martes. 19.03.2024
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Se celebra ahora los cien años de la derrota del ejército español en Marruecos y que dicha derrota marcó un cambio en la historia de España. Buen momento para conocer esta historia y sacar las consecuencias pertinentes.

Fue una de las mayores derrotas militares del ejército español. Sucedió en la guerra del Rif y fue una importante victoria para los rifeños dirigidos por Abdel-Krim. Se produjo entre el veintidós de julio y el nueve de agosto del año 1921, cerca de la localidad marroquí de Annual, situada entre la ciudad de Melilla y la bahía de Alhucemas.

A lo largo de la historia de España, vemos cómo España ha sido auxiliar habitual de las aventuras colonialistas, como sucedió en México, en Vietnam, en Marruecos caso del que contaremos la historia, o actualmente en los países subsaharianos, donde Francia saca el beneficio económico mientras que en España nos la venden como la lucha contra el terrorismo. España sigue sin aprender porque los españoles no conocen la historia de su propio país, de ahí que sistemáticamente cometamos los mismos errores.

Aquel desastre nos permitió una España con numerosos problemas y en plena decadencia que mostraba todos los males del país:

  • Un ejército corrupto, mal instruido y peor armado para poder desarrollar sus compromisos coloniales. Había serios problemas de corrupción tanto a nivel de intendencia y oficialidad como entre la tropa, que vendía sus propios fusiles y municiones a los rifeños.
  • El rey Alfonso XIII que tenía una clara vocación militar y deseaba que el país siguiera las directrices que desde el ejército se daban. Apoyó al general Silvestre como su gran favorito y posteriormente al general golpista Miguel Primo de Rivera como su tabla de salvación.
  • Una clase política en plena descomposición y sin alternativas de país.
  • Una crisis económica y social galopante.

El Protectorado español en aquel momento se dividía en dos zonas, una cercana a la ciudad de Melilla y otra en los alrededores de la ciudad de Ceuta. Entre las dos ciudades españolas quedaba Alhucemas, que estaba regida por la tribu de Abd el-Krim.

El general Manuel Fernández Silvestre pretendía conquistar Alhucemas para así unir las dos partes del territorio que ya poseía, para tener una continuidad territorial en todo el Protectorado español en el norte de Marruecos.

La batalla ocasionó la muerte de alrededor de entre diez mil y trece mil hombres del ejército español, más de diez mil españoles y dos mil quinientos rifeños afectos a España, encuadrados en unidades indígenas, más de la mitad fueron ejecutados tras rendirse.

La mayoría eran soldados que pertenecían a las clases trabajadoras y pobres, que no habían podido librarse del servicio militar obligatorio al no poder abonar la cantidad de dinero que se requería para librarse del servicio militar, como sí se libraban los jóvenes de clases medias y altas que podían pagar. Esto creó un gran malestar social en todo el país.

No se dispone de datos sobre las bajas de las fuerzas rebeldes de Abd el-Krim. Esta derrota condujo a una redefinición de la política colonial de España en la guerra del Rif y a una crisis política que socavó los cimientos de la monarquía liberal de Alfonso XIII.

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Extensión de la República del Rif hacia 1924, a expensas de los territorios del Protectorado español. (Wikipedia)

El malestar creado por el desastre de Annual y las acusaciones al rey de instigar el poco meditado y mal preparado avance que propició el desastre, fueron una de las causas del golpe de Estado realizado por el capitán general de Cataluña para acabar en la Dictadura del mismo general.

La amnistía regía desde el año 1924, lo cual hizo que no se depuraran responsabilidades, de tal forma que los posibles culpables quedaron impunes. Tras esta humillante derrota para España, la guerra continuó durante seis años.

En mayo del año 1926, Abd-el-Krim se rindió a los franceses, y el diez de julio del año 1927, finalizaron los combates, al producirse la pacificación total del territorio, que permaneció bajo dominio español hasta la independencia de Marruecos en el año 1956.

COMO SE DESARROLLARON LOS ACONTECIMIENTOS

Las tropas españolas estacionadas en Annual estaban dirigidas por el general Manuel Fernández Silvestre (1). Pretendían avanzar en dirección a la bahía de Alhucemas, lugar considerado clave para dominar el territorio.

