viernes. 19.04.2024

El vademécum de la mitología griega dice que Pegaso era un caballo que, habiendo hecho determinados trabajos para Zeus, este, en pago de sus servicios, le convirtió en una constelación que, todas las noches nos mira desde el cielo.

Esa capacidad de observación es, posiblemente, la razón por la que Pegasus es el nombre que se ha dado a un sistema que permite conocer todo lo que una persona que tiene un smartphone, o sea toda persona, hace, ve, dice o, incluso, piensa. Y, montado en ese Pegasus, quien lo maneje adquiere el poder que se pretende de los servicios de inteligencia, es decir, adelantarse a lo que las personas observadas, van a hacer, ver, decir o, incluso, pensar.

Haciendo un ejercicio prejudicial, voy a dar por hecho, como dijo un diputado en el Congreso, que nuestro Gobierno, y yo añadiría, todos los gobiernos, han espiado, espían y espiarán a aquellos ciudadanos de los que se sospeche que pueden ser perjudiciales para la salud, el bienestar o el modo de vida de los administrados por esos gobiernos. Extendiendo el número de espiados, incluso a quienes solo puedan ser perjudiciales para el propio gobierno. Nos podrá parecer bien o mal, pero me temo que las cosas sean así. Basta leer el artículo “How democracies spy on their citizens” (con perdón) que publicó The New Yorker el pasado 22 de abril para hacerse una idea. La ventaja que tenemos los que nos creemos intrascendentes es que los espías estarán mirando para otro lado. Lo que no quita para, si nos parece mal, que nos parezca mal. Aunque el gobierno, como dijo la ministra del ramo, no pueda hacer otra cosa.

Con eso dicho, conviene hacer un análisis de algo tan grave que ha estado a punto de cargarse la intervención del estado en mejorar la economía de millones de españoles por no saber si el gobierno que proponía esas medidas había ordenado, autorizado, o consentido el presunto espionaje a 65 españoles.

Y, para ello, debemos emplear la duda científica. En primer lugar, ¿Que método de análisis emplear?. A mí, se me ocurren tres: o decidir desde un principio las conclusiones, a partir de nuestra ideología o de los medios a los que accedemos cada día, o esperar a que conozcamos más datos o, en tercer lugar, pensar un poco mientras nos seguimos haciendo preguntas. Como en cualquiera de los dos primeros casos se nos habría acabado el análisis, sigamos con el tercero, es decir, continuemos haciéndonos preguntas.

De Till Credner - Trabajo propio: AlltheSky.com, CC BY-SA 3.0

¿Qué hace el CNI?, sería la primera. Esta es fácil: espiar. Si, pero ¿A quién?. Yo creo que, ni a todos, ni por sorteo, si no a personas de interés respecto de la posibilidad de que su información pueda ayudar a reducir riesgos para esas cosas que decíamos antes. Eso, ¿Se hace con autorización judicial?. Sigo contestándome: si yo fuera funcionario del CNI y estuviera prescrito que debe hacerse, por supuesto que lo haría así. He visto tantas películas de espías que no me quisiera comer yo solo el marrón si se llegara a conocer el espionaje. Pero, ¿No se hacen espionajes sin autorización judicial?. Pues claro, como se roba o se mata a pesar de que está prohibido hacerlo, pero de forma minoritaria y aceptando las consecuencias si te pillan.

Entremos ahora en lo concreto. ¿A quién se ha espiado, y como, en este caso del que hablamos?. Según la información que ha destapado el asunto, a 65 personas. Según los espías, no se sabe, porque no acostumbran a hacer notas de prensa. Por eso, todavía, estamos manejando información no contrastada. Y, ¿Como nos podemos enterar?. Esto ya es para nota. Dado que torturar a los espías, como se hace en las películas, también está prohibido, hay que preguntarles a ellos y, en el formato del interrogatorio, parecen estar las discrepancias ya que se manejan diversas posibilidades, como alguna comisión reglamentaria del congreso o una específica de investigación del caso. Se excluye la posibilidad de una entrevista televisiva a los espías, con tertulianos y todo.

Y, la última, de momento, ¿Llegaremos a enterarnos de lo que ha pasado?. Yo estoy seguro de que llegaremos a enterarnos de lo que nos enteremos. Depende, y vuelvo a principio del análisis, de lo que pensemos y de lo que leamos. Pero, si alguien se pregunta si va a terminar habiendo consenso respecto de las conclusiones, pierda toda esperanza. Antes de eso tenemos que saber quién mató a Kennedy, si Elvis vive, lo de la X del GAL o la autoría intelectual del 11M, por poner solo unos pocos ejemplos de enigmas históricos recientes.

Y, luego, están las consecuencias a obtener para el futuro. Después del tema de los fondos reservados habría quien pensara que se suprimirían de los presupuestos del estado. Quizás, ahora, también haya quien proponga suprimir el CNI o fusionarlo con la agencia EFE, pero no creo. El CNI seguirá haciendo lo que tiene que hacer, y pagando algunas cosas con fondos reservados. Y, tampoco tengo duda, reforzando sus controles, al menos hasta nuevo aviso

Ahora qué, lo obvio es lo obvio. Si se ha tenido que espiar a gente de la que se esperan apoyos parlamentarios o a amigos suyos, el gobierno tiene un problema. Pero, también es verdad que, si no fuera por este gobierno, no hubiéramos tenido decretos de estado de alarma, reforma laboral o medidas de ayuda frente a los efectos de la guerra. Hubiéramos tenido otros, pero no estos. Así que, como siempre, toca elegir. O esperar, si te abstienes, a que alguien decida por ti.

Pegasus, el caballo de Zeus