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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) ha confirmado este miércoles 25 de septiembre en su informe adelantado de perspectivas económicas que España va a ser la economía desarrollada que más va a crecer este año, incluso por delante de Estados Unidos.
Los expertos del organismo han mejorado las previsiones de nuestro país en un punto con respecto a su informe de mayo, y elevan el avance del PIB español en el 2,8%, mientras que el estadounidense lo siguen manteniendo en el 2,6%.
La OCDE señala en el documento que el crecimiento de España, junto con Canadá, y el Reino Unido, "fue bastante sólido".
Desde el Ministerio de Economía destacaron que estos datos "vuelven a confirmar la fortaleza de la economía española y reiteran que afianzan las mejoras que han publicado la mayoría de organismos nacionales e internacionales"
El secretario general de la OCDE, Mathias Gorman, aseguró en rueda de prensa que, en líneas generales, el avance de las economías del G20 "ha sido relativamente sólido" y la inflación "ha seguido moderándose". En cambio, hacen una advertencia a los datos "débiles" que han mostrado Alemania y Argentina.
Las proyecciones para el PIB mundial apuntan a que "se estabilizará" en el 3,2% tanto este año como el que viene, "con una mayor desinflación, una mejora de los ingresos reales y una política monetaria menos restrictiva que en muchas economías contribuirá a apuntalar la demanda"
Esta visión de la expansión de la economía española se alinea con las predicciones emitidas recientemente por el Banco de España, con su recién nombrado gobernador, José Luis Escrivá. La entidad prevé lo mismo que la OCDE: un crecimiento 2,8% a finales de año. Al mismo tiempo, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, anunció que el Gobierno hará una mejora hasta el 2,7% para 2024.
En cuanto al comportamiento de la inflación, la OCDE confía en que la general se modere este año en España al 3% desde el 3,4% del año pasado, lo que supone mantener los pronósticos de mayo, mientras que, para 2025, el índice caerá al 2,1%, una décima más de lo que habían previsto a inicios de verano.
En cambio, desde el 'think tank' se muestran algo más optimistas en lo que respecta a la evolución de la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos por su volatilidad, ya que espera que se ralentice al 2,6% este año, frente al 2,9% que preveían en mayo, mientras que para 2025 mantiene el 2,2%.
Por tanto, el IPC general de España se mantendría este año muy por encima de la media de la zona euro (2,4%), aunque para 2025 auguran que se mantendrá en la línea de los Veinte, con una tasa media prevista del 2,1%. En cambio, la subyacente de España (2,6%) se mantendrá por debajo del 2,8% de la zona euro, y el año que viene se encontrarán cerca del 2,2%.
Alemania está estancada
En el caso concreto de Alemania, los expertos de la OCDE han rebajado sus previsiones en un 0,1% con respecto a las realizadas en el mes de mayo. Es cierto que, por el momento, no se augura una recesión al cierre de este ejercicio, pero la locomotora de Europa crecerá un 0,1% al cierre de 2024, lo que determina que la economía de la antigua locomotora de Europa está estancada.
En el Bundesbank se presentó bastante más pesimista. Los expertos del banco central germano aseguran que es posible que el país esté ya en "una leve recesión", aunque no esperan que sea una caída "significativa, amplia y duradera del rendimiento económico". Con todo, señalaron que la economía alemana sigue en una fase de debilidad y de "aguas difíciles". El precio por las repercusiones en el coste de las materias primas provocado por la guerra de Ucrania está siendo una losa difícil de soportar por la economía alemana.
Teniendo en cuenta el sorpresivo dato de contracción del 0,1% en los tres primeros meses del año, se puede decir que el país está tocando la recesión con los dedos, ya que solo hacen falta dos trimestres consecutivos de caída del PIB para ello.
En la OCDE apuntan a que el crecimiento de los salarios nominales "sigue siendo elevado", en particular en Alemania, donde ahora se están moderando. Explican que el sentimiento de debilidad económica "ha contribuido a elevar el ahorro tanto doméstico como de las empresas, por lo que la actividad industrial ha sido débil".
Este débil crecimiento en Alemania lastrará el avance de la eurozona. Gorman dijo que la Zona Euro crecerá un 0,7% este año, para remontar levemente hasta el 1,3% en 2025, "con el respaldo de la actividad, con la recuperación en los ingresos reales y la mejora en la disponibilidad de crédito", explicó.