El general Silvestre era el general más joven del ejército español, tenía entonces cincuenta años y venía de fraguar su exitosa carrera militar heroica en la guerra de Cuba.

Tomaron el monte Abarran, el uno de junio del año 1921, estaba ubicado a solo doce km de la bahía, pero los rebeldes rifeños liderados por Abd el-Krim realizaron un contraataque el mismo día y se adueñaron de la posición capturando algunos cañones.

Las fuerzas españolas tomaron el monte Iguerriben como respuesta al anterior ataque, sin embargo, esta segunda posición fue también sitiada por los rifeños y tomada el veintiuno de julio.

Al día siguiente, el ejército español inició la retirada en dirección a Melilla hostigado continuamente por las fuerzas rebeldes. La retirada fue desorganizada y se convirtió en huida. El general Silvestre murió en circunstancias poco claras, posiblemente por suicidio, además, diferentes compañías formadas por soldados indígenas se pasaron al enemigo contribuyendo al desconcierto y el pánico total.

El contingente español sufrió enormes pérdidas materiales y de hombres. Finalmente, los tres mil supervivientes alcanzaron el fuerte situado en el Monte Arruit, donde se refugiaron mientras esperaban ayuda procedente de Melilla, que nunca llegó.

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Cadáveres españoles en Monte Arruit. (Wikipedia)

Fueron sitiados y después de resistir durante doce días, acuciados por la sed, el hambre y la falta de municiones, se rindieron el nueve de agosto, tras alcanzar un pacto con el enemigo por el que las tropas entregarían las armas y podrían retirarse libremente hacía Melilla.

El pacto no fue respetado por los rifeños que asesinaron a los tres mil supervivientes, una vez desarmados, e hicieron prisioneros a los oficiales para pedir un rescate.

El resto de las posiciones españolas pertenecientes al área de Melilla se encontraban aisladas entre sí y fueron atacadas y sitiadas por los rebeldes, algunas guarniciones pudieron escapar, pero la mayor parte de las tropas murieron en combate o fueron asesinadas por los rifeños tras rendirse.

CUESTIONES PREVIAS A LA BATALLA

Desde enero del año 1921 el ejército español dirigido por el general Silvestre ejecutó una maniobra de avance progresivo partiendo de Melilla en dirección a la bahía de Alhucemas.

Se consideraba esta bahía como el corazón del Rif y el enclave estratégico que era preciso tomar para dominar el territorio y acabar con la prolongada guerra de Marruecos, que se había iniciado en el año 1909.

Las tropas españolas estaban formadas por soldados que realizaban el servicio militar obligatorio, pero contaba también con unidades indígenas naturales de Marruecos, la policía indígena y los regulares.

El armamento consistía en artillería anticuada y escasa, ametralladoras de poca eficiencia de la marca Cok que se sobrecalentaban al usarla y fusiles Mauser de origen alemán, muchos de ellos deteriorados por proceder de finales del siglo XIX cuando España realizó las últimas guerras coloniales de Cuba y Filipinas.

Los soldados estaban pobremente vestidos y calzados con alpargatas, se les racionaba la comida y la renovación del calzado. Hay constancia de existir una corrupción generalizada dentro del ejército, que desviaba los suministros destinados a la tropa para beneficio de algunos oficiales corruptos.

annual 12Entre mayo del año 1920 y junio del año 1921, Silvestre (en la imagen) protagonizó un espectacular progreso, rápido e incruento. Avanzó 130 km sobre el Rif, produciéndose un total de veinticuatro operaciones, estableciendo cuarenta y seis nuevas posiciones con muy pocas bajas, solamente diez muertos y sesenta heridos.

Ocupó Taferit, adelantó el frente hasta el río Amekrán y compró a las cábilas de Beni Ulixek, Beni Said t Temsaman, llegando a acuerdos con sus cabecillas, ofreciéndoles dinero a cambio de su amistad.

Todos en España creían que se alcanzaría en breve la bahía de Alhucemas, pacificándose definitivamente el territorio. Tal ilusión pronto se derrumbó de manera cruenta.

Silvestre cometió numerosos errores e imprevisiones en su avance, subestimó al enemigo, no desarmó a las tribus rifeñas cuya lealtad había comprado, y extendió mucho más de lo prudente sus líneas de abastecimiento.

