viernes. 26.04.2024
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Alex Couto Lago trabaja uno de los temas que genera más controversia en el presente: los familiares de torturadores en la dictadura. En este caso, el escritor se sitúa en la dictadura de Franco, en España. 

Silvia Duarte descubre las cartas que le escribía Francisco Duarte -su abuelo- a su esposa Soledad Montesinos Duarte, Ella se encuentra internada por un Alzheimer avanzado. La novela destaca cuatro voces: la voz de Francisco, de Silvia, Soledad y un narrador externo que mira desde afuera y nos da otro panorama de lo que sucede. En las cartas Silvia vuelve a encontrarse con la forma de hablar de su abuelo, en los escritos le resuena, le es conocida, es él: un hombre que supo -a pesar de llamarlo a veces viejo cascarrabias- ser cariñoso con ella y su abuela. Silvia siente admiración por él, lo siente como un padre, quien le enseñó muchas cosas sobre el mundo. 

3A medida que avanza el relato encontramos las diferencias de Silvia con su abuela Soledad. Ella nos presenta a Soledad como una mujer apática, que no sonreía y siempre estaba callada, en cambio su abuelo era todo lo contrario. Silvia disfruta de encontrarse con una parte de Francisco, el que suplantó a su padre Rafael, el lugar de su padre que se suicidó cuando era chica. 

Cuando Silvia termina de leer esos diarios, busca encontrar más cartas, más diarios para seguir leyendo y mantener un poco la presencia de su abuelo con ella. Revisa los muebles, los escritorios hasta que encuentra escondidas, bajo llave, cartas de 1949 dirigidas a Soledad. En esa época, Francisco había sido trasladado a Madrid para trabajar en la cárcel de mujeres. En sus cartas le cuenta a Soledad los dramas de la cárcel, sus tareas y describe despectivamente a las presas, establece juicios de valor respecto a sus saberes y narra algunas de las torturas que ejercía contra ellas. Las respuestas de Soledad son la impresión de una época: ella sabía un poco lo que sucedía y también ignoraba otras cosas que prefería no saber o tener que recordar. Esas sensaciones están allí, en el manojo de cartas entre las que Soledad responde con aprobación, apenas lo contradice, asiente en su accionar, concuerda con los prejuicios y acciones de Francisco y de vez en cuando lo previene de involucrarse demasiado en las historias de las presas. 

Al enterarse de esta parte de la historia de sus abuelos, Silvia continúa un monólogo interno intentado comprender cómo fue que su abuelo había accedido a trabajar allí y a torturar a mujeres que se encontraban en cautiverio, cómo fue que sus abuelos habían ocultado esta verdad y cómo décadas después siguieron guardando silencio. El descubrimiento de estas cartas solo será el comienzo de una búsqueda más profunda 1sobre la verdad familiar. La historia propone una mirada desde varios ángulos: la familia del verdugo y la que se encuentra en la búsqueda de una nueva memoria.

Álex deja registro de los crímenes cometidos en el franquismo, en el robo de títulos de propiedad, el precio de la verdad y el bienestar económico a cambio de silencio, el autor se hace preguntas y se mete en la cabeza de quien descubre que su familiar es un torturador y la decisión que toma la persona que lo descubre. La novela ‘Cartas a un amor sin memoria’ es una de las tantas historias que se encontraban en los cajones de miles de casas españolas durante y después del régimen. Alex Couto Lago le pone nombre a una nieta que vive en la generación que nació luego del fin de la dictadura franquista y cómo la memoria sigue siendo un trabajo minucioso, que muchas veces se encuentra por casualidad. 


Editorial: Editorial Base
Colección: Narrativa Hispánica
Páginas: 336
ISBN: 978-84-18715-31-0
Precio: 18,00 €

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‘Cartas a un amor sin memoria’: una historia que dialoga con el silencio familiar en la...