viernes. 26.04.2024
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Foto: @FADSP

Desde hace tiempo, y más especialmente durante la pandemia se ha producido una repetición de una especie de mantra, “En España hay un déficit importante de médicos”, que ha sido magnificado y utilizado por las administraciones sanitarias a la hora de excusar la escasez de las plantillas y/o la falta de contrataciones. Veamos lo que hay de verdad y como abordar el problema

  1. La oferta de plazas de formación MIR
  2. Los recortes de personal
  3. Malas condiciones laborales
  4. Emigración profesional
  5. El efecto de saturación de la pandemia

En primer lugar, España no tienen pocos profesionales de la medicina. Según los datos de la OCDE (2021) la densidad de profesionales médicos (profesionales/1.000 habitantes) es de 4,4 en España, frente a 3,6 de los países de la OCDE y 3,9 en la UE, de hecho solo 4 países nos superan (3 de la UE y un cuarto de la OCDE: Noruega) y aunque suele decirse lo contrario tampoco el porcentaje de profesionales mayores es llamativamente alto ( de hecho en 2019, ultimo dato disponible, el 32% de los profesionales españoles tenían más de 55 años comparado con el 34 % de promedio de la OCDE). Además, la densidad de médicos graduados en 2019 era de 14/100.000 habitantes frente a un promedio de 13,2 de la OCDE. Es decir, no parece que la situación de falta de médicos se corresponda con la realidad en comparación con los otros países desarrollados (OCDE, UE) ni que el pronóstico en los próximos 20 años vaya en este sentido. 

Por otro lado, es interesante tener en cuenta que la profesión médica estaba bastante feminizada en España (56% de mujeres frente a 49% en el promedio de la OCDE) y que esta feminización aumentara en el futuro (en 2020 el 70% de las matriculadas en medicina eran mujeres), así como que el porcentaje de médicos generales era muy similar al de la OCDE, aunque ligeramente superior en España (20,8 versus 20,6%). En enfermería la feminización es tradicionalmente muy alta (el 84% eran mujeres en 2022) y se mantiene y lo que es llamativo es que la densidad de profesionales de enfermería es menor que la de medicina en Atención Primaria, un hecho excepcional en los países desarrollados.

El empleo precario en Sanidad es muy elevado en nuestro país, y la situación ha empeorado notablemente en los últimos años

Lo que si que es un hecho verificable es que hay pocos profesionales de la enfermería, y en este caso los datos son apabullantes: 5,9 profesionales/1.000 frente a 8,4 de la UE y 8,8 de la OCDE y con una tendencia a no mejorar, con 21,8 graduadas por 100.000 habitantes (promedio de la OCDE 44,5). Eso hace que la relación profesional de la enfermería/ profesionales de la medicina sea en España muy baja 1,3 frente a 2,6 de promedio de la OCDE

El empleo precario en Sanidad es muy elevado en nuestro país, y la situación ha empeorado notablemente en los últimos años: en 2020 el 41,9% de los sanitarios estaban en esta situación frente al 28,15% en 2012.

Existe también una cierta polémica en cuanto a las retribuciones, que es difícil de solventar porque los modelos retributivos son muy distintos según los países y en muchos de ellos no existe el sistema salarial español y se cobra por actividad, lo que abre mucho el abanico retributivo. En general los sanitarios españoles tienen una retribución menor que en la UE y la OCDE, aunque si se mide por la ratio con el salario medio del país no es necesariamente así (por ej en España el salario de los médicos es 2,08 veces el salario medio y en Italia 1,95) en todo caso en nuestro país las retribuciones promedio en atención especializada son 1,4 veces superiores a las de Atención Primaria. En los profesionales de enfermería el salario es 1,4 veces el salario medio en España y en el promedio de la OCDE 1,2 veces.

