Tigres de papel

Nuestra formación cultural avanza a golpes de la actualidad. Al menos, la mía. Por ejemplo, con ocasión del pinchazo telefónico del presidente Sánchez, me he enterado de que existe el Centro Criptológico Nacional (CCN) dependiente del CNI, y el Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno. Estos son los dos departamentos que se están pasando la patata caliente de la responsabilidad de que algún hacker, posiblemente sin titulación alguna, haya podido acceder a secretos del estado español sin más que usar un simple Pegasus, un programa de esos que, al parecer, en Israel venden en las tiendas de todo a 100 shekel.

Lo primero que llama la atención es el trabajo que deben tener en la Dirección General de Adjudicar Nombres a los Departamentos Administrativos (DGANDA). Por ejemplo, cuando crearon las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado yo me preocupé de lo que debía hacer un agente de la ley cuando daba el alto a un delincuente. En lugar de decir, como en las películas, ¡Alto, Policía! ¿Debía decir, ¡Alto, Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado! Y, mi preocupación procedía de pensar si no se les escaparían muchos delincuentes que no llegaran a escuchar la totalidad del mensaje del agente.

Pero en todas las administraciones cuecen habas y, en alguna, a calderadas. No sé qué puesto ocupará en el ranking de títulos administrativos, pero una vez me encontré con un “Servicio de Informes Técnicos Medioambientales de la Subdirección General de Espacios Protegidos de la Dirección General de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid”. Con un título así, imagino que su titular debía usar una tarjeta de visita de dos páginas.

Pero, volvamos a esos dos organismos mencionados al principio. Según lo publicado (El País de 5 de mayo de los corrientes), la duda sobre sus exactos cometidos en relación al control del teléfono del presidente de Gobierno parece proceder de lo ambiguo de sus funciones. El Centro Criptológico Nacional (CCN) tiene como ámbito de actuación, entre otros, “la seguridad de tecnologías de la información de la Administración que procesan, almacenan o transmiten información en formato electrónico”, que “requieren protección e incluyen medios de cifrado”, mientras que el Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno, tiene entre sus cometidos el de “coordinar los sistemas de comunicaciones” de La Moncloa y gestionar el Gabinete de Comunicaciones de los Altos Cargos. Cuenta con la Unidad de Tecnología de la Información y Comunicaciones, que dirige un subdirector general.

Dada nuestra superioridad de occidentales podemos soportar mejor ser hackeados por un ruso que por un marroquí

Y, a mí, me hace recordar una esquela que leí de joven en la inefable "La Codorniz". Era de un señor que, tras su nombre y la relación de títulos nobiliarios de que había dispuesto, marquesados, condados, grandezas de España, etc., terminaba diciendo que "A pesar de eso, murió el día...".

Lo mismo puede pasar con esos departamentos de nombre tan sugestivo, que a pesar de contar con sus decretos correspondientes de creación, sus organigramas, sus oficinas, directores, subdirectores y demás personal, presupuestos y, ¿quién sabe?, si dotación correspondiente de fondos reservados, han podido ser superados por algún sagaz hacker que, vaya usted a saber, sí acabó alguna carrera universitaria de las que se deben de exigir para entrar en la administración pública.

Porque, esa es otra: dada nuestra superioridad de occidentales, podemos soportar mejor ser hackeados por un ruso que por un marroquí, origen que se apunta como probable de los pinchazos al presidente y a su ministra de Defensa.

Y, no es que yo vaya, desde aquí, a criticar al presidente Sánchez. Para eso ya está más de la mitad del país incluyendo a algunos de los ministros que él mismo ha nombrado, pero me asalta la duda de si haber publicitado esos pinchazos es lo mejor que se podía hacer. Hay que recordar que los boxeadores, cuando se les golpea en donde les duele, tratan de no ponerlo de manifiesto para evitar que les sigan golpeando en el mismo sitio. Las técnicas militares usan ese mismo principio para no dar pistas al enemigo sobre los puntos débiles propios.

A no ser, claro, que se esté tendiendo una trampa a alguien. Permaneceremos atentos a la pantalla ya que, como estos temas son secretos, nos terminaremos enterando.