“Los problemas detectados en la Atención Primaria son probablemente una de las causas de las dificultades para atender la pandemia y para realizar el seguimiento y detección de casos durante la misma”, afirman desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública en su último informe. Con datos actualizados, el gasto sanitario no ha dejado de disminuir en la última década en todas las comunidades autónomas “dejando un panorama de antes de la pandemia que explica en parte sus problemas durante la misma y las dificultades para abordar la crisis de la COVID-19”.
Los recortes del gasto en atención primaria en los últimos años, sobre datos de los presupuestos aprobados por las comunidades autónomas, han sido más acusados en Baleares, Andalucía, Cataluña y Madrid. De media, entre 2010 y 2017, disminuyó un 1,38%.
El recorte en recursos humanos también ha sido importante, pero en este caso con mayor diferencia entre CCAA, según refleja el documento de la FADSP. Las ratios de profesionales de medicina de familia, pediatras, enfermería… sigue evidenciando una saturación. En comunidades como Madrid el número de tarjetas sanitarias (TSI) por cada médico de familia se incrementó en 30. En cuanto a enfermería, Madrid ocupa el primer puesto en TSI por profesional (2021 TSI en el año 2018, 512 más que el promedio en este año). En cuanto a TSI por pediatra Madrid ocupa también el primer puesto y en cuanto a TSI por administrativo el cuarto. Otras comunidades como Baleares y la Rioja también han sufrido un aumento de número de pacientes por profesional asignado.
Ante esta situación, la FADSP plantea una serie de propuestas que ya tuvo oportunidad de trasladar al ministro de Sanidad, Slavador Illa, en una reunión reciente.
PROPUESTAS PARA REFORZAR LA ATENCIÓN PRIMARIA FRENTE A LA COVID-19
1ª Incremento escalonado de hasta un 20% de los presupuestos sanitarios para la atención primaria. Defensa de una financiación sanitaria finalista "para poder garantizar estos presupuestos destinados a la AP y acabar con la excesiva variabilidad actual".
2ª Es fundamental disminuir la presión asistencial en la AP, para ello se precisa, aparte de unos mayores presupuestos, un incremento sustancial de las plantillas que establezca un máximo de 1300 TSI para profesionales médicos y de enfermería y de 1.000 para pediatría (por supuesto lo ideal seria establecer unos límites de acuerdo con el perfil de la población: edad, morbilidad, dispersión, etc.).
3ª A corto plazo debe garantizarse que no existan profesionales médicos y de enfermería con más de 1.500 TSI asignadas.
4ª Deben de ser convocadas todas las plazas de formación MIR acreditadas para pediatría, medicina de familia y enfermería comunitaria, para permitir la existencia de especialistas cualificados en AP
5ª Asimismo hay que realizar aumentos en el personal administrativo y el compromiso de recuperar las citaciones desde los centros de salud.
6ª La accesibilidad y la continuidad son dos características principales de la AP que hay que garantizar, por lo que habría que asegurar que más del 95% de la demanda se atenderá en 48 horas.
7ª La AP debe de recuperar las actividades de promoción y prevención, así como la visita domiciliaria y la atención comunitaria.
8ª Hay que aumentar de manera significativa la capacidad de resolución de la AP y para ello es necesario ampliar y homogeneizar el acceso a técnicas diagnosticas y terapéuticas, y a recursos tecnológicos.
9ª Deben mejorarse los protocolos de utilización de medicamentos en AP porque debería reducirse la excesiva variabilidad entre CCAA detectada
10ª Hay que restablecer las áreas sanitarias como espacio físico, poblacional donde planificar y asignar recursos y coordinar la actividad de los dos niveles asistenciales en función de las características y necesidades de la población.
11ª Deben de mejorarse de manera sustancial los mecanismos de coordinación entre la AP y la especializada para mejorar el seguimiento de los problemas de salud de la población
12ª Hay que promover el trabajo en equipo, asignando unos roles que garanticen el uso racional y eficiente, así como la atención integral de salud.
13ª La participación comunitaria es una de las premisas para conseguir una AP de calidad al servicio de la población y es indisoluble con la autonomía de gestión
14ª LA AP debe de tener un mayor protagonismo en el abordaje de los determinantes de salud, de la salud medioambiental y de la salud laboral.
15ª Se necesita una mayor transparencia en la información del funcionamiento de la AP, tanto en cuanto a recursos, actividad, calidad y resultados en salud.