Las fuerzas de la comandancia de Melilla se distribuyeron entre nada menos que ciento cuarenta y cuatro puestos y pequeños fuertes o blocaos, a lo largo de 130 km de zona ocupada.

Los blocaos se situaban siempre aprovechando los lugares altos. Desde estas posiciones se podían dominar amplias zonas, normalmente no había agua, lo que obligaba a ir a por ella con reatas de mulas de forma regular.

Con fuerzas tan repartidas y aisladas entre sí, no era posible hacer frente de manera eficiente a un ataque del enemigo. Las condiciones de vida de los soldados, ya de por sí malas, eran pésimas en estos blocaos.

Así las cosas, en mayo de 1921, el grueso del ejército español estaba en el campamento base instalado en la localidad de Annual. Desde allí, Silvestre esperaba realizar el avance final sobre Alhucemas.

Entre Melilla y este campamento había tres plazas fuertes separadas por unos 31 km entre sí, y en torno a él un anillo formado por otros pequeños fortines, cada uno con una guarnición que variaba entre cien y doscientos soldados.

Se habían ocupado en la costa las dos posiciones de Sidi Dris, cercana a la desembocadura del río Amekrán, y Afrau, situada más a retaguardia. Hasta este momento, apenas se había disparado un solo tiro, aunque se guardaban las distancias con las tribus hostiles, y en las pequeñas escaramuzas que se producían apenas si hubo algunas bajas.

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Sin embargo, la posición de Annual era estratégicamente muy mala, se encontraba situada en un valle, rodeada de montañas y con accesos difíciles a la retaguardia. Un único camino principal la enlazaba con Melilla y este transcurría a través de pasos entre áreas montañosas, que podían ser fácilmente tomadas por el enemigo. En consecuencia, podía cortar la retirada y convertir el lugar en una auténtica ratonera, como de hecho ocurrió.

El general Silvestre había utilizado en la campaña todas las fuerzas disponibles, sin dejar prácticamente nada en reserva en previsión de un contraataque. Distanció mucho sus líneas y no aseguró el abastecimiento, de tal forma que la llegada de víveres y municiones podía ser fácilmente cortada por el enemigo.

Cometió por otra parte el grave error de concentrar gran número de tropas en Annual, sin contar con los suministros necesarios para su mantenimiento, por lo que la capacidad para resistir en el lugar era muy limitada.

En cuanto al resto de posiciones, se encontraban desperdigadas, enclavadas en puntos elevados de difícil acceso, y como ya hemos visto, no disponían de agua en su interior, sino que había que transportarla casi a diario, a veces a distancias de hasta cuatro kilómetros, mediante caravanas de mulas por estrechos y pedregosos caminos propicios a la emboscada.

Las instalaciones no contaban con aljibes para almacenar agua y tener una reserva por si se producía un asedio. Ni siquiera podían prestarse apoyo entre ellas por las distancias que separaban una posición de la contigua.

Los rifeños defendían su propio terreno del que eran grandes conocedores, disponían de armas de fuego y estaban acostumbrados a usarlas con excelente puntería, pues las luchas en el Rif entre grupos rivales eran muy frecuentes antes de la llegada de los españoles.

Hostigaban a las tropas españolas con frecuencia mediante francotiradores ocultos en las laderas montañosas. Estaban perfectamente adaptados al clima, incluso su ropa de tonos terrosos actuaba como un magnífico camuflaje. Eran maestros de la emboscada facilitada por el terreno montañoso.

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Principales enfrentamientos alrededor de Annual.

Su líder, Abd el-Krim, pertenecía a la belicosa cabila de Beni Urriaguel, había trabajado al servicio de la administración colonial como traductor, conocía perfectamente las debilidades del ejército español.

Supo aglutinar a las diferentes kabilas para un ataque coordinado e inesperado, que sorprendió por su intensidad a los militares españoles, que no supieron valorar en los primeros momentos la intensidad del movimiento y se vieron desbordados por los acontecimientos.

A finales de mayo de 1921, el general Silvestre ordenó que se estableciera una posición en el monte Abarrán situado en las proximidades de Annual. Un contingente de mil quinientos hombres, al mando del comandante Villar, llegó al lugar la mañana del uno de junio del año 1921, estableciendo apresuradamente una posición apenas protegida por sacos terreros.

