Necesitamos tu ayuda para seguir informando
Colabora con Nuevatribuna
Pablo D. Santonja | @datosantonja
Tendría yo la joven edad de 17 años cuando esta obra maestra del cómic, escrita por Frank Miller e ilustrada por David Mazzucchelli, llegó a mi vida. Esta trama se centra en los primeros días de Batman como el protector de Gotham, creando una base que sería pilar fundamental para la mitología del personaje.
En la década de 1980, el cómic de superhéroes vivía un proceso de renovación, buscando un tono más oscuro y maduro. Frank Miller ya había sentado cátedra en el mundo del cómic con "The Dark Knight Returns" (1986), donde retrataba a un Batman envejecido y en conflicto con un futuro distópico. "Batman: Año Uno" se sitúa en el otro extremo de esa línea temporal, narrando el primer año de Bruce Wayne como Batman, su proceso de adaptación a su papel de vigilante, y los desafíos en una Gotham dominada por el crimen y la corrupción.
La historia tiene dos protagonistas: Bruce Wayne, quien acaba de regresar a Gotham tras años de entrenamiento, y James Gordon, un detective recién transferido al Departamento de Policía de Gotham. Ambos hombres, aunque con métodos diferentes, luchan por llevar justicia a una ciudad sumida en el caos. Bruce Wayne regresa a Gotham con el objetivo de cumplir su juramento de combatir el crimen que juró la noche en que sus padres fueron asesinados. Sin embargo, sus primeros intentos son torpes y dolorosos, enfrentándose a criminales comunes y a la corrupción institucionalizada en todos los niveles de la ciudad. Es a través de una incursión fallida dónde Bruce se da cuenta de que necesita un símbolo poderoso para infundir miedo en los criminales. Es entonces cuando, al ver un murciélago estrellarse contra una ventana de su mansión, decide adoptar la figura del murciélago como su alter ego.
Por otro lado seguimos a James Gordon, quien llega a Gotham con su esposa, Barbara, con la esperanza de comenzar de nuevo. Sin embargo, Gordon descubre que el Departamento de Policía de Gotham está plagado de corrupción. A lo largo de la historia, se muestra como un hombre íntegro que lucha contra los elementos corruptos de la policía.
"Batman: Año Uno" aparte de una historia de origen, es una historia sobre el fracaso. La trama nos lleva a ver múltiples derrotas de estos dos personajes hasta conseguir ser quienes son en el ideario actual que tenemos de cada uno de ellos.
La representación de Gotham es crucial para entender la atmósfera del cómic. Gotham es descrita como una ciudad oscura, opresiva, donde la corrupción y el crimen están profundamente enraizados. Este entorno asfixiante se convierte en un campo de batalla sucio y opresivo. Así, el tono de la obra es decididamente oscuro, algo característico del trabajo de Frank Miller. A diferencia de las historias de superhéroes más optimistas, "Año Uno" presenta un retrato más realista y brutal de lo que implica ser un vigilante. Batman no es retratado como un héroe invulnerable, sino como un hombre que comete errores, que sufre, y que está en constante evolución. Es su determinación lo que finalmente lo define como héroe, idea que recogerá en una adaptación algo libre, pero con grandes paralelismos el film “The Batman” de Matt Reeves, con una historia llena de mafiosos y presiones políticas.
Con ello, llegamos a esta edición Deluxe que nos trae ECC, con una encuadernación de lujo con una funda para el propio libro, y con más de 100 páginas de extras que incluyen bocetos, storyboards, un extenso desarrollo del guion y cartas con los autores desentrañando algunos secretos de este clásico de la novela gráfica.