sábado. 20.04.2024
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PROLOGO

En un artículo nuestro anterior (Ni presentismo ni relativismo, publicado el 25/08/2022 en Nuevatribuna.es) nos hacíamos eco de la idea expresada en un hilo de Telegram, que venía a decir que “la izquierda pudiera estar mirando con nostalgia un tiempo donde era más claro el combate entre sistemas ideológicos contrapuestos, aunque [seguía reflexionando] en los casos en que los nuestros ganaron, se acabaron comportando como un sistema represivo. Y así [acababa] es difícil mantener un discurso de ideología comunista y tener éxito entre la población”. La contundencia de dicha afirmación nos hizo admitir que “esta última reflexión tiene más enjundia de lo que parece, y es merecedora de un artículo aparte”, y ahí vamos.

QUÉ PIENSAN DE SI MISMOS LOS VOTANTES

Elaboración propia, datos en miles de votantes; fuente: Barómetro del CIS, noviembre-diciembre de 2019 [1], crosstab de las tablas P33 y P36A, y para los votos, El País “10N, Elecciones generales. Resultados”
Elaboración propia, datos en miles de votantes; fuente: Barómetro del CIS, noviembre-diciembre de 2019 [1], crosstab de las tablas P33 y P36A, y para los votos, El País “10N, Elecciones generales. Resultados”

UP-IU y PSOE comparten claramente nicho electoral hasta la posición ideológica “3” (un conglomerado donde pueden caber en mayor o menor grado las categorías de comunista, socialista o progresista). Las posiciones asimilables a socialdemócrata (4) y demócrataliberal (5) están mayoritariamente decantadas hacia el PSOE, pero representaron para UP-IU el nada desdeñable 21% de los votos obtenidos en las Elecciones Generales de noviembre del 2019 (aproximadamente, 660.000 votos).

Es decir, y a tenor de la autoexpresión ideológica de los votantes, UP-IU y PSOEnecesariamente se ven obligados a compartir -y a competir por- los votos de los que se autoubican en la escala ideológica entre 1 y 3, y en menor medida, 4 o incluso 5.

Elaboración propia, datos en tanto por ciento; fuente: Barómetro del CIS, noviembre-diciembre de 2019, crosstab de las tablas P40 y P36A
Elaboración propia, datos en tanto por ciento; fuente: Barómetro del CIS, noviembre-diciembre de 2019, crosstab de las tablas P40 y P36A

En cuanto a la edad de los votantes, UP-IU se abastece mayoritariamente de votantes de edades comprendidas entre 18 y 45 años (65%), mientras que el PSOE tiene como principal fuente de votos (54%) la franja de edad de los 46 a los 75 años.

Ambos, para crecer, seguramente tendrán que intentar dos estrategias: captar votos justo en la franja de edad en que hoy su oponente es más fuerte y disputar los espacios ideológicos comunes. Díaz ha iniciado su particular batalla en cada frente con su defensa de trabajadores y pensionistas (frente de edad) y su “escuchar” (frente ideológico). Sánchez, cómodo en el frente de la edad, se ha sumado a la batalla en el frente ideológico con su “recibir”, recientemente anunciado.

Las estrategias se están perfilando, y aunque el presente artículo se centra más en Díaz que en Sánchez u otros líderes de izquierda, lo que sigue puede ser extrapolable a todos. Es aquello de lo que nos previene el viejo proverbio sobre el monaguillo y las campanas: No se puede estar en misa y repicando. O cuando menos es difícil.

PINOCCHIO E IL GRILLO PARLANTE

 “Pinocho fue a pescar al río Guadalquivir, se le cayó la caña y pescó con la nariz.” (canción infantil, Anónimo)

Las letras de las canciones infantiles son a medias ripios y a medias puro surrealismo, pero en conjunto parecen tratados de antropología. Lo que podía ser un defecto de Pinocho, su estrambótica nariz, la canción lo convierte en la solución a su problema. Vamos, justo lo que se le pide a un político, que haga de la necesidad virtud y que convierta los problemas en soluciones.

Es factible, a pesar de ser algo reduccionista, proponer que, con el objetivo primordial de cambiar para bien la sociedad, en la izquierda coexisten dos almas -o sea, dos visiones estratégicas fundamentales- de alguna manera divergentes: la de alcanzar el poder y la de mantener una visión crítica central, nuclear -o incluso esencialista- sobre el poder.

