jueves. 25.04.2024

Hace 40 años, aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, el mundo entero fue testigo directo del golpe militar fascista dirigido por el dictador Augusto Pinochet y que contó con el beneplácito de los EEUU.

En aquella época no había internet o móviles para seguir la noticia pero, todos tenemos en la retina la imagen del Palacio de la Moneda siendo bombardeado por la aviación militar y la confirmación de que el legítimo presidente del País, el Sr. Salvador Allende se encontraba en su interior defendiendo con su vida, el gobierno legítimamente elegido, la unidad popular  y  la democracia ante la barbarie fascista.

Este golpe de estado y la posterior dictadura que se instaló en Chile abrió una época de detenciones, torturas, asesinatos y barbarie que se extendió por todo el cono sur, donde en el marco de la conocida Operación Condor, fueron numerosos los golpes de estado y las dictaduras   que contaron con el apoyo de los EEUU.

El último objetivo de aquella política norteamericana impulsada por Nixon y Kissinger, era parar en seco el desarrollo democrático de los pueblos de América. Bajo la excusa de combatir el comunismo, miles de periodistas, militantes de izquierda, supuestos militantes, ciudadanos, curas de la teología de la liberación, etc. fueron asesinados.

Pinochet murió, murió sin que rindiera cuentas ante la justicia por todas los crímenes que cometió, pero murió deslegitimado, aislado, de la misma forma que los militares fascistas de turno en Argentina, Brasil, Bolivia,... que gobernaron sus países bajo dictaduras protegidas por los estadounidenses. Ofrecieron sus servicios al imperialismo y trataron de acabar con las ansias de libertad de sus pueblos, pero el pueblo no olvida las atrocidades cometidas y quienes fueron sus responsables.

40 años después América Latina ha recuperado la memoria de lucha y avanza hacia su plena soberanía. Aquel cambio político-social interrumpido bruscamente por las armas de los poderosos no sirvió más que para retrasar unas décadas las ansias de libertad de los pueblos de Bolivar, Marti, Che, Fidel, Allende, Chavez y otros muchos luchadores por la libertad de los pueblos de América.

Pero no hay que caer en la excesiva confianza, en pensar que el camino está realizado, hay que seguir luchando. Las practicas golpistas y las injerencias no han desaparecido, aunque ahora se disfracen y no sean aquellos golpes militares con cientos de muertos, torturados y desaparecidos.. No debemos olvidar lo sucedido en los últimos meses y años en diferentes países de Latinoamérica como Venezuela, Honduras, Paraguay, Ecuador, o el bloqueo contra Cuba. Todos estos casos nos enseñan que no podemos bajar la guardia contra el imperialismo e intervencionismo de las grandes potencias especialmente de los EEUU en Latino América.

Hoy en pleno siglo XXI, aquellas alamedas que se abrieron para el pueblo, para el pueblo que anhelaba paz y justicia se abren nuevamente; pero esta vez se abren para seguir avanzando en el camino trazado por Allende, sin renegar de la historia, aprendiendo de los errores y avanzando con paso firme hacia el socialismo del S.XXI.

Desde Euskal Herria, los hombres y mujeres que formamos SORTU, queremos recordar y homenajear, junto a todos los revolucionarios de América Latina y del mundo, la figura de Salvador Allende. A su vez nos reafirmamos en nuestro compromiso para luchar por ese mundo mejor por el que también Allende luchó y dio la vida. Un mundo de justicia,

¡Allende es de los muertos que nunca muere!

¡Allende vive la lucha sigue!

A 40 años del golpe militar contra Allende