Hechas estas consideraciones ¿Por qué existe un problema a la hora de cubrir los puestos de médicos en determinadas especialidades? Por un conjunto de problemas que podemos resumir en:

  1. La oferta de plazas de formación MIR

Desde 1995 para ejercer la medicina en un centro público es condición inexcusable el haber realizado una formación especializada después de la graduación. Esto significa que sin haber hecho el MIR el que alguien tenga solo el titulo de medico no le faculta para trabajar en la Sanidad Pública y por lo tanto la oferta de formación MIR se convierte en un embudo para la entrada en el sistema sanitario. Durante la crisis anterior, los gobiernos del PP en su política de recortes disminuyeron drásticamente la oferta de plazas de formación: se paso de una convocatoria de 6.934 plazas para 2010 a un mínimo de 5,920 en 2014, es decir 1.014 plazas menos, esta restricción se mantuvo durante años, así hasta 2020 no se superaron las plazas de 2010, y durante 2021 y 2022 se superaron las 7.900 plazas (8.188 en 2022) y esta previsto en 2023 sean más de 8.100. Obviamente como el periodo de formación es de 4-5 años ahora estamos viviendo el resultado de las restricciones de 2014-19 y los efectos de la ampliación de las últimas convocatorias solo se notarán a partir de 2024.

Por otro lado, el sistema de acceso al MIR es selectivo, es decir hay que alcanzar una determinada puntuación para poder elegir plaza, lo que produce que un porcentaje importante de las personas que se presentan no puedan hacerlo. En 2022 de los 12.447 presentado no pasaron el corte 9.934, es decir solo el 79,81% pudieron optar a una plaza, mientras que 200 plazas quedaron sin cubrir, una situación absurda si se tiene en cuenta la necesidad que tiene el sistema de especialistas.

  1. Los recortes de personal

Durante la crisis de 2008 se decidió dentro del marco de recortes la no cobertura de las plazas vacantes ni de las jubilaciones a la vez que se restringía de manera importante las prolongaciones de la vida laboral a partir de los 65 años. Todo ello produjo una disminución de efectivos profesionales en el sistema sanitario, más importante en Atención Primaria.

  1. Malas condiciones laborales

Como ya se ha señalado los salarios españoles de los profesionales son comparativamente bajos, pero esto venia sucediendo desde hace mucho tiempo. Lo que caracterizo los últimos años es el empeoramiento de las condiciones laborales, no solo por el aumento de la presión asistencial (al disminuir los efectivos y aumentar la población) sino sobre todo con la utilización generalizada de formulas de contratación temporal (meses, días, etc), en algunos casos escandalosas (ha habido contratos para hacer guardias en que se daba el alta el día en que se empezaba la guardia y de baja al acabar la misma), que como suele ser habitual ha sido muy distinta según las CCAA. Esta situación favoreció la huida hacia otras opciones laborales, a otros territorios y a otros países 

  1. Emigración profesional

La emigración de profesional médicos españoles hacia otros países viene produciéndose hace tiempo, pero se ha incrementado en los últimos años por los motivos señalados anteriormente. En 2021, 4.134 médicos pidieron el certificado de idoneidad para poder ejercer en el extranjero, 3.559 en 2020, aunque obviamente no todos terminan emigrando. Se calcula que lo hicieron unos 5.000 desde 2010 a 2020. Con todo, debe tenerse en cuenta que la emigración profesional es un fenómeno bidireccional, de España emigran a Irlanda, Gran Bretaña (ahora menos con el Brexit), Francia y Portugal, y a España vienen sobre todo de Latinoamérica lo que tiene efectos negativos sobre los países de origen generalmente con menos recursos profesionales

  1. El efecto de saturación de la pandemia

La pandemia tensionó más un sistema sanitario ya al limite y ha producido un gran cansancio y una cierta desafección de los profesionales que no se sienten reconocidos por su trabajo. Una desafección especialmente pronunciada en Atención Primaria que ha sido la más maltratada por los recortes de la crisis anterior y por la pandemia

Al final el problema esta ahí y hay que darle soluciones congruentes sabiendo que algunas de ellas solo tendrán efecto en el medio plazo (por ej las referidas a la formación de especialistas), pero todas pasan por 3 cuestiones clave.

Aumentar la oferta de formación de especialistas asegurándose de que se ofertan todas las plazas acreditadas y acabando con el absurdo de las pruebas selectivas de acceso, para favorecer que se formen el mayor número posible manteniendo estándares de calidad (ambas cuestiones solo están parcialmente resueltas con el último RD sobre especialidades); mejorar las condiciones laborales de los trabajadores sanitarios comenzando por acabar con la temporalidad injustificada convocando concursos anuales para todas las plazas vacantes; y mejorar el prestigio y la consideración de la Atención Primaria que es la clave de cualquier sistema sanitario público de calidad.


Carlos Sánchez Fernández | Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública


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