Las elecciones generales son el último frente para frenar un retroceso histórico que nos llevará de golpe cuarenta años atrás, ya sin disimulo, sin falsas vergüenzas, sin derechitas cobardes.
En el PP hubiera dado igual que el candidato principal hubiese sido Núñez Feijoo o Don Tancredo, el ambiente callejero mostraba sin mucho lugar a dudas una evidente derechización del electorado.
Estamos ante un periodo electoral que la derecha intenta mostrar como un plebiscito y en el que gracias a la hipérbole, la desmesura, y el insulto, apenas se habla de los problemas que más acucian a…