Al mando de la posición quedó el capitán, Juan Salafranca Barrio, cuyas fuerzas consistían en la harka (2) amiga de Tensamán, unos doscientos policías indígenas y cincuenta soldados españoles. El comandante Villar con la mayor parte de la columna volvió a Annual.

Aquella misma tarde los rifeños comenzaron el ataque a las seis de la tarde, la harka de Tensamán se les unió, así como muchos de los policías rifeños. Los españoles perdieron la posición y la artillería, sufrieron ciento cuarenta y una bajas, incluyendo a todos los oficiales, a excepción del teniente de artillería Diego Flomesta Moya, al que los rifeños dejaron vivo para que arreglase los cañones y les enseñase a usarlos, negándose a ello murió en cautividad, el treinta de junio.

Por todo ello, se le concedió a título póstumo la Cruz Laureada de San Fernando de segunda clase por el valor demostrado en la defensa de Abarrán.

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Eufórico por el éxito, Abd el-Krim (3) dirigió entonces sus tropas contra la posición costera Sidi Dris, a la que llegó la madrugada del día siguiente, el dos de junio.

Sidi Dris fue asaltada durante veinticuatro horas, siendo rechazados por la defensa realizada por el comandante Julio Benítez Banítez, que tuvo diez heridos, por cien rifeños muertos.

La posición sufrió un nuevo asedio, el veintidós de julio de 1921, que duró tres días, al cabo de los cuales las tropas de Abd el-Krim se hicieron con el lugar, falleciendo casi la totalidad de la guarnición española.

A pesar del fracaso de Sidi Dris, la toma de Abarrán demostró a los rifeños la vulnerabilidad de los españoles. Abd el-Krim no dudó en exhibir los cañones y el material tomados, convenciendo a los rifeños que unidos podrían derrotar al general Silvestre y obtener un gran botín, de modo que en pocos días los efectivos de su harka pasaron de tres mil a once mil hombres.

Silvestre, creyendo que se trataba de acciones aisladas, no adoptó ninguna medida especial. Ocupó en respuesta Ygueriben, el siete de junio de 1921, manteniendo de ese modo una posición adelantada entre Izumma y Yebberl Uddia, con la idea de defender el campamento de Annual por el lado sur.

Después marchó a Melilla, para entrevistarse con su superior, el Alto Comisario general Berenguer, y solicitarle refuerzos, municiones, víveres para la población y dinero para comprar a los rifeños antes de iniciar la ofensiva final.

El diecisiete de julio, Abd el-Krim, al mando de la cabila (4) de los Beniurriagel y con el apoyo de las tribus cabileñas presuntamente aliadas de España, lanzó un ataque sobre todas las líneas españolas.

Igueriben, guarnecida por trescientos cincuenta hombres bajo el mando del comandante Benítez, el defensor de Sidi Dris, no tardó en quedar sitiada. Abd el-Krim inició el asalto, el diecisiete de julio, y la posición cayó el veintidós de julio. Murieron 339 soldados españoles, solo once consiguieron salvarse.

Durante cinco días, y a pesar del esfuerzo de tres columnas de refuerzo, los españoles habían sido incapaces de auxiliar la posición de Igueriben, fracaso que hizo cundir la desmoralización entre las tropas de Annual.

Tras estos sucesos, se concentró alrededor del campamento gran cantidad de fuerzas rifeñas, mientras que la moral del ejército español caía por los suelos. Al comenzar el asedio de Igueriben había unos tres mil cien hombres presentes en Annual.

Al cabo de dos días se incorporaron mil más, y dos días después llegaron otros novecientos de refuerzo. Así pues, el veintidós de julio, Annual acogía a unos cinco mil hombres, unos tres mil españoles y dos mil indígenas, con una fuerza de combate de tres batallones y dieciocho compañías de infantería, tres escuadrones de caballería y cinco baterías de artillería.

Sobre ellos, iban a lanzarse unos dieciocho mil rifeños bajo el mando de Abd el-Krim, armados con fusiles y espingardas (5).

El campamento de Annual disponía de víveres para cuatro días y municiones para un día de combate, pero carecía de reservas de agua. El general Silvestre, consciente de la imposibilidad de defender la posición, acordó con sus oficiales la evacuación del campamento.

