viernes. 29.03.2024

El público del Berlinale Palast no paraba de ovacionarle. Steve Spielberg mostraba su alegría bailando y llevando su mano al corazón. Su mujer le daba la mano mientras nada menos que Bono le daba una sentida laudatio al galardonado este año por su dilatada carrera cinematográfica. “Todavía no he acabado” le dijo luego al oso de oro honorífico que portaba en su mano Steve Spielberg, antes de confesar tener miedo a los osos y sentirse como en casa visitando Berlín por su deuda con los cineastas alemanes. Alabó al pueblo alemán por cultivar la memoria colectiva y casi vino a decir que no dejaba de ser un berlinés adoptivo. Su apellido tiene origen judío germánico y viene a significar mirador de montaña, algo que cuadra bien con su visión cinematográfica.

La 73’Berlinale proyecta casi toda su extensa filmografía, desde aquella inolvidable cinta en que un camión persigue incansablemente al coche del protagonista, pasando por todas las cintas que jalonan su vasta e impactante producción, hasta la que se proyectaba tras recoger el galardón y se ha visionado con él en la sala. Me refiero a ‘The Fabelman’, apellido que porta la familia protagonista y que juega con su significado: fabulador.. En esta película se recrea su infancia y adolescencia. Comienza con sus padres llevándole al cine, asegurándole que será una experiencia inolvidable.

No hay que dar por concluida su brillante carrera y a buen seguro Spielberg nos regalará muchas más historias durante los próximos años

Aunque soy algunos años más joven, acompaño esa experiencia. Me refiero a la huella que dejaban las películas proyectadas en pantallas grandes. Al volver a casa recreabas el argumento con tu imaginación o los juguetes que tuvieras a mano. Spielberg sin embargo lo filma con la cámara de su padre y va descubriendo el oficio del cineasta. Las imágenes cobran vida cuando van acompañas de música y eso se refleja en cada una de sus películas cuenta con melodías memorables. El escenario del Berlinale Palast le recibió con ‘Encuentros en la tercera’ y acabó con ‘ET’.

Al firmar autógrafos, por cierto, le presentaron un muñeco del extraterrestre y lo blandió como un trofeo ante las cámaras.

Junto al indiscutible papel de la música, pronto descubre la magia del montaje. Las escenas cuentan una historia según el orden que se les ponga y por supuesto los encuadres que se hayan hecho. La película se ve con agrado pese a su largo metraje y mantiene una tensión dramática que añade interés a los datos autobiográficos del cineasta. Su entrevista con John Ford es un broche de oro y se finaliza cuando el protagonista decide finalmente dedicarse a dirigir películas. Desde luego no hay que dar por concluida su brillante carrera y a buen seguro Spielberg nos regalará muchas más historias durante los próximos años.

Spielberg y Los Fabelman en La Berlinale