jueves. 28.03.2024
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Fragmento de la portada del libro 'En la boca del lobo'

La espléndida novela de Elvira Lindo, En la boca del lobo, publicada en los comienzos del año 2023, está a punto de ser una obra maestra. Quizás, a mi entender lector, lo que le falte sea haber jugado de una manera más redonda con el tiempo, los tiempos, de lo narrado. Más redonda y algo menos confusa. No obstante…

“Emma suele decir que hay personas que se apoderan del sufrimiento, del propio y del ajeno, que lo acaparan de tal manera que no dejan lugar a los demás para expresar una pequeña queja. Así que, sin pretenderlo, nos acaban adiestrando en disfrutar de la vida por poco que esta nos ofrezca. Eso es lo que me dejaron en herencia mi abuela y mi madre”.

Lo que nos cuenta la autora de Lo que me queda por vivir es la historia de Julieta, quien, en un momento de su vida, vivió en la aldea de su abuela materna el “tiempo eterno de los últimos días” de su niñez, o, más bien, su “anhelo imperioso” por no salir jamás de ella. Su anhelo y su fantasía. Una historia cuyo ámbito no geográfico es el tiempo sin tiempo. (Y, quizás, de ahí su arriesgadísima apuesta que la resta categoría sin que la obra monumental que es la novela de Lindo se resienta demasiado.)

“Se puede querer y temer a un tiempo, querer mejor en el recuerdo, mejor en la distancia, querer sin que tu vida dependa de la persona a la que perteneces”.

Esta novela de la grandiosa literata que es Elvira Lindo, es, en definitiva, una historia sobre la insignificancia de querer saber cuál es nuestro destino

Julieta aprendiendo a existir sin ella misma: hay mucho de culpa y remordimiento en la novela, en sus personajes, en su transcurrir, en su melodía literaria y hasta en sus silencios. ¿Para qué nos sirve Dios?

“Las cosas que abandonamos experimentan también el azote del tiempo y se degradan hasta que se consumen y se hace imposible darles la vida que una vez tuvieron”.

¿Verdad que es cierto eso que dice alguien en En la boca del lobo de que “siempre provoca más confianza el que se rinde al sufrimiento que quien lo supera”? También que “cuesta mucho conocer el alma verdadera de las personas, incluso de las que más queremos”, y la razón es que de tan cerca como están “no consideramos que haya que prestarles demasiada atención”.

Una fábula en la que, en la oscura hermosura de la naturaleza, no es donde viven los lobos, porque los verdaderos lobos habitan entre los humanos

Esta novela de la grandiosa literata que es Elvira Lindo, dígase ya, es, en definitiva, una historia sobre la insignificancia de querer saber cuál es nuestro destino, y eso aunque “parte de la vida se nos pasa imaginando el futuro, para alimentar ilusiones, y otra parte recordando el pasado, para nutrir la nostalgia”, una historia sobre adivinar cuándo debemos detenernos para evitar todo aquello que estaba por venir.

Cuando las palabras brotan como si fueran sangre. La escritura de la sangre. Una fábula en la que, en la oscura hermosura de la naturaleza, no es donde viven los lobos, porque los verdaderos lobos habitan entre los humanos.

Este libro, esta versión española para la tercera década del siglo XXI del cuento de Caperucita y el Lobo Feroz, es además un admirable homenaje a la comarca del Rincón de Ademuz y una zambullida literaria exquisita “en la negrura del pasado” y su presencia insondable.

Elvira Lindo fascina en la boca del lobo