nuevatribuna.es
11 de enero de 2010, 3:45
NUEVATRIBUNA.ES - 10.1.2010
Este martes, el juez que investiga el caso Gürtel en Madrid, Antonio Pedreira, tomará declaración a la duodécima imputada del PP madrileño, la concejal de Presidencia y Mujer de Pozuelo, Yolanda Estrada, que según la instrucción del juez Baltasar Garzón es la persona que hacía de enlace entre la trama corrupta que dirigía Francisco Correa y el Ayuntamiento de Pozuelo.
Para antes de que finalice el mes, se espera que Pedreira levante el secreto de otra parte del sumario en el que, de momento, hay 64 imputados. Y, entretanto, el magistrado sigue sopesando si asume o no la investigación de la parte valenciana de la Gürtel, tal y como le ha solicitado la Fiscalía Anticorrupción. Pedreira es partidario de esperar a que el Tribunal Supremo decida sobre el recurso contra el archivo del Tribunal Superior de Justicia de Valencia de la causa contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, su secretario general, Ricardo Costa, y otros tres miembros del PP autonómico. Si el Supremo se pronunciara en contra el archivo, el tribunal valenciano tendría que reabrir la causa y Pedreira evitaría tener que inhibirse si su investigación sobre la financiación irregular del PP afectara a aforados.
Pero, mientras la rueda de la Justicia sigue girando, en la cúpula del partido salpicado por el escándalo de corrupción se sigue a pies juntillas la consigna de que Gürtel es agua pasada. Esa es la línea de pensamiento que inspiró la semana pasada la designación de Gerardo Galeote, implicado en el caso, como miembro del grupo de análisis que ha constituido el equipo de Mariano Rajoy para examinar la presidencia española de la Unión Europea. Y esa es también la línea del que el propio Rajoy ha preparado para la Junta Directiva Nacional que se reunirá este lunes con el cometido de diseñar la estrategia de oposición del PP en este próximo semestre.
El peso de su intervención caerá en la economía, con especial atención a los cuatro millones de parados que según este partido ha provocado la pésima gestión de la crisis del Gobierno socialista. Ni una palabra sobre Gürtel o las tensiones internas del partido. Sí hablará, sin embargo, de la Presidencia española de la UE, de la ampliación de la Ley del Aborto, del Estatuto de Cataluña, de la educación, de la energía o del caso del 'chivatazo' a ETA.
Este último asunto ha irrumpido con fuerza en la agenda del PP, que parece haber encontrado en él la posibilidad de desviar las acusaciones de corrupción hacia los socialistas resucitando viejos fantasmas. Esta estrategia, iniciada hace un par de meses, resurge en las últimas declaraciones del vicesecretario de Comunicación de los 'populares', Esteban González Pons, atribuyendo al presidente del Gobierno la responsabilidad política en el 'chivatazo' que se dio al dueño del bar Faisán para avisarle de que la Policía le estaba investigando por su relación con la financiación de ETA a través del llamado impuesto revolucionario. Es decir, que Zapatero sería para Pons el "señor X" del caso.
El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ya le ha respondido calificando las afirmaciones del dirigente del PP de "ocurrencia". Pero no será la última vez que oigamos hablar del asunto, sobre todo ahora que se hace necesario contrarrestar el efecto de ver a la número dos de Rajoy, María Dolores de Cospedal, acudiendo a acudiendo a declarardeclarar ante el juez por unas declaraciones que le han merecido una demanda por injurias.
EL FRENTE MADRILEÑO
En cuanto a las turbulencias internas del PP, Rajoy las da por superadas. En una entrevista publicada este domingo por El Mundo, el líder de la oposición llega a decir incluso que el "conflicto" entre las presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, nunca fue tan grave como se llegó a decir y añade: "Lo que pasa es que hay cosas que tienen morbo y, además, se exageran, pero yo creo que si todos actuamos con un poco de generosidad, intentando entender a los demás, las cosas se pueden arreglar". Rajoy, como no podía ser menos, asegura que respetará la decisión que tome el Comité de Derechos y Garantías del partido, tanto sobre el vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, como con el ex secretario general del PP de Valencia Ricardo Costa, ambos suspendidos cautelarmente de militancia y con expedientes abiertos.
EL FRENTE BALEAR
Por otra parte, el convulso clima político que se vive en las islas Baleares con la imputación en el 'caso Palma Arena' del ex presidente autonómico y ex ministro, Jaume Matas, o la crisis interna de Unión Mallorquina (UM), parece ser el motivo de que Rajoy haya elegido Palma de Mallorca para reunir a sus parlamentarios el viernes y el sábado. Más de doscientos dirigentes del partidos se dedicarán a discutir las prioridades del PP en los próximos meses. Y, si todo se desarrolla como en otras recientes convocatorias de corte similar, el cónclave de Palma acabará siendo un cierre de filas en torno a los responsables locales del partido, una escenificación de que todos los 'tesoros' hallados por la policía en el palacete de Matas y todos los cargos que pesan sobre él no han conseguido hacer la más mínima mella en la formación.
