ha estudiado detenidamente la repercusión que las leyes fascistas ocasionaron en la vida de jugadores, árbitros, masajistas y demás personas relacionadas con dicho deporte por tener, según el régimen, un “comportamiento turbio y de interesada indiferencia con relación al Glorioso Movimiento Nacional”, motivo por el cual serían sancionados «y no poder jugar durante seis años...». Estas leyes, “justas e imparciales”, al decir del fascista Martialay, fueron redactadas contra «gente turbia, hostil e indiferente», por el Consejo Nacional de Deporte y el Comité Olímpico Español presidido por un militar, Moscardó Ituarte. Esa gente represaliada, calificada como turbia, hostil e indiferente, se dedicaba a dar patadas a un balón o, como dicen algunos estetas actuales, a hacer obras de arte con dicho esférico, pero tuvieron el desliz de no mostrar hacia el Glorioso Movimiento Nacional ninguna simpatía. De ahí que se los castigase con años de suspensión y de cárcel para ejercer su profesión, como al jugador de Osasuna, Tell. Otros no tuvieron tanta suerte.

funerales

Funerales jugadores. Periódico Arriba (27.6.1939)

acuerdos depuraciones

Acuerdos y depuraciones. Periódico Arriba (30.6.1939)

esquela

Esquela. Gaceta (20.7.1939)

'Osasuna 1936. Golpistas, represaliados y franquismo'