Sin embargo, a las cuatro de la tarde del día 22, llegó un mensaje de radio del Alto Comisario Berenguer, prometiendo la llegada de refuerzos desde Tetuán. Una hora más tarde, el general Silvestre comunicó de nuevo al general Berenguer y al ministro de la Guerra, Luis Marichalar y Monreal, su desesperada situación y su decisión de tomar urgentes determinaciones.

Tuvo lugar una segunda reunión de oficiales al amanecer, en la que el general Silvestre dudó entre la evacuación inmediata y la espera de la llegada de refuerzos. Las dudas se despejaron cuando se tuvieron noticias del avance de tres columnas rifeñas de unos dos mil hombres cada una.

Ante esta información, el general ordenó evacuar, anunciando su intención de replegarse a los fuertes de Ben Tieb y Dar-Drius, posición esta última, que reunía las características para albergar gran cantidad de tropa y con el abastecimiento de agua muy fácil.

La retirada comenzó a las once horas, había dos convoyes:

  • Uno para retirar los mulos con la impedimenta.
  • El otro para el grueso de la tropa, los heridos y el armamento pesado.

Para entonces, las alturas del norte, que dominaban los caminos de huida ya habían sido tomadas por los rifeños.

La gran mayoría de los policías indígenas que las defendían se pasaron al enemigo, matando a sus oficiales españoles. Cuando las tropas españolas abandonaron el campamento, comenzaron a recibir disparos.

En ese momento, comenzó el caos. Los dos convoyes de evacuación se mezclaron sin ningún tipo de orden de hombres, mulos y material. En medio de la confusión, los oficiales perdieron el control de la situación. Sin nadie que cubriera su retirada, los hombres trataron de ponerse a cubierto de las balas corriendo hacia delante.

Los carros, el material y los heridos comenzaron a ser abandonados. Muchos oficiales escaparon ajenos a su deber, y la retirada ordenada no tardó en convertirse en una desbandada general bajo el fuego de los rifeños.

Algunos oficiales y unidades mantuvieron la calma y lograron ponerse a salvo con un número de bajas relativamente pequeño. En su inmensa mayoría, oficiales y soldados salieron a la carrera y en completo desorden.

El desastre pudo haber sido mayor, si los Regulares al mando del comandante Llamas no hubiesen resistido en las alturas del sur. Ello dio tiempo a los huidos para pasar por el angosto paso de Izumar, evitando así una muerte segura a manos de los rifeños.

Los Regulares se replegaron por escalones, retrocediendo monte a través en paralelo a la carretera, sin mezclarse con la riada de soldados en fuga. Silvestre, que aún estaba en el campamento cuando comenzó el desastre, murió en circunstancias no esclarecidas, y sus restos nunca fueron encontrados.

Hay tres versiones de lo sucedido con el general Silvestre:

  •  La primera dice que al ver el desastre, fue a su tienda de campaña y se voló la cabeza.
  •  La otra versión dice que fue abatido a tiros por los rifeños junto con el coronel Manella y varios oficiales que trataban de defenderse.
  • La tercera versión cuenta que sus impropias últimas palabras, dirigidas a sus hombres en estampida, fueron “¡Huid, huid, que viene el coco...!”.

El asedio de Monte Arruit

Las pocas fuerzas que pudieron salir vivas, bajo el mando del general Navarro, segundo jefe de la Comandancia de Melilla, retrocedieron hasta Dar Drius, posición bien fortificada y con agua disponible.

Sin voluntad de resistencia, creyendo que todo estaba perdido, se replegaron hacia Barbel y Tistuin. En la marcha, al llegar al río Igan, se produjo una nueva huida de oficiales, seguida de la estampida de sus tropas.

En medio de aquella desbandada, el Regimiento de Cazadores de Alcántara 14 de caballería, mandado por el teniente coronel, Fernando Primo de Rivera, hermano del futuro Dictador, trató de proteger la retirada enfrentándose a las oleadas de indígenas primero con sus ametralladoras y después con sucesivas cargas de caballería.

Su sacrificio fue enorme, pues de los 691 jinetes que lo componían, 471 murieron, lo que supuso un 70 % de bajas. Gracias a su acción, muchos soldados que huían, tuvieron tiempo de ponerse a salvo, aunque más tarde la mayor parte resultaron muertos tras la rendición de Monte Arruit.