Este martes, el juez que investiga el caso Gürtel en Madrid, Antonio Pedreira, tomará declaración a la duodécima imputada del PP madrileño, la concejal de Presidencia y Mujer de Pozuelo, Yolanda Estrada, que según la instrucción del juez Baltasar Garzón es la persona que hacía de enlace entre la trama corrupta que dirigía Francisco Correa y el Ayuntamiento de Pozuelo.
Para antes de que finalice el mes, se espera que Pedreira levante el secreto de otra parte del sumario en el que, de momento, hay 64 imputados. Y, entretanto, el magistrado sigue sopesando si asume o no la investigación de la parte valenciana de la Gürtel, tal y como le ha solicitado la Fiscalía Anticorrupción. Pedreira es partidario de esperar a que el Tribunal Supremo decida sobre el recurso contra el archivo del Tribunal Superior de Justicia de Valencia de la causa contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, su secretario general, Ricardo Costa, y otros tres miembros del PP autonómico. Si el Supremo se pronunciara en contra el archivo, el tribunal valenciano tendría que reabrir la causa y Pedreira evitaría tener que inhibirse si su investigación sobre la financiación irregular del PP afectara a aforados.
Pero, mientras la rueda de la Justicia sigue girando, en la cúpula del partido salpicado por el escándalo de corrupción se sigue a pies juntillas la consigna de que Gürtel es agua pasada. Esa es la línea de pensamiento que inspiró la semana pasada la designación de Gerardo Galeote, implicado en el caso, como miembro del grupo de análisis que ha constituido el equipo de Mariano Rajoy para examinar la presidencia española de la Unión Europea. Y esa es también la línea del que el propio Rajoy ha preparado para la Junta Directiva Nacional que se reunirá este lunes con el cometido de diseñar la estrategia de oposición del PP en este próximo semestre.
El peso de su intervención caerá en la economía, con especial atención a los cuatro millones de parados que según este partido ha provocado la pésima gestión de la crisis del Gobierno socialista. Ni una palabra sobre Gürtel o las tensiones internas del partido. Sí hablará, sin embargo, de la Presidencia española de la UE, de la ampliación de la Ley del Aborto, del Estatuto de Cataluña, de la educación, de la energía o del caso del 'chivatazo' a ETA.
Este último asunto ha irrumpido con fuerza en la agenda del PP, que parece haber encontrado en él la posibilidad de desviar las acusaciones de corrupción hacia los socialistas resucitando viejos fantasmas. Esta estrategia, iniciada hace un par de meses, resurge en las últimas declaraciones del vicesecretario de Comunicación de los 'populares', Esteban González Pons, atribuyendo al presidente del Gobierno la responsabilidad política en el 'chivatazo' que se dio al dueño del bar Faisán para avisarle de que la Policía le estaba investigando por su relación con la financiación de ETA a través del llamado impuesto revolucionario. Es decir, que Zapatero sería para Pons el "señor X" del caso.
El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, ya le ha respondido calificando las afirmaciones del dirigente del PP de "ocurrencia". Pero no será la última vez que oigamos hablar del asunto, sobre todo ahora que se hace necesario contrarrestar el efecto de ver a la número dos de Rajoy, María Dolores de Cospedal, acudiendo a acudiendo a declarardeclarar ante el juez por unas declaraciones que le han merecido una demanda por injurias.
EL FRENTE MADRILEÑO
En cuanto a las turbulencias internas del PP, Rajoy las da por superadas. En una entrevista publicada este domingo por El Mundo, el líder de la oposición llega a decir incluso que el "conflicto" entre las presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, nunca fue tan grave como se llegó a decir y añade: "Lo que pasa es que hay cosas que tienen morbo y, además, se exageran, pero yo creo que si todos actuamos con un poco de generosidad, intentando entender a los demás, las cosas se pueden arreglar". Rajoy, como no podía ser menos, asegura que respetará la decisión que tome el Comité de Derechos y Garantías del partido, tanto sobre el vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, como con el ex secretario general del PP de Valencia Ricardo Costa, ambos suspendidos cautelarmente de militancia y con expedientes abiertos.
EL FRENTE BALEAR
Por otra parte, el convulso clima político que se vive en las islas Baleares con la imputación en el 'caso Palma Arena' del ex presidente autonómico y ex ministro, Jaume Matas, o la crisis interna de Unión Mallorquina (UM), parece ser el motivo de que Rajoy haya elegido Palma de Mallorca para reunir a sus parlamentarios el viernes y el sábado. Más de doscientos dirigentes del partidos se dedicarán a discutir las prioridades del PP en los próximos meses. Y, si todo se desarrolla como en otras recientes convocatorias de corte similar, el cónclave de Palma acabará siendo un cierre de filas en torno a los responsables locales del partido, una escenificación de que todos los 'tesoros' hallados por la policía en el palacete de Matas y todos los cargos que pesan sobre él no han conseguido hacer la más mínima mella en la formación.
