jueves. 28.03.2024
PEDRO_GONZALEZ_TREVIJANO (2)

La verdad es que ver a González-Trevijano, dichoseaconelmayorrespeto, hacer de Tom Cruise, resulta curioso. Don Tom hace, en la película Minority Report, el papel de John Anderton, un policía dedicado a evitar delitos que todavía no se han producido por el procedimiento de detener delincuentes antes de que lo sean. 

Don Pedro, al menos en el caso tan famoso que no hace falta detallar, esedelqueustedmehabla, trata de hacer lo mismo. La película tiene un guionista de campanillas, el Partido Popular, quienes han escrito un argumento a la medida de sus actores fetiche, los jueces conservadores, y nunca mejor dicho lo de conservar, y estos lo han representado a la perfección, comonopodíaserdeotraforma. En la representación no ha faltado ni el coro, como en las tragedias griegas, representado aquí por la prensa adepta quienes, entonando el estásimo conveniente, han utilizado el párodo que les brindó el último episodio, por ahora, de la tragedia. No podemos estar seguros del desenlace de la trama, lo que se conoce como éxodo, pero dado como va la cosa, habría que ponerse en lo peor.

Parece mentira que, a nuestra edad, algunos tuviéramos restos de inocencia que, a pesar de saber que la vida no es como la esperábamos, si no como nos la temíamos, no habían caído con los sucesivos escarmientos sufridos en nuestra peripecia. Pero, eso, se debe a un insuficiente conocimiento del teatro griego.

El mito es la lucha entre el bien y el mal, representados, el bien, por los buenos, los de siempre, y el mal por Pedro Sánchez

Si, al menos, hubiéramos entrado en Wikipedia, sabríamos que el argumento de la tragedia es, siempre, la caída de un personaje importante y que el motivo de la tragedia es el mito que suele tratar sobre conflictos universales. En nuestro caso la cosa está muy clara: el mito es la lucha entre el bien y el mal, representados, el bien, por los buenos, los de siempre, y el mal por Pedro Sánchez, Petros en el idioma original. Por tanto, verde y con asas, el personaje importante a batir, está cantado. No es el de siempre, como los buenos, porque antes lo fueron Philipos o Iosephus Ludovicus, pero está muy claro porque va a caballo, como diría Sabina. Así que, toleranciacero con Petros como hemos visto desdeelminitucero de su presidenciaokupa.

Cuando la cosa se ponía difícil, el guionista de una tragedia griega, que solía llamarse Sófocles, Esquilo o cosas así, tiraba de lo que se conocía como deus ex machina, un elemento ajeno a la trama. Ello desenredaba esta cuando, con los elementos en presencia, no eran suficientes para desarrollar el mito, o sea cargarse a la víctima elegida. Debía su nombre a la utilización, a veces, de dispositivos de madera (la machina) por la que se introducía (ex) en el escenario a un dios (deus) que resolvía el problema.

En el caso comentado no ha hecho falta ninguna machina nueva. Ha bastado con no retirar del escenario la machina de anteriores tragedias, es decir, no renovar nada. Hay que tener en cuenta que, entre gente conservadora, eso de la renovación no es un ejercicio habitual. Sobre todo, cuando les viene bien no hacerlo. Además, los pobres siempre han renovado sus chaquetas a base de darles la vuelta pero, cuando se usan ropas de buena calidad, no hace falta ni eso. Puede durar años y años porque, por otra parte, a la gentedetodalavida, los cambios de moda tampoco les afectan para nada.

Hay que tener en cuenta que, entre gente conservadora, eso de la renovación no es un ejercicio habitual. Sobre todo, cuando les viene bien no hacerlo

Bueno, pues volviendo a nuestro Minority Report casero, la explicación del porqué se sabe que el futuro delincuente va a cometer un presunto delito es, en cierto modo parecida, aunque actualizada, a la de la versión original. Si entonces eran unas señoritas sumergidas en un líquido de origen misterioso, en este caso se trata de unos señores, ya talluditos, sumergidos en unos cargos que no los sueltan ni con el uso de agua caliente. Y la explicación, o sea el relato, tiene su origen en la constitución, precisamente el mismo origen que los argumentos esgrimidos por los futuros delincuentes. Por ello, dicha explicación sería tan confusa como la de las señoritas sumergidas en aquel líquido transparente si no fuera porque, en nuestro caso, es el Tribunal Constitucional el encargado de desvelarnos las verdades del barquero respecto del auténtico sentido de la Constitución. Así que, si todavía nos queda algún atisbo de ingenuidad, acatemos su decisión y a otra cosa, mariposa.

Y, por cierto, algún lector cuidadoso se puede haber apercibido de la diferencia de líquidos entre las versiones original y actual del Minority Report. Así como el líquido de la versión era transparente, en la ya comentada, no.

Minority Report en el TC