En cuanto a Estados Unidos, se proyecta que su crecimiento "se desacelerará, pero será amortiguado por la política monetaria". Así, mantienen su previsión para la primera economía del mundo en el 2,6% para este año y se desacelerará al 1,6% en 2025. Se espera que el crecimiento en China se desacelere al 4,9% en 2024 (cerca de las previsiones del Gobierno) y al 4,5% en 2025, "con un estímulo adicional de las políticas compensado por la moderada demanda de los consumidores y la profunda corrección en curso en el sector inmobiliario".
La OCDE ha revisado asimismo una décima al alza su pronóstico de crecimiento para la economía mundial en 2024, que ahora sitúa en el 3,2%, aunque ha mantenido la del próximo año en el 3,2%, según ha anunciado este miércoles el ‘think tank’ de las economías avanzadas.
«Se prevé que el crecimiento del PIB mundial se estabilice en el 3,2% en 2024 y 2025, con una mayor desinflación, la mejora de los ingresos reales y una política monetaria menos restrictiva en muchas economías que ayudará a sostener la demanda», ha explicado la OCDE.
«Se estima que la inflación vuelva al objetivo en la mayoría de los países del G20 a finales de 2025», ha añadido su informe ‘Perspectivas Económicas’.
Para Reino Unido se consigna un aumento del PIB del 1,1% para 2024 y el 1,2% en 2025, siete décimas y dos décimas más, respectivamente, al tiempo que Japón se anotará un retroceso del 0,1% este año, seis décimas menos, pero se repondrá con un avance del 1,4% en 2025, tres décimas más.
Fuera de la OCDE, las previsiones del ‘think tank’ apuntan a una desaceleración de la economía china a pesar del mayor gasto público en la segunda mitad de 2024 ante la «prolongada corrección» del sector inmobiliario, que persistirá, así como por las «inadecuadas redes de protección social» y la baja confianza de los consumidores, que pesarán sobre el gasto privado.
Así, la expansión del PIB del ‘gigante asiático’ será del 4,9% este año y del 4,5% en 2025. Ambas cifras no han sido modificadas por la OCDE respecto de su informe de mayo.
Sobre otros países emergentes, Brasil ha visto revisado su crecimiento de 2024 en un punto más, hasta el 2,9%, y el de 2025 en medio punto más, hasta el 2,6%, por el mayor gasto público, pero con la menor flexibilización de su política monetaria jugando a la contra.
La India también ha visto mejoradas sus estimaciones de PIB en una y dos décimas, respectivamente, hasta el 6,7% en 2024 y el 6,8% en 2028. De su lado, Sudáfrica crecerá un 1% este año y un 1,4% el siguiente, sin cambios.
RIESGOS PARA EL CRECIMIENTO
La OCDE ha advertido de que persisten «considerables riesgos» para el crecimiento, entre ellos unas tensiones geopolíticas y comerciales que podrían dañar la inversión y disparar los precios de las importaciones.
Además, el crecimiento podría moderarse más de lo anticipado a medida que pierda dinamismo el mercado laboral o si se producen desviaciones respecto de la trayectoria desinflacionista trazada, lo que podría perturbar los mercados financieros. Por el contrario, la recuperación de los ingresos reales podría proporcionar un empujón a la confianza de los consumidores y al gasto, mientras que el abaratamiento de los precios del petróleo podría acelerar la contención de la inflación.
RECOMENDACIONES Y SOLUCIONES
La OCDE ha animado a los bancos centrales de las economías avanzadas a ser prudentes dado que los efectos acumulados de las subidas pasadas del precio del dinero se encuentran actualmente «en máximos»."A medida que la inflación se modere y las presiones del mercado laboral sigan disminuyendo, se debería seguir flexibilizando la política monetaria, aunque el calendario y el alcance de las reducciones deberán seguir dependiendo de los datos y valorarse cuidadosamente para garantizar que las presiones inflacionistas subyacentes se contengan de forma duradera", han indicado.
Asimismo, el organismo multilateral ha animado a los gobiernos a que tomen «acciones fiscales firmes» que garanticen la sostenibilidad de la deuda y permitan la construcción de ‘colchones’ de cara al futuro. A tal fin, la OCDE ha recomendado contener el gasto y subir los ingresos en el marco de una senda de ajuste «creíble» y «a medio plazo».
En cuanto a las reformas estructurales, la entidad ha amparado reformas de mercado aperturistas y con dinámicas de competición «sanas» que se traduzcan en un mayor crecimiento económico y un alivio de las presiones fiscales a largo plazo.
En opinión de la OCDE, se deben abordar las barreras regulatorias al sector servicios existentes en muchos países del G20 por cuanto lesionan la competencia. Esto le resultaría «preocupante» dado el protagonismo que las actividades del sector terciario tienen sobre el PIB y por su influencia sobre la inflación.