Se nos puede decir que ambas son compatibles. Es cierto en el terreno de los deseos: cualquiera desea la victoria de su proyecto sin dejarse pelos en la gatera. No lo es en el terreno de los quereres. La diferencia entre desear y querer es abismal: todos podríamos desear ir a la Luna, pero sólo los que quieren -y no sólo desean- ir a la Luna hacen todo lo necesario para conseguirlo. Incluso poner en segundo término familia y amistades.

A la primera alma la llamaremos Pinocho; a la segunda, Pepito Grillo.

Pinocho

Pinocho, y de aquí el símil, quiere dejar el mundo de lo virtual y perfecto y aspira a poder ser humano, es decir, aspira al poder del ser humano, y lo alcanza, eso sí: con todos sus beneficios y todas sus miserias.

La izquierda que quiera el poder debe saber que, como le pasará a Pinocho, en su ejercicio se hará humana, y el poder le cargará con todos sus beneficios y todas sus miserias. No hay otra, y esperar algo distinto ciertamente es ilusionante, es decir, generador de ilusos que luego darán paso a desilusionados: y no hay nada peor que un converso desencantado.

Y no es -no debe ser, aunque pueda ser- una pura y simple estrategia negociadora, lo de humanizarse para llegar al poder y luego ya impondremos nuestra cultura. Va mucho más allá. Es reconocer que la cultura de la sociedad, es decir de alguna manera su ánima -aquello que la mueve-, no se cambia desde el poder (excepto que caigamos en autoritarismos o totalitarismos, cuyos monstruos demasiado que conocemos), sino que hay que sentar las bases materiales para que esa cultura evolucione y obligue al poder a cambiar: las leyes deben seguir a la sociedad, y no la sociedad a las leyes (el despotismo ilustrado no por ser ilustrado dejó de ser despotismo). Si asumimos que no es mera negociación, perder pelos en la gatera es condición de posibilidad para alcanzar el poder.

Esta estrategia, la de alcanzar el poder asumiendo sus miserias para poder usar en bien de la sociedad sus palancas, es una muy buena opción, pero no puede ser la única.

La izquierda que quiera el poder debe saber que, como le pasará a Pinocho, en su ejercicio se hará humana, y el poder le cargará con todos sus beneficios y todas sus miserias

Pepito Grillo

El riesgo de los políticos Pinocho es que no sepan -o no quieran o no puedan saber- cómo marcar un límite a la pérdida de pelos en la gatera. Y al final, de tanto perder pelos, ya ni se reconozca si el gato es blanco o es negro (algo así pasó con González, que, mutando del socialismo al utilitarismo, acabó haciendo suyo el proverbio chino, aprendido en 1985 de Deng Tsiao Ping, para explicar que ellos, los del PCC, no eran a la postre tan malos: “gato negro o gato blanco, lo importante es que cace ratones”, despotismo camuflado de pragmatismo).

Y para eso necesitamos el alma de la izquierda que encarna Pepito Grillo.

Pero Pepito Grillo nunca alcanzará el poder, nunca será humano, siempre nos rondará con un nivel y una exigencia ética incuestionable, siempre sabrá advertir, con grave enojo del receptor, qué está mal y qué es lo que falla. Lo hará sin descanso y ahí radica esa miaja de poder que su capacidad crítica le otorga: ser libre e independiente del poder para así reflexionar, informar y advertir sin cadenas que le aten ni censura que le calle.

Pero los políticos Pepito Grillo son humanos y no héroes de un cuento, y pasa que les ocurre lo que a todos, que nos desalienta pensar que sabemos algo y ver que no lo podemos poner en práctica. Esa tensión, entre la potencia y el acto, puede llevar a estos políticos a querer alcanzar esas palancas con las que, más que actuar en el mundo de las ideas, podrían accionar y provocar cambios en la sociedad.

Pero si esa querencia por la acción abandona el campo del deseo y se vuelve real y ellos mismos no mutan en Pinocho, la crisis está servida: al gen Grillo, en la misma medida en que la convicción le hace útil, le permite ser independiente y le da autoridad sobre Pinocho, esa alta ética le volverá irresponsable, imprudente y habitualmente inmune a las críticas.

Díaz

¿Qué alma ideológica de izquierdas conforma a la política -de- Díaz? ¿Pinocho o el gen Grillo?

Decir que ambas en igualdad de autoridad, que podría ser, es aceptar que no habrá buen pronóstico si Díaz quiere, y no sólo desea, alcanzar el poder, pues el gen Grillo acabará mandando sobre Pinocho (lo que no es malo por sí mismo, pero sí para el proyecto de liderar o cuando menos participar en el poder ejecutivo).

