miércoles. 17.04.2024
argentina
Imagen de archivo.

Con el juicio y el posterior castigo a los genocidas de la última dictadura militar, Argentina se convirtió en referente de la lucha por los Derechos Humanos. Las condenas de Videla, Massera, Viola, Lambruscchini y Agosti, convirtieron al país en ejemplo en materia de DD.HH., ya que fue uno de los primeros países en juzgar a represores de la dictadura en un tribunal local constituido por magistrados nacionales. El testimonio de quienes padecieron las atrocidades del terrorismo de Estado, aún está fresco en la memoria de quienes no solo observan su propio ombligo.

Durante estos últimos meses, sin embargo, palabras que creíamos desterradas para siempre de nuestro diccionario, regresaron; aunque esta vez pronunciadas en una democracia cada día más opaca, más represora, más servil a la causa de unos pocos; una democracia en manos de un gobierno que no sabe de Derechos Humanos, sino de Humanos Derechos.

Los medios hegemónicos no comunicarán que la mismísima Organización de las Naciones Unidas estudia la redacción urgente de un comunicado en el que declarará a la República Argentina en “riesgo alimentario”, y alertando además que es “alarmante e inminente el avance represivo sobre la población”. Porque a pesar de la labor de ese periodismo que prefiere hablar del paso de Irma por Miami, a pesar de la incondicional entrega de los escribas que -movidos por la noble cuasa de ganarse un lugar entre los más destacados opinólogos a sueldo- escupen tinta a diario dibujando una realidad dictada, falsa como una moneda de 3 pesos… A pesar de esto, para la ONU “el país se halla al borde de una dictadura civil equiparable a la militar, con persecusiones para acallar todo tipo de disidencia, incluyendo detenciones fuera de la ley”. A pesar de las voces de esas señoras que conducen programas de entretenimiento para esas otras señoras que no han visto jamás otro ombligo que no fuera el suyo propio, a pesar de esas señoras de la tele a las que les sobran adjetivos y adverbios para adorar al presidente, esas señoras que aseguran que los pobres que diariamente se multiplican en las calles de Buenos Aires (CABA, como les gusta a ellas denominar a la capital argentina), son “un invento del gobierno anterior”, las mismas señoras que reproducen la voz oficial que asegura que “la gente siente que está mucho mejor”, que “ya se siente la reactivación” pero que “hay muchos argentinos que le quieren “poner palos en las ruedas al presidente que es bueno y hasta se parece a Mandela”, que “en el sur de Argentina hay terroristas disfrazados de mapuches que están aliados con las Farc colombianas y con el ISIS”, que “hay gente que le hace mal al país y que hay que defender a este gobierno y que  la anterior presidenta es un peligro para el país” (y piden que se la juzgue por “Traición a la Patria” mientras Macri la subasta al mejor postor)… A pesar de esta malsana prostitución de todos y cada uno de los comunicadores oficiales que consiguen el eco del ignaro televidente que repetirá titulares y opiniones, que los prepetirá cada vez que tenga ocasión, como si fueran su propia opinión… a pesar de esa suerte de telón colorido que se ha posado por delante de la realidad argentina, la ONU sostiene que “La situación social de Argentina es sumamente grave y se van anulando las garantías constitucionales”.

Esta semana miebros de Gendarmería irrupieron en colegios secundarios en los que se mencionó a Santiago Maldonado, el joven desparecido hace 42 días luego de ser detenido por Gendarmería. Federico Mendoza, docente de la materia Política y Ciudadanía de la Escuela Técnica N’4 de Florencio Varela (Buenos Aires), debió esconderse de la policía por haber dado una clase en la que se refirió a Maldonado: “Doy política y Ciudadanía. Estoy escondido en la Escuela Técnica 4, con la Policía afuera. No puedo salir. La Policía me tiene acá. Difundir por favor", pidió el profesor. (El gobierno argentino ha dispuesto un número de teléfono para que los propios alumnos denuncien a cualquier profesor que mencione a Maldonado en su clase. Según sostienen, “hablar de una Desaparición Forzada es “adoctrinar”).

En las redes sociales se difundieron esta semana las imágenes de los allanamientos ilegales que están sufriendo unidades básicas de partidos políticos, organizaciones sociales y escuelas. El 31 de agosto la Policía de Córdoba realizó una serie de allanamientos a domicilios, partidos políticos y centros culturales. Los operativos se hicieron en el marco de una investigación que pretende identificar a quienes efectuaron una marcha contra el “gatillo fácil” (abuso policial).

Internet sirvió también para mostrar la multitudinaria marcha pacífica por la Aparición con Vida de Santiago Maldonado (de la que participaron cientos de miles de personas), en la que policías infiltrados llevaron a cabo una cacería indiscriminada de manifestantes y periodistas.

argentina derecho humanosDesde la asunción de Macri a la presidencia se reprimió violentamente cada una de los reclamos que ha habido; incluyendo balas, palos y gases a trabajadores y maestros. Sin embargo los guionistas a sueldo de la realidad han logrado criminalizar a quien se le ocurra reclamar algún derecho, han convertido a las víctimas en victimarios. Y el mensaje ha calado ya tan hondo que la víctima real defiende a su propio victimario.

La otra realidad -la que no aparece en el guión de estos orfebres de pacotilla- indica que los discapacitados se han quedado sin su pensión, los jubilados sin la cobertura de sus medicamentos, los despidos están a la orden del día, cierran cientos de pequeñas y medianas empresas (sólo en Mar del Plata cerraron más de 50 restaurantes y bares), decae la industria nacional, aumentan los impuestos (ya se puede pagar el gas en dos cuotas), se incrementa la pobreza, se dispara el número de niños mal alimentados.

El gobierno de Macri, a través de su Jefe de Gabinete, Marcos Peña, le respondió ayer al representante regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH, que “no habrá comisión para investigar la desaparición de Santiago Maldonado”. Con esa impunidad y en pleno ejercicio de su propia versión de la democracia, Macri avanza. “De eso no se habla”. Los medios moldean... “de eso no se habla”, repiten los desinformados masivos. “Hay enemigos del gobierno”, “hay subversivos”, “hay terroristas”.

El gobierno de Macri avanza a sabiendas de que a la realidad la moldeará esa troupe de payasos risueños que ahora se han vuelto serios, o que al menos no repiten tan a menudo -como hasta hace algunos meses- el discurso de la “alegría y la felicidad”, sino ese otro en el que advierten de que un enemigo interno, “nos ha declarado la guerra”.

Con esta coraza Macri elabora ahora el proyecto de Reforma Laboral que impondrá después de las elecciones. Y cuanto más avanza, menos derechos, menos humanos... “más humanos derechos”. El gobierno de Macri reforzó la seguridad en 2016 realizando la mayor compra de armas de la historia del país: nada más ni nada menos que 2 millones de dólares, una compra que aún no supo justificar.

Soplan vientos de cambio en Argentina. Manoseada por quienes ni siquiera sabrían explicar su significado, la democracia resiste a estos avatares, continúa intacta, haciendo valer su razón de ser; agredida pero indemne.

Humanos derechos