viernes. 29.03.2024
EUROPA 4

Los firmantes de este Llamamiento expresan, en primer lugar, su plena solidaridad con los que, a causa de la COVID-19, sufren los efectos de la pandemia, a quien ha perdido su propio trabajo y a quienes han puesto sus conocimientos, competencias y su tiempo al servicio de los demás. La crisis que estamos viviendo requiere respuestas adecuadas por parte de la política y de las instituciones nacionales y europeas. 

Frente a los soberanismos y regionalismos que, en los últimos años, han imaginado y difundido la idea de que se podía tirar adelante sin el euro, sin la Unión Europea y, en cualquier caso, sin Estados nacionales, la izquierda ha permanecido demasiado en silencio arriesgándose a ser condescendiente con la idea de que la clausura de «cada uno a lo suyo» podía ser una vía para un nuevo bienestar de las poblaciones. Y sin decir, como hubiera sido conveniente, qué reformas eran necesarias en los Estados y en la Unión Europea para sobrevivir en un nuevo sistema federal o confederal.

Con la crisis sanitaria, social y económica que estamos viviendo a causa de la COVID-19, las dificultades de la EU para dotarse de nuevas políticas homogéneas y unitarias se han hecho todavía más macroscópicas  

Cuando la gestión de la crisis económica de 2008, la UE adoptó políticas insolidarias haciendo de los vínculos del Presupuesto de los respectivos Estados la única variable para decidir las políticas económicas que debían adoptarse. Sin respetar los vínculos del Presupuesto no se podían hacer inversiones públicas para el crecimiento, era lo contrario de una normal política económica expansiva. Fuera de esta regla (que destruyó la economía y el welfare griego) sólo se podía conceder flexibilidad a tiempo parcial. De ello se beneficiaron, a menudo, más los países fuertes que los que estaban en dificultades.

Con la crisis sanitaria, social y económica que estamos viviendo a causa de la COVID-19, las dificultades de la EU para dotarse de nuevas políticas homogéneas y unitarias se han hecho todavía más macroscópicas. Dando la sensación (o la certeza) de que algunos países de la UE piensen, una vez superada la crisis, poder volver a aplicar las reglas y el modelo de desarrollo de siempre sin reforzar las políticas fiscales comunes y dotarse de un nuevo “Plan Marshall” que garantice desarrollo y ocupación en los países más golpeados. La idea, afirmando nuevamente, que es posible «el europeismo en un solo país».

Frente este auténtico riesgo de disolución de la idea de Europa (independientemente de los tratados, que se van reescribiendo completamente para transferir importantes competencias de los Estados a la UE), la izquierda política está silente y muy débil, y donde cada partido o coalición prefiere dialogar con sus propios gobiernos nacionales y no buscar una propuesta común. Lo mismo se puede decir, desgraciadamente, del Sindicato europeo, que tiene la desventaja de no estar presente en ningún lugar institucional y que aparece, por tanto, callado o incluso inexistente. En cambio, sería necesario y urgente que los sindicatos nacionales definieran una plataforma común para medirse con las instituciones europeas y construir un necesario New Deal.

¿Cuáles podrían ser las líneas estratégicas de esta nueva política económica y social? En nuestra opinión debería ser la Agenda para el desarrollo sostenible 2030 de la ONU. Entendida en toda su globalidad, a partir de las políticas de sostenibiliad ambiental, pero sin limitarse a aquellas. Basta ojear la plataforma ONU (firmada por todos los Estados europeos) para darse cuenta que la ventaja de sus contenidos es muy amplia, pues van de las cuestiones ambientales a las sociales y económicas. Poniendo en primer lugar la lucha contra la pobreza y las desigualdades sociales. Y en todo ello, tras la crisis sanitaria, es necesario introducir el tema del welfare. El welfare universal ha sido, por lo menos desde la segunda mitad del siglo pasado, una característica peculiar del modelo social europeo e, incluso, un factor de ciudadanía y de identidad cultural. No hay duda que, frente a las pandemias este modelo social, deba ser mejorado y reforzado para una mayor eficacia y homogénea extensión territorial.

Cambiar las políticas y las estrategias de desarrollo es la condición necesaria para crear nuevos trabajos frente a los procesos de trasformación de las necesidades y de los mercados que ya no soportan la simple repetición de los modelos de consumo que hasta ahora hemos conocido.

Este es un llamamiento para que las fuerzas sindicales nacionales y europeas inicien la tarea de preparar su futuro y el nuestro.

Artículo firmado por:

Sergio Cofferati | Ex Secretario General de la CGIL
Joaquim Gonzalez Muntadas | Ex Secretario General de Federación Textil y Química de CCOO
José Luis Lopez Bulla | Ex Secretario General de CCOO de Catalunya 
Gaetano Sateriale | Ex Dirigente Confederal de la CGIL.


Este artículo ha sido previamente publicado en el Diario del Lavoro.

Llamamiento a los sindicatos nacionales y europeos por una UE federal y una política de...
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