viernes. 19.04.2024
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Desde los años 90, como consecuencia de las políticas del gobierno del peronista neoliberal Carlos Menem, se instaló en el país el fenómeno de la pobreza estructural. Y el surgimiento de los piqueteros, movimiento de desocupados que se organizan para obtener planes sociales del Estado

@jgonzalezok | Este pasado lunes, día 3, un joven de solo 13 años moría en la localidad de Presidente Roque Sáenz Peña, provincia argentina de Chaco, una de las que tiene mayor índice de pobreza del país. Falleció en un confuso episodio por una bala en el pecho, en el tumulto que se produjo en el curso del saqueo a un supermercado. Varios incidentes de este tipo, aunque sin un resultado tan trágico, se han producido en los últimos días en varios puntos del país. 

Este tipo de sucesos era frecuente en épocas navideñas, que en el hemisferio sur coinciden, además, con las vacaciones de verano. Las noticias sobre los saqueos de estos días no solo preocupan al gobierno, también lleva intranquilidad a empresarios, intendentes (alcaldes) y gobernadores, sean del color político que sean. 

El hundimiento del peso respecto al dólar y las medidas de ajuste anunciadas por el gobierno han tenido ya sus repercusiones en la población, fundamentalmente en forma de aumentos de precios. El propio presidente, Mauricio Macri, reconoció que esta situación hará que aumente la pobreza. Y el gobierno parece no saber cómo resolver una situación en la que se combina una inflación muy alta, estanflación, caída dramática de la actividad económica, un elevadísimo déficit fiscal y casi nulas inversiones de riesgo. Un combinado explosivo que provoca, además, una pérdida de confianza brutal

Pero los saqueos parecen obedecer a otra cosa. Para la secretaria de Seguridad, Patricia Bullrich, hay grupos ligados al kirchnerismo detrás de los intentos de saqueos en el Chaco, la ciudad de Mar del Plata y el barrio porteño de Lugano. Y se ha presentado una denuncia contra dos redes de WhatsApp y un grupo de Facebook que estarían incentivando los saqueos. También se investiga un posible robo masivo de datos del ministerio de Desarrollo Social, ya que estarían llegando mensajes coordinando acciones de este tipo a beneficiarios de planes sociales. 

En las últimas semanas se multiplicaron las declaraciones de opositores, que tienen un sentido claramente destituyente. Juan Grabois, un abogado próximo al papa y a la ex presidente, Cristina Fernández, dijo en las últimas horas: “Es difícil explicarle a un compañero que para que deje de haber un gobierno de ricos para ricos, hay que esperar un año”. Y añadió: “Si el pueblo se cansa, yo voy a estar con el pueblo”. 

El líder sindical de los camioneros, Hugo Moyano, echó confusión al tema al asegurar que Macri “está desorientado, tiene ganas de rajarse” (irse). El dirigente camionero, que pasó de pilar fundamental del kirchnerismo a enemigo íntimo de la ex presidente Cristina Fernández, ha vuelto ahora a estar próximo a la ex mandataria y es uno de los impulsores de la huelga general convocada para el próximo 25 de septiembre.

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Desde los años 90, como consecuencia de las políticas del gobierno del peronista neoliberal Carlos Menem, se instaló en el país el fenómeno de la pobreza estructural. Y el surgimiento de los piqueteros, movimiento de desocupados que se organizan para obtener planes sociales del Estado. Y en momentos de crisis aguda han sido frecuentes los episodios de saqueos. Los sufrieron todos los gobiernos, incluido el de Cristina Fernández. 

Pero los saqueos no son solo una respuesta a la desesperación, han sido también instrumentos de acción política. Tradicionalmente han sido impulsados por sectores del peronismo, que son los que controlan el territorio a través de los llamados “punteros”, que sirven para movilizar gente y recursos. A fines del 2012, la entonces presidente, Cristina Fernández, admitió que los saqueos que le dieron la puntilla a los gobiernos de Raúl Alfonsín, en 1989, y de Fernando De la Rúa, en 2001, fueron organizados por sectores del peronismo y que no fueron espontáneos. “Todos sabemos que fueron provocados”, admitió, añadiendo: “hay sectores que tienen prácticas que, al no poder conciliar con los votos, tienen este tipo de actitudes”.  

La pérdida del poder en las elecciones de diciembre de 2015, nunca fue asumida por el peronismo/kirchnerismo, que alienta la presunción de que solo ellos pueden gobernar la Argentina, de que son los únicos que garantizan la gobernabilidad del país. Se refieren a ellos mismos como el “movimiento nacional”, deslegitimando al resto de las fuerzas políticas. Los fracasos del primer gobierno de la democracia, de Raúl Alfonsín (1983-1999) y de la Alianza de Fernando De la Rúa (1999-2001), confirmarían esta fantasía. Y desde el primer momento se trató de presentar al gobierno de Mauricio Macri como una continuación de este último gobierno, que representó el mayor fracaso político de las últimas décadas en Argentina. Incluso se refieren al gobierno actual como la Alianza Cambiemos, tratando de asimilar a través del nombre a ambos gobiernos, a pesar de que la coalición de gobierno que encabeza Macri se llama simplemente Cambiemos.

La imagen de De la Rúa, abandonando en helicóptero la Casa Rosada, después de dimitir en medio del caos, está siendo permanentemente evocada por la oposición argentina. Incluso divulgando falsos rumores sobre un nuevo “corralito”, como sucedió días pasados. Aunque ahora la situación en Argentina no es comparable con el 2001, las posibilidades que dan las nuevas tecnologías preocupan al gobierno por su poder desestabilizador.

El Gobierno argentino acusa al kirchnerismo de alentar los saqueos