viernes. 29.03.2024
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Reseña de La fiesta de la insignificancia de Milan Kundera. Recomendado por Saro Díaz.

La literatura de Milan Kundera es tan profundamente seria que apea al ser humano del pedestal en el que nosotros mismos nos hemos colocado, por mucho que el autor checo pretenda crear humor jugueteando -como tantas veces ha hecho en sus obras- con personajes históricos reducidos a muñequitos.

En esta última novela nos revela que la insignificancia “es la esencia de la existencia” y lo hace sin grandes alharacas, mostrando la relación de unos amigos, pues la amistad es el único valor que aún mantiene el tipo en el universo Kundera, despojado el erotismo de sacralidad alguna para ejercer un mero papel de interpretador de inconscientes. La acción de la novela es irrelevante, lo mismo que ver los cuadros de Chagall en realidad lo es para quienes hacen cola ante el museo, pues no acuden al objeto de experimentar algo dentro de sí mismos sino “para matar el tiempo con el que no saben qué hacer”.

Novela en mano, el lector imagina a Milan Kundera pidiendo a su editorial que obvie los datos de su biografía y que se limite a consignar que nació en Checoslovaquia y vive en Francia, por aquello de enaltecer eso, la insignificancia. Aunque su pluma personalice, mientras haya historia de la literatura, a toda una generación arrollada por una utopía política que salió mal.

Apear al ser humano de su pedestal: Milan Kundera