En la pugna por ampliar su masa votante (y al margen de las facilidades o estorbos con que sus cofrades trufen su camino), y si quiere -como así parece- ganar en los dos frentes, el ideológico y el de la edad, tendrá que amansar y mucho a su gen Grillo para que su Pinocho tenga alguna posibilidad de éxito en el proyecto de alcanzar voto mediante el poder y sus palancas.

Que su “escuchar” sea algo más que una cámara de eco, una actuación empática o una gimnasia de avecinamiento, que no sea sólo un acto de precampaña, porque en ello le va su futuro, y con toda seguridad también el nuestro

Deberá dominar, y no sólo aparentar que domina, el gen Grillo, pues el ciudadano, que en general no es tonto, y especialmente aún menos el que pueda ser atraído por su discurso y su estrategia, se opondrá y se rebelará ante aquello que, oliendo a postureo y márquetin, pueda esconder despotismo, aunque sea ilustrado.

Que su “escuchar” sea algo más que una cámara de eco, una actuación empática o una gimnasia de avecinamiento (algo que, como expondremos a continuación, no está claro), que, en fin, no sea sólo un acto de precampaña es deseable, porque en ello le va su futuro, y con toda seguridad también el nuestro.

EPÍLOGO

Las principales preocupaciones de la sociedad española, según los sucesivos barómetros del CIS [2], se han mantenido bastante estables a lo largo del tiempo, siendo la cuestión económica la principal, seguida de los problemas que generan los propios políticos y en tercer lugar, especialmente al ver saltar las costuras de la sanidad pública por la pandemia, la sanidad.

Elaboración propia, fuente: barómetro del CIS
Elaboración propia, fuente: barómetro del CIS

Siguiendo la estela de Díaz, Sánchez recibirá a unas cincuenta personas (una selección basada en unos 250.000 escritos recibidos de diversa índole) con el fin de le ayuden a “identificar problemas, tendencias y también soluciones”, según señala literalmente la Secretaría de Estado de Comunicación. Identificar soluciones, dice.

¿Recibir a cincuenta personas, sin menoscabo de la legitimidad del acto o de la bondad de sus escritos, puede ampliar el conocimiento derivado del análisis de decenas de conjuntos de tres mil opiniones debidamente catalogadas?

Pregunta 19, Barómetro CIS junio 2019, “¿estaría Ud. muy a favor, a favor, en contra o muy en contra de que las administraciones públicas adoptaran cada una de las siguientes medidas para fomentar el alquiler de la vivienda?

Si hubieran prestado atención a estos barómetros, las tres primeras soluciones, con una aceptación del 84-87%, debería estar al alcance del conocimiento de Díaz y de Sánchez desde junio del 2019, al igual que tantas y tantas opiniones incluidas en los barómetros del CIS. La duda que nos atenaza no es que nadie les haya preparado un informe, es que sí lo tienen, sí lo conocen, y que ese escuchar o recibir a la ciudadanía, por muy legítimo que sea escucharla y recibirla tiene un mucho de paripé.

¿No se leen los barómetros del CIS? ¿No tienen consejeros duchos en el programa de IBM de análisis estadístico -de pago- SPSS o en el open-source -gratis y colaborativo- PSPP que les preparen informes? ¿la opinión de tres mil personas tomadas al azar no es representativa? La respuesta es sí, sí y sí.

Nadie espera ni quiere una aplicación mecánica, una especie de correa de transmisión que ligue los barómetros del CIS con las políticas a aplicar. Por supuesto que no: queremos políticos, y no meros gestores. Igualmente, nadie debería ni querer ni esperar idéntica traslación de las “escuchas” o “recibimientos” a estrategias o tácticas políticas. Repetimos: queremos políticos, y no meros gestores sometidos a la opinión pública. 

Crítica constructiva: Sra. Díaz, Sr. Sánchez, déjense de actuaciones marquetineras (y seguramente provocadoras de cámaras de eco, entre los propios, y de rechazo, entre los extraños) y céntrense en elaborar propuestas, en exponer alternativas y en conciliar voluntades, que los datos para atender a ese cometido de su exclusiva responsabilidad hace años que están a su disposición.

Antón, Antón, Antón Pirulero, / cada cual, cada cual que atienda su juego, / y el que no lo atienda, pagará una prenda.” (canción infantil, Anónimo)

En ello, en atender a su juego como dice la canción infantil, les va su futuro, y lo que es -y debería ser para ellos- más importante, el nuestro.


Base de datos, fichero extensión SAV, extraída el 25 de agosto de 2022.
Último acceso el 30 de agosto de 2022.


Yolanda Díaz, Pinocho o Pepito Grillo