Finalmente, tras seis días de agotadora marcha, alcanzaron el campamento de Monte Arruit, una posición más difícil de defender pero más fácil de socorrer que Dar-Drius. Los 3.017 hombres del general Navarro intentarían recomponerse, pero pronto, Monte Arruit fue también cercado, y cortados sus suministros.

El general Navarro desistió de intentar una huida desesperada hacia Melilla, negándose a abandonar a sus heridos. Al agotamiento físico había que sumar la desmoralización de la tropa, en algunos momentos al borde de la insurrección, y la carencia de agua, solo tenían los bloques de hielo que dos aviones dejaban caer sobre la posición.

El treinta y uno de julio, una granada destrozó el brazo del teniente coronel, Fernando Primo de Rivera, que fue operado sin anestesia, y murió el seis de agosto por causa de una gangrena.

Vistas las condiciones, el general Berenguer, Alto Comisario de España en el Protectorado, autorizó la rendición formal el nueve de agosto, a pesar de que ese día llegó de la Península un refuerzo de 25.000 soldados.

Se pactó con los rifeños la entrega de las armas a cambio de respetar la vida de los soldados. Una vez aceptadas las condiciones por los hombres de Abd el-Krim, los españoles salieron de la posición y amontonaron sus armas. Los heridos y enfermos comenzaron a alinearse en la puerta del fuerte, preparándose para la evacuación.

Cuando se dio la orden de partir, los rifeños atacaron a los indefensos españoles, degollando a casi todos. Sobrevivieron 60 hombres de los 3.000 que se refugiaron allí, y salvó la vida el general Navarro.

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Carga del río Igan, por Augusto Ferrer-Dalmau. (Wikipedia)

¿Por qué atacaron los rifeños a los españoles incumpliendo lo pactado?

Un grupo de unos treinta rifeños con banderas blancas se acercaron con la intención de parlamentar, sin embargo, los soldados españoles les cundió el pánico al estar asediados. Se oye desde el interior la orden de disparar contra esos rifeños, siendo todos muertos.

De ahí que las matanzas posteriores de los soldados españoles rendidos fuera una venganza de los rifeños.

La actitud del ejército español no fue muchas veces ejemplar en el Protectorado marroquí, pues era habitual que los oficiales españolas de la policía indígena violaran con frecuencia a las mujeres de las cabilas.

Es muy conocido el discurso que dio el socialista Indalecio Prieto en el Parlamento, en octubre del año 1921, donde denunciaba que un capitán del ejército español había violado a cincuenta mujeres moras.

Meses después, los cadáveres fueron recogidos y enterrados en los cementerios de Monte Arruit, Zeluán y Melilla por el ejército español con la colaboración de los Hermanos de La Salle, quienes, además, instalaron en su colegio un hospital que permitió a Cruz Roja curar y atender a los soldados heridos.

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Retirada de las tropas españolas durante el desastre de Annual.

Otras posiciones CONQUISTADAS POR LOS RIFEÑOS

  • Nador fue sitiada y se rindió, el dos de agosto, siendo su guarnición la única que, tras rendirse, fue respetada por los rifeños. Con la caída de esta plaza quedó sentenciado el destino de Monte Arruit.
  • Zeluán fue asediada desde el veinticuatro de julio. Se rindió el tres de agosto, siendo todos los supervivientes torturados y asesinados, y los oficiales, el capitán Carrasco y el teniente Fernández, fueron mutilados y quemados vivos.
  • Sidi Dras era una posición que estaba junto al mar, como anteriormente hemos visto, estaba guarnecida por alrededor de 300 hombres. Tras ser atacada y cercada, el veintidós de julio, resistió durante tres días. El intento de rescate por la marina española solo pudo evacuar con vida diez hombres, treinta fueron hechos prisioneros por los rifeños, el resto fueron dados por muertos o desaparecidos.
  • Punta Afrau está situada en un acantilado junto al mar, fue atacada, el veintidós de julio y resistió hasta el veintiséis del mismo mes. Alrededor de 130 hombres pudieron ser rescatados por la marina, los cincuenta restantes resultaron muertos o prisioneros de los rifeños.
  • Talifit fue evacuada hacia Sidi Dris, el veintidós de julio. Murió toda la guarnición.
  • Dar Quedsani donde más de 900 soldados españoles fueron asesinados tras rendirse.
  • Intermedia A, posición situada en la peña Tahuarda y tenía la función de proteger la retirada desde Annual a Ben Tieb. No recibió orden de evacuar y quedó aislada, resistiendo el ataque rifeño, entre el veintidós y el veintisiete de julio, en que se rindió. La mayor parte de los defensores fueron masacrados tras rendirse, solo hubo dos supervivientes.
  • Izzumar está posición fue ocupada por España para proteger el acceso a Annual desde Ben-Tieb. Disponía de ocho piezas de artillería y alrededor de 300 hombres. No combatió y sus integrantes se unieron a la retirada general hacia Ben-Tieb.

