jueves. 25.04.2024
CRÓNICA DE LA LIGA | JOSÉ LUIS EGIDO

El fútbol español se juega en los despachos

El bipartidismo futbolístico impone su ley. Si no es suficiente su abrumadora superioridad deportiva, en los despachos se encargan de completar la faena. Ahí se deciden los dineros y los puntos. Las leyes son para los pobres, los ricos se saltan las normas.

Esto viene a cuento por lo ocurrido esta semana en los comités disciplinarios, o como se llamen. Al igual que en la política, quienes mandan ejercen su mayoría absoluta sin recato. Que Piqué se sale de madre y acusa a un árbitro de premeditación. Pues no pasa nada, se archiva. Cosa de chicos, que diría aquel cura del chiste malo. Que Pepe quiere superarle y en su cara llama al árbitro hijo de puta, pues nada, reescribimos el diccionario y al insulto le llamamos menosprecio. Semejante descaro no andará muy lejos de las presiones de Mourinho con su ley del silencio. Si nadie se escandaliza por las deudas del fútbol ¿por qué se va a escandalizar por estas minucias? Todo ocurre mientras los dirigentes sensatos de los demás equipos tratan de sujetar a sus gladiadores y entrenadores para que no se dejen llevar por el calor de las pulsaciones y ni siquiera miren a los colegiados, no sea que, tan susceptibles ellos, tiren de tarjeta roja contra los débiles mientras agachan la testuz ante los poderosos. Tentado estoy de dejar esto del fútbol, aunque un rayo de rebeldía se enciende dentro de mí en busca de la utopía de la limpieza en el juego y que éste se desarrolle sólo en el césped.

La parroquia madridista está nerviosa

Me he pasado dos jornadas sin escribir y, de pronto, me encuentro que la ventaja del Madrid se ha reducido a seis puntos. Suficiente para que Mou y sus acólitos se pongan de los nervios. Esta semana he tenido la oportunidad de conversar con algunos amigos madridistas sobre el devenir de la liga. Son gente progresista, razonables en la discusión, ponderados en su vida privada y profesional, pero que sufren una especie de transmutación cuando del Madrid se trata. Entonces su ecuanimidad desaparece y no ven más que fantasmas y persecuciones. Como no lo comprendo, les pregunto que dónde está el problema, ¿Acaso no están haciendo un juego superior al del Barcelona? ¿Acaso no van primeros con una ventaja sustancial? ¿Acaso no tienen la mejor plantilla del mundo? Y en lo relacionado con los árbitros, hasta hace una jornada ¿acaso Pepe no llevaba las mismas cinco tarjetas que Messi? ¿Acaso en 29 jornadas no lleva ningún penalti en contra? ¿Acaso en ocho o diez partidos el contrario no se ha quedado con diez? Supongo que es inútil razonar cuando sólo se es capaz de ver la paja en el ojo ajeno.

Más que este análisis, que al fin y al cabo es una opinión y por lo tanto criticable, me preocupa la apreciación de otro amigo que ha visto el último partido del Bernabeu para observar con sorpresa e indignación cómo la afición de la extrema derecha va arrastrando poco a poco al grueso del estadio. El recuerdo de aquella pancarta de “tu dedo nos marca el camino”, y que nadie ordenó retirar, me produce escalofríos.

 

El Atleti convierte al Zaragoza en el Ave Fénix

Entrando en el juego que se desarrolla en el césped, los dos titanes resolvieron sus compromisos. El Barça con algunos aprietos por la expulsión de Thiago. Y el Madrid, quizás liberado del corsé de Mourinho sancionado, se deshizo de una Real Sociedad muy floja con un juego brillante y efectivo, en la línea de sus mejores partidos de este curso.

De los aspirantes a los puestos europeos sorprende la derrota del Valencia ante el Getafe por su apatía. No menos que la del fornido Levante en su casa ante un crecido Osasuna que se coloca sexto. Quien no defrauda en este tramo final es el Málaga de Pellegrini, un entrenador espoleado por las opiniones despectivas de Mourinho que coloca a su equipo en Champions. Pierden algo de fuelle los leones del Athletic y el Español, pero que nadie dude que pelearán por los puestos europeos, seguramente la mayor emoción de esta liga.

Quien merece un párrafo aparte es el inexcrutable Atleti. Pasado el efecto Simeone, vuelve a las andadas de su idiosincrasia sin par. A veces pienso que los equipos, como los pueblos, son esclavos de su historia. Especializado en los últimos años en revivir a los muertos, se presentó en el campo de un Zaragoza casi desahuciado sin garra, sin ganas y sin juego. Toda una bendición para los maños que sacando fuerzas de flaqueza y aupados por su público, jugaron con profesionalidad para demostrar que no están hundidos. En su ayuda apareció Godín con un penalti innecesario en el último minuto. Si el Atleti no existiera habría que inventarlo. Mirando desde el punto de vista lúdico, el rey de la irregularidad es la salsa de todas las ligas.

No les ha servido para escapar de la última posición, pero sí para igualarse a puntos con los otros dos candidatos al descenso, Sporting y Racing, y para quedarse a 6 puntos del Villarreal y de la salvación. Como en el toreo, entramos en el último tercio, el de la verdad. Es curioso lo del número seis. Seis puntos marcan la diferencia por arriba y por abajo. En fin, lo dejo aquí. Señoras, señores amen la vida, amen el fútbol, porque hoy ha vuelto a amanecer…que es lo importante. Parece que en Andalucía un poco más.

El fútbol español se juega en los despachos