jueves. 25.04.2024
vacuna

Vacunado no es sinónimo de inmunizado

Desde que se aprobaron las vacunas se conocía que no todas las personas que habían recibido la pauta completa estaban inmunizadas, y que existía un margen en torno al 5% de los vacunados que no resultaban inmunizados y por lo tanto eran susceptibles de padecer la enfermedad (si en España hay 33 millones de personas con pauta completa eso significa que entre ellas hay alrededor de 1,65 millones no protegidas), lo que en modo alguno desautoriza la vacunación porque es un resultado bastante bueno. Eso explica que en momentos de elevada transmisión comunitaria, para entendernos mientras la Incidencia Acumulada sea superior a 50, el riesgo de que estas personas acaben infectándose es alto, y así ha sucedido y se evidencia por los brotes en las residencias y la mortalidad entre personas mayores y/o vacunadas en esta ola.

Y también nos llama la atención sobre la necesidad de mantener medidas de protección que eviten la infección en este colectivo susceptible de padecer una enfermedad grave.

Cuanto más libremente y durante más tiempo circule el virus la probabilidad de que se produzca una mutación que lo haga más letal se incrementa cada vez más

Obviamente la situación empeora en la medida en que aparecen nuevas variantes mas agresivas o con un mayor poder de transmisión, que pueden suponer que incluso la protección en las personas inmunizadas sea parcial o incluso se pierda frente a las nuevas variantes. Cuanto más libremente y durante más tiempo circule el virus la probabilidad de que se produzca una mutación que lo haga más letal se incrementa cada vez más.

Por supuesto esta confusión favorece los incumplimientos de las medidas de precaución y es fomentada desde los medios de comunicación que emplean frecuentemente vacunado e inmunizado como sinónimos y ha fomentado conductas irresponsables. El Ministerio de Sanidad y las Consejerías de las CCAA, supuestas autoridades sanitarias, y como tales responsables de dejar claro un tema tan importante han estado desaparecidas en combate (obviamente con las grandes diferencias habituales entre ellas) más preocupadas por la apertura de espacios de ocio y restauración y de vacunar a nuestros supuestos representantes nacionales (obviamente la selección de fútbol en palabras de un alto cargo sanitario). De nuevo economía y política se han antepuesto a razones de salud, bien es cierto que con los malos resultados sanitarios que conocemos.

La vacunación en España

La vacunación en nuestro país realmente ha funcionado bastante bien por 2 motivos fundamentales, el primero es que se ha basado en el dispositivo sanitario público, especialmente la Atención Primaria, que garantiza una amplia cobertura y una gran accesibilidad, y de hecho las CCAA con peores resultados son las que han optado por una mayor privatización en la vacunación; y el segundo es una estrategia por tramos de edad garantizando primero la vacunación de las personas más mayores y de los sanitarios (si exceptuamos el caso de los/as religiosos en la comunidad de Madrid, significativo pero anecdótico desde el punto de vista poblacional) y descendiendo progresivamente en los tramos de edad, una vacunación que es más lenta que el modelo de vacunación a demanda, pero que asegura la protección de los más vulnerables. No se si se acuerdan de los datos de Gran Bretaña, Israel o USA que eran magnificados por los telediarios pero que finalmente han pinchado porque el modelo a demanda no discrimina por edad y favorece a las personas mas jóvenes, con mejor nivel económico y mas habilidades informáticas. En esos países se ha alcanzado techo y el porcentaje de vacunados esta estancado (el caso de Israel es especial porque se centra en los ultraortodoxos, y el de USA en los trampistas-negacionistas), pero es evidente que el resultado del modelo español, la conjunción de los dos modelos, sistema público y vacunación ordenada por riesgo ha sido eficaz.

Y la tercera dosis

Ahora nos encontramos con la nueva polémica abierta sobre la tercera dosis e impulsada por la Big Pharma que quiere consolidar y ampliar sus multimillonarios negocios subvencionados con fondos públicos. No hay evidencia que una tercera dosis vaya a mejorar la inmunización de los ya vacunados, por supuesto pudiera suceder, pero también lo contrario, la salida por la que parecen optar el Ministerio y las CCAA, vacunar con la tercera dosis a las personas inmunodeprimidas tampoco tiene un respaldo científico, y de nuevo tiene el tufillo de una medida adoptada de cara a contentar al público y a los medios totalmente en manos de los intereses de las farmacéuticas.

Mientras la mayoría de la población mundial no esté vacunada son de esperar nuevos brotes incluso en los países ricos y la probabilidad de nuevas variantes más agresivas

La OMS ya ha señalado que lo razonable sería extender la vacunación en los países que hasta el momento no han tenido opciones debido a los costes elevados de las vacunas y los contratos monopolísticos de los países más ricos. Es obvio que la solución mejor sería una rápida vacunación mundial que contuviera la transmisión (mientras la mayoría de la población mundial no esté vacunada son de esperar nuevos brotes incluso en los países ricos y la probabilidad de nuevas variantes más agresivas) y para ello aparte de enviar a otros países las vacunas que no se precisan en los países con la población ya vacunada esta la necesidad de levantar las patentes de las vacunas para que estas puedan ser asequibles para quienes tienen un menor nivel económico y no pueden permitirse los abusivos precios actuales.

¿Avanzaremos en un abordaje más racional y solidario de la pandemia? Tengo muchas dudas porque hay muchos intereses, económicos y políticos y porque es probable que Einstein tuviera razón cuando dijo que la estupidez humana es infinita. No obstante, debemos intentarlo porque nuestro sistema sanitario y nuestra salud están en juego.

Marciano Sánchez Bayle, Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

¿Vacunados o inmunizados?