martes. 19.03.2024

Hay que actuar ante los riesgos de la contaminación ambiental

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Numerosos estudios realizados a diferentes niveles ponen de manifiesto una relación causal entre la contaminación atmosférica y ciertos efectos perjudiciales en la salud. Los contaminantes ambientales más importantes son las partículas materiales de diámetro inferior a 2,5 micras (PM2.5), partículas materiales de diámetro inferior a 10 micras (PM10), monóxido de nitrógeno (NO), dióxido de nitrógeno (NO2) monóxido de carbono (CO), los hidrocarburos como el benceno, el dióxido de azufre (SO2) y el ozono (O3) . En Europa el proyecto APHEKOM (Improving Knowledge and Communication for Decision Making on Air Pollution and Health in Europe) estudia las consecuencias de la polución ambiental sobre la salud en 25 ciudades europeas. Actualmente los niveles de determinados contaminantes en las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona  se sabe que sobrepasan, con frecuencia, los límites establecidos tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) , como por el Real Decreto que regula la calidad del aire .

El informe REVIHAAP (Review of Evidence on Health Aspects of Air Pollution) concluye que para las PM2.5, PM10, el ozono y el NO, los efectos perjudiciales pueden ocurrir a concentraciones más bajas que las establecidas en el informe de 2015 y recomienda una revisión de las políticas ambientales. La fuente principal de esta contaminación son las emisiones originadas en los motores de combustión de los automóviles, sobre todo los diesel. Constituye, pues, un buen indicador de la contaminación debida al tráfico rodado y además interviene como precursor de otros contaminantes importantes.

En Reino Unido se ha estimado un efecto en la mortalidad equivalente atribuible al NO de alrededor de 29.000 muertes. Un metanálisis sobre el efecto de la contaminación atribuible al tráfico sobre el asma en niños concluye que el incremento en la exposición al NO2 se asocia al asma de aparición temprana.

La legislación europea sobre calidad del aire establece dos tipos de valores límite para la contaminación por NO2: un valor límite anual y un valor límite horario.

El valor límite anual de contaminación por NO2 para la protección de la salud humana está fijado en 40 μg/m3 de concentración media anual. Según los datos recopilados por la red de medición de la contaminación atmosférica de Madrid, en 2015, 13 de las 24 estaciones que miden este contaminante rebasaron el valor límite anual, y dos estaciones más lo igualaron. Los valores más altos se alcanzaron en estaciones de tráfico, dejando claro donde se sitúa el origen del problema, y los más bajos se registraron en los grandes parques y áreas naturales adyacentes a la ciudad.

Existen otros estudios que muestran relación con los procesos de NO,  centrándose únicamente en las exacerbaciones asmáticas y utilizan concentraciones máximas en una hora.

Las diferentes publicaciones sobre este tema se centran fundamentalmente en las PM2.5 y PM10, especialmente sobre las primeras, que tienen un origen antropogénico, estimándose que entre el 70 y el 80% derivan de la combustión de motores diesel en los vehículos.

Muchos de estos estudios centran su interés en la población pediátrica, por la susceptibilidad particular que tiene este colectivo, debido tanto a su inmadurez inmunológica, como a sus características anatomo-fisiológicas; inhalan una mayor proporción de sustancias en relación con su peso, y a su estilo de vida que hace que pasen más tiempo en el exterior . Dentro del amplio rango de  los efectos nocivos sobre la salud, cobran especial relevancia aquellos que se producen sobre el sistema cardiovascular, y sobre el tracto respiratorio, tanto superior, como inferior, algo que ya ha sido publicado por diferentes autores . Es cierto que las infecciones del tracto respiratorio son consideradas la principal causa de estos procesos; no obstante, ha sido descrito un efecto aditivo o sinérgico con los contaminantes. En un estudio realizado sobre 11.000 niños en edad escolar, de diferentes áreas con valores diversos de contaminación ambiental, se estudió la función pulmonar de forma prospectiva y se vio una disminución del crecimiento de la función pulmonar en aquellos que vivían en comunidades con concentraciones más altas de PM10, PM2.5, CO y NO2.

El incremento significativo  entre los ingresos por asma, bronquitis y neumonía, en la población pediátrica, atribuible a la tasa de contaminantes atmosféricos, es algo que ya ha sido demostrado y que la OMS recoge en su informe sobre la calidad del aire en 2014. Encontramos varios estudios en esta misma línea, tanto en otros países, como en el nuestro, el ultimo realizado por nosotros demuestra que hasta un 8% de los ingresos pediátricos podrían evitarse si no se superasen los valores recomendados de contaminantes. Dentro de estos efectos, quizá el más estudiado ha sido la relación con la exacerbación de las crisis asmáticas y en adultos se ha encontrado también relación entre los eventos cardiovasculares y los picos de contaminación.

Es evidente que la ciudad de Madrid ha sido configurada durante años para favorecer el tráfico rodado y más específicamente los vehículos particulares por lo que si queremos abordar en serio el problema tenemos que cambiar este panorama, primero priorizando el transporte público en la ciudad, segundo estableciendo medidas diasuasorias para el uso de los vehículos privados, tercero favoreciendo el uso de transportes no contaminantes como la bicicleta o los coches eléctricos y por fin utilizando medidas puntuales de limitación de velocidad y de prohibiciones de acceso de los vehículos privados al centro de la ciudad, en los momentos con mayor contaminación. Nuestra salud y la de nuestros hijos merece este esfuerzo.

Hay que actuar ante los riesgos de la contaminación ambiental