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  • Yebel Uddia. La guarnición constaba de unos 100 hombres y disponía de artillería. Fue atacada, el veintidós de julio y se replegó sobre la posición Intermedia A, que también fue atacada. No hubo supervivientes.
  • Mehayast era una posición ubicada en el monte Yebel Azrú a 1.150 m de altura, la guarnición estaba formada por 36 soldados y dos oficiales. Tras ser atacada fue evacuada en dirección a Ben-Tieb, resultando finalmente casi todos los ocupantes muertos o prisioneros. Hubo dos supervivientes.
  • Yemaa de Nador, la guarnición formada por 124 soldados y cuatro oficiales resultó muerta, muy pocos lograron salir y alcanzar Dar Dríus.
  • Morabo de Sidi Mohamed era una posición guarnecida por 33 hombres y un oficial, tenía la finalidad de proteger la retaguardia de Annual. Fue atacada, el veintidós de julio, por los rifeños. No hubo supervivientes.
  • Zoco el-Telatza fue atacada entre el veintidós y el veinticinco de julio. Los miembros de la guarnición se retiraron en dirección al Marruecos francés. Durante la retirada murieron 700 de los 1.200 hombres, que formaban la columna que tuvo que abandonar a los heridos a lo largo de la ruta.

Pronto corrió la noticia de la victoria rifeña, y tanto las cabilas como parte de las fuerzas marroquíes al servicio de España se sumaron a la guerra santa proclamada por Abd el-Krim.

Ninguna ayuda llegó desde Melilla, situada a unos 40 km, y las pocas unidades que aún conservaban la disciplina se vieron obligadas a retirarse bajo el constante acoso enemigo hasta Melilla. Se produjo así una espantosa retirada.

Lograron escapar vivos los defensores de Afrau, rescatados por la marina española y el destacamento de Metalsa, que logró llegar a las posiciones francesas de Hassi Ouzenga tras perder dos terceras partes de sus efectivos. En Dar Quebdana, el coronel pactó la rendición, pero en cuanto esta tuvo lugar, sus hombres fueron asesinados y el coronel quedó cautivo.

annual 9Tan terrible derrota se saldó, según el expediente Picasso, con 13.363 muertos, de los cuales eran 10.973 españoles y 2.390 indígenas. El número de bajas rifeñas es desconocido. No obstante, las cifras seguramente fueron inferiores, ya que los registros eran a menudo hinchados para cobrar más soldadas y recibir más suministros.

El comandante Caballero Poveda calculó el total de bajas españolas, en el año 1984, en 7.875 hombres. Indalecio Prieto calculó en 8.668 los españoles muertos o desaparecidos en octubre de 1921.

Había tantos cadáveres que se decía que, del segundo día en adelante, los buitres solo comían “de comandante para arriba”. A las pérdidas humanas se añadieron las de material militar, 20.000 fusiles, 400 ametralladoras, 129 cañones, aparte de municiones y pertrechos.

Quedaron 492 prisioneros españoles, de los que sobrevivieron 326. Algunos de ellos fueron liberados al comienzo de la misión de rescate llevada a cabo, entre otros, por los miembros de la Delegación de Asuntos Indígenas, Gustavo de Sostoa y Luis de la Corte Lujan.

El resto sufrieron dieciocho meses de cautiverio y fueron liberados finalmente el veintisiete de enero del año 1923, tras las negociaciones llevadas a cabo con Abd el-Krim y por parte española, Horacio Echevarrieta, a cambio de cuatro millones de pesetas.

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El empresario Horacio Echevarrieta y el líder rifeño Abd el-Krim, durante la reunión que mantuvieron ambos en 1923. (Wikipedia)

¿Por qué del desastre de Annual?

