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Actualizado el 3 de agosto de 2022

La adicción al cibersexo se define como el uso de cibersexo excesivo e incontrolado, que desemboca en problemas laborales, sociales y personales.

Uno de los riesgos principales del cibersexo es la posibilidad de desarrollar un cuadro clínico de adicción al sexo.

  1. Nivel epidemiológico del cibersexo
  2. Tipos de usuarios que practican cibersexo
  3. Características de la personalidad
  4. Grado de la adicción en hombres y mujeres
  5. Estudios recientes
  6. Prácticas sexuales de riesgo

Nivel epidemiológico del cibersexo

El cibersexo es el uso de internet con objetivos de gratificación sexual, bien en solitario (viendo pornografía), o en interacción con otros usuarios online.

A nivel epidemiológico, es más frecuente en varones. En un estudio en España la prevalencia entre 18 y 25 años se situaba en el 98% para chicos y en el 78% para chicas.

En torno al 87% de los menores de 18 años había consumido porno.

Además, el 88% de las personas entre 70-80 años había consumido porno en internet en alguna ocasión.

Respecto a otras actividades sexuales online, (chat, webcam o intercambio de imágenes), la prevalencia en España se sitúa en el 20% de varones entre 18-25 años y en un 8% entre mujeres en este rango de edad.

En personas mayores de 60 años la prevalencia es de un 30% de varones y un 33% de mujeres.

Tipos de usuarios que practican cibersexo

Se han descrito cuatro tipos de usuarios que practican cibersexo:

> los que lo hacen por entretenimiento (de manera casual, sin repercusión negativa);

los que lo hacen por satisfacer fantasías, para involucrarse en actividades sexuales que no llevarían a cabo en su vida real;

los compulsivos sexuales que encuentran en internet una vía de escape para sus deseos eróticos y usuarios reactivos al estrés o al desánimo.

Características de la personalidad

En cuanto a las características de su personalidad se sabe que los usuarios de cibersexo tienen:

poco control de sus impulsos,
baja autoestima,
presencia de disfunciones sexuales,
una imagen corporal distorsionada,
e inseguridad ante las relaciones sexuales reales con otra persona.

Como en otras adicciones comportamentales, la persona con adicción al cibersexo invierte una cantidad de tiempo excesivo realizando una actividad sexual online, persisten en ella a pesar de las consecuencias negativas, no tendrían control sobre su inicio y finalización, negarían su problema y fallarían en los intentos por controlarlo.

Con frecuencia se usa esta adicción como regulador de los estados emocionales negativos.

Como en otras adicciones se dan fenómenos de tolerancia, cada vez se dedica más tiempo y de abstinencia cuando no se puede acceder al cibersexo.

Grado de la adicción en hombres y mujeres

No se han encontrado diferencias en la severidad del consumo en función de la orientación sexual en varones, con la única excepción del uso social del cibersexo, mayor entre los hombres homosexuales, quizás por ser internet un medio seguro que les permite encontrar parejas.

En el caso de las mujeres si se ven diferencias en función de la orientación sexual en cuanto a la severidad del consumo de cibersexo.

Las mujeres bisexuales presentan mayor riesgo de consumo problemático.

En las mujeres homosexuales ocurre el mismo fenómeno que entre los varones homosexuales.

Estudios recientes

En un reciente estudio de la Universidad Jaime I, se encuentra que el 89% de la muestra utiliza internet con fines sexuales.

De este 89%, el 70% buscaba contenidos sexuales y apenas un 30% distraerse.

Esto explicaría el uso de cibersexo por motivaciones hedonistas, que básicamente consiste en búsqueda rápida del placer sexual a partir de prácticas y actividades sexuales que impliquen una inversión de tiempo pequeña, un refuerzo sexual inmediato y ausencia de implicación emocional.

Prácticas sexuales de riesgo

Las personas con adicción al cibersexo realizan en mayor medida prácticas sexuales de riesgo:

sobre todo sexo anal,
sexo con pareja esporádica,
y sexo tras consumo de alcohol y otras drogas.

Todo esto conlleva, en especial la práctica del sexo, sin protección a mayor riesgo de contraer enfermedades de trasmisión sexual como el VIH.

Adicción al cibersexo excesivo e incontrolado