viernes. 26.04.2024
De Diego Delso, CC BY-SA 4.0, | https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35074067

Las elecciones van a repartirse durante el año y comenzaremos el 28 de mayo eligiendo quien manda en 8.131 municipios y en comunidades autónomas.

La guinda del pastel electoral llegará en diciembre con unas elecciones generales que ya se están calentando desde muchos frentes tanto políticos como económicos y mediáticos.

La crispación y las salidas de tiesto van a rellenar los periódicos y los debates y por desgracia, de política que afecta a la ciudadanía se va a discutir poquito.

Hace unas semanas se publicaron los datos de 2023 del censo electoral de españoles residentes-ausentes que viven en el extranjero (CERA). De los casi 35 millones de votos, el 7% de los votos provienen de los españoles que residimos en el exterior.

De esta gran bolsa de votos gran parte provienen de segundas y terceras generaciones de españoles nacidos en el exterior que en muchas ocasiones desconocen la situación política en nuestro país y votan por los referentes que más se asemejan a los partidos de sus países a pesar de que la semejanza en muchas ocasiones tiene matices muy a tener en cuenta.

Hay partidos, como se vio en la moción de censura de hace unos días, que no esconden la utilización de manera política de la emigración destapándose como xenófobos y dejando en el aire esas leyendas urbanas de los emigrantes a los que les dan casa y trabajo al día de llegar a suelo español mientras se maltrata a los nacidos en España…y da igual cuantas veces se desmientan con datos estas falsas historias.

Hemos visto estos días como algunos partidos se han lanzado a por el voto latino residente en España atendiendo a mítines de la mano de la iglesia evangélica, levantando ampollas con sus tradicionales socios de la iglesia católica española, y alguna vicealcaldesa decidió disfrazarse de jugadora de béisbol para poner la primera piedra de un campo de softball en Madrid que prometió durante la anterior campaña electoral.

Estos guiños seguirán multiplicándose desde TODOS los partidos ya que el botín es muy grande y se va a pelear hasta la ultima papeleta electoral.

La diáspora es la tercera provincia en población en España, con casi 400 mil votos más que la provincia que sigue a Madrid y Barcelona en el ranking de población, que es Valencia.

La influencia de estos votos fue mínima desde 2011 debido a la introducción del sistema de voto rogado que llevo la participación exterior hasta mínimos alrededor del 5%.

Esta baja participación no solo se debía a un sistema que dificultaba el poder votar, pero también debido a la falta de interés que en el exterior despiertan los partidos y política española.

Los ayuntamientos de Madrid, Barcelona, y Valencia son las 3 plazas más importantes por influencia y presupuesto, pero las elecciones municipales de este 2023 son las únicas en las que el peso de la provincia exterior no tiene ninguna influencia, ya que solo los empadronados en las ciudades pueden votar en esta ocasión.

A pesar de que a muchos emigrantes les gustaría votar en las elecciones municipales de su lugar de origen, es una petición con pocos visos de éxito debido a la legislación de la UE en este sentido…igualmente habría que plantearse si alguien que vive fuera de un municipio puede decidir sobre las tasas de recogida de basura, policía local o como se rige el día a día de nuestros pueblos y ciudades sin estar viviendo allí.

En las elecciones autonómicas se sumarán ya los votos del exterior y allí es donde pueden ser muy útiles esas sacas que llegan desde La Habana, Berlín, o Buenos Aires…que se lo digan a Núñez Feijoo y los votos que siembran con las visitas continuas por el cono sur con su incansable representante de la emigración, Antonio Rodríguez Miranda.

El interés por el voto europeo es bastante menor, a pesar de las noticias de las visitas del secretario de Emigración de Galicia hace unas semanas por diferentes plazas europeas.

El PSOE también siembra en toda América Latina, e incluso Podemos o Sumar han estado muy activos con Foros de emigrantes para tomar ideas a incluir en sus programas electorales y su estrategia dista poco de la del Partido Popular, visitando principalmente las mismas grandes plazas al otro lado del charco.

Sabemos que entre los votantes tenemos a muchas ciudadanas y ciudadanos con un voto muy bien definido y que jamás mutarán su voto. En estos casos los partidos no necesitan hacer un esfuerzo para convencer a sus votantes.

Son votos cautivos y que ni exigen ni critican. Muy a menudo solamente defienden posturas partidistas sin plantearse si los programas electorales les representan o si de alguna manera demuestran conocimientos de las demandas desde el exterior, pero no es nada nuevo y muchos de nuestros compatriotas que viven en España votan de igual manera sin necesidad de ver si el partido al que votan defiende o no sus intereses.

La ciudadanía, una vez que decide emigrar, pasa a tener una serie de demandas hacia nuestro país que nacen de los problemas que surgen en nuestro nuevo estatus de emigrantes. La nueva situación como emigrante afecta y mucho al presente y futuro de nuestras familias y estas demandas solo llegarán a estar presentes en los partidos políticos si hay un posicionamiento común desde la diáspora y mostráramos una capacidad de critica mayor de la que tenemos para con los partidos electos.

Estas próximas semanas son clave para los programas electorales de las elecciones generales ya que en los programas de las elecciones autonómicas ya está todo el pescado vendido.

Habrá que ver si empiezan a hablar de circunscripción exterior, planes de retorno, ley específica de nacionalidad, con representantes de la emigración, e incluyendo en programas algunas de las propuestas presentadas en el Consejo General de la ciudadanía española en el exterior.

Quizás ahora que podemos votar se nos tenga en cuenta…quizás.

Las elecciones se acercan y hay que encontrar los votos…donde sea