Cuando hablo de dos Cubas y dos Habanas, pienso especialmente en la gente noble y de recta conducta que vive de su trabajo de forma entregada que me he encontrado.
Nunca hasta ahora, en unas elecciones presidenciales, se había tenido que acudir a la segunda vuelta para decidir el nombre del presidente o presidenta del País.
En las primeras elecciones que se producen sin la sombra del terrorismo etarra, la ciudadanía ha dejado un mensaje nítido y claro: exige un gobierno de convivencia.