viernes. 19.04.2024
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El mejor alumno del FMI ya se relame por la reelección. La guerra mediática-judicial contra la oposición y el blindaje del que goza, le dan aún la chance de convencer al sector más incauto del electorado

Miembros del Fondo Monetario Internacional arribaron ayer a la Argentina para auditar el programa económico del gobierno encabezado por Mauricio Macri que, a estas alturas, se ha convertido en el mejor alumno de Christine Lagarde.

El pasado 28 de enero voceros del FMI aseguraron que las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre “son un riesgo considerable” debido a la posibilidad de un giro político que cambie el rumbo de la economía. De este modo Macri recibía el respaldo de la entidad crediticia que orquestó el plan de ajuste que el gobierno argentino está llevando adelante con nefastas consecuencias para la economía real.

Del mismo modo que lo hizo durante la presidencia de Carlos Menem en la década de los ’90, el FMI se deshace en elogios hacia Macri, quien ha hecho un paso al costado para dejar en manos del organismo internacional el futuro de la Argentina. La receta del Fondo no varía de la que ya ensayaron los pasados gobiernos neoliberales, tanto en dictadura como en democracia. El resultado tampoco varía y ya es una realidad que los medios hegemónicos se afanan en invisibilizar.

Este lunes llegó la tercera misión del FMI desde que el gobierno tomó deuda por 56 millones de dólares. El nuevo desembolso se producirá en marzo y es de 11 mil millones de dólares, una suma que deberá devolver el próximo gobierno.

Durante la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional, celebrada en Bali, Indonesia, Lagarde destacó que “la Argentina demuestra una clara disciplina para acelerar el ajuste fiscal y llevar las cuentas públicas a un nivel de equilibrio primario en 2019”, y que “las cosas actualmente pueden cambiar y dar vuelta a la economía”. Pero el elogio más impactante hacia la administración Cambiemos llegó cuando la titular del FMI destacó que “estamos reconfortados por lo que hemos visto, hemos modificado el acuerdo para que sea más legible y sólido”.

La presión de Lagarde para que Macri aplique la reforma previsional y laboral, de momento se mantiene alejada de la agenda. A siete meses de las elecciones, el presidente argentino aún no tiene un solo resultado positivo que mostrar a sus electores. De modo que ha suspendido la urgencia por dichas reformas a la espera del momento indicado. El mejor alumno del FMI ya se relame por la reelección. La guerra mediática-judicial contra la oposición y el blindaje del que goza, le dan aún la chance de convencer al sector más incauto del electorado, ese mismo sector que ignora que en la Argentina gobierna el Fondo, mientras que Macri sólo oficia de gerente.

El FMI y la reelección de su alumno predilecto