Voy a seguir lo que dice el expediente Picasso sobre el desastre:

  • Las líneas militares eran de excesiva extensión en relación a las fuerzas disponibles.
  • El avance se produjo de forma temeraria, no se tuvo en cuenta la posibilidad de un contraataque del enemigo.
  • Las cabilas supuestamente amigas situadas a retaguardia permanecieron armadas cuando su fidelidad a España era muy dudosa.
  • El territorio tomado quedó defendido por posiciones dispersas mal abastecidas y organizadas, lo que las hacía difícilmente defendibles frente a un ataque enemigo.
  • No se previeron líneas escalonadas de apoyo bien dotadas en retaguardia para organizar una retirada si esta era necesaria.
  • Una vez iniciado el ataque rifeño se mandaron todas las tropas disponibles a Annual, dejando la ciudad de Melilla y la retaguardia desguarnecida.

Las vueltas que da la vida, Franco consiguió reclutar a unos cien mil marroquíes para combatir a los españoles que defendían la Constitución de 1931. Hemos de saber, que la mayoría de ellos eran rifeños, que anteriormente habían masacrado al ejército español. Franco los compró con dineros procedentes de los países que lo apoyaban, Italia y Alemania.


Después de leer este artículo les recomiendo que lean dos artículos míos:

El desastre de Annual de 1921 y Alfonso XIII. El informe Picasso

El general Domingo Batet Mestres: católico, liberal y republicano


NOTAS

(1) Fue un militar español, comandante general de Ceuta (1919-1920) y de Melilla (1920-1921), en el transcurso de la guerra del Rif, y principal responsable, como comandante en jefe del ejército español, del desastre de Annual. El propio Silvestre murió el 22 de julio en circunstancias no esclarecidas. Mientras una versión dice que al ver el desastre se metió en su tienda de campaña y se suicidó para evitar ser capturado, otra versión dice que fue abatido a tiros por los rifeños junto con el coronel Manella y varios oficiales que trataban de defenderse. No obstante, su cadáver jamás fue hallado, lo que, durante un tiempo, dio pábulo a rumores infundados sobre su presunta supervivencia. Era amigo personal de Alfonso XIII al que obedecía ciegamente.

(2) Se entiende por Harka una fuerza indígena irregular con mandos europeos, empleada en las campañas de Marruecos por el ejército español. Se trata de unidades aguerridas, aunque difíciles de gobernar, carne de cañón por excelencia, que demostraron eficacia, valor y fidelidad en los duros combates que siempre les tocaba afrontar

(3) Fue un político y líder militar marroquí de origen rifeño, fundador y primer Presidente de la República del Rif. Abd el-Krim encabezó la resistencia contra las administraciones coloniales de España y Francia durante la denominada guerra del Rif. Sus tácticas guerrilleras posteriormente influyeron en otros líderes como Ho Chi Minh, Mao Zedong o el Che Guevara.

(4) Cabila es un término de origen bereber utilizado para designar tanto a las tribus bereberes del norte de África como al territorio donde se asientan.

(5) La espingarda es un arma de fuego que, según el contexto, puede referirse a:

  • Pieza de artillería, algo mayor que el falconete.
  • Del siglo XV hasta el siglo XIX se trata de un fusil con un cañón muy largo usado por los españoles en el Siglo XV y mucho más tarde por los habitantes del norte de África.

En cualquier caso se entiende que es un arma portátil, que un solo hombre maneja y transporta sin dificultad.


BIBLIOGRAFIA

  • Barea, Arturo. “La forja de un rebelde”. 2012. Barcelona. 
  • Díaz-Fernández, José. “El blocao: novela de la guerra marroquí”. 2007. Stockcero. Madrid.
  • Carrasco García, Antonio. “Annual 1921 Las imágenes del desastre”. 1999. Almena Ediciones. Madrid.
  • Francisco, Luis Miguel. “Annual 1921, crónica de un desastre”. 2005
  • Fernández de la Reguera, Ricardo. March, Susana. “Episodios nacionales contemporáneos”. 1969. Planeta. Barcelona.
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  • Hernández Mir, Francisco. “Del desastre al fracaso: un mando funesto”. 1922. Pueyo.
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El desastre de Annual, una derrota histórica