Quiero subrayar el encuentro de los días 26 y 27 de octubre en la Universidad de Salamanca, el “II Seminario Internacional – Diligencia debida y derechos humanos laborales: experiencias y propuestas”, con un interesante programa [1] y celebrado en el marco de un ya largo proceso de investigación académica con importante e interesante proyección a las relaciones laborales, desarrollado en esta universidad y dirigido por los profesores Wilfredo Sanguineti y Juan Vivero, con trabajos desde el 2009, con un proyecto sobre multinacionales de 2012-2014, y otro previsto hasta 2024 que ha dado lugar a este segundo seminario [2]. En todos hemos intervenido desde FITEQA-CCOO primero y luego desde Industria-CCOO, por mi parte en una primera etapa y luego conjuntamente con Víctor Garrido.
En esta ocasión han participado con ponencias y comunicaciones una cincuentena de profesores y doctorandos de las Universidades españolas de Salamanca, Cantabria, La Laguna, Almería, Extremadura, Valencia y Sevilla, de las italianas de Trento, Bolonia y Palermo, de la francesa de Burdeos, de la peruana Pontificia Universidad Católica y de la argentina de Buenos Aires. La participación sindical nos correspondió a Víctor Garrido y a mí.
Elementos de esta información y debate fueron el concepto de diligencia debida y su dimensión laboral mundial, su proyección hacia cuestiones tan esenciales como la libertad sindical y la negociación colectiva, el salario, el tiempo de trabajo, la seguridad y salud laboral, la no discriminación…
Elementos de esta información y debate fueron el concepto de diligencia debida y su dimensión laboral mundial
Quiero destacar las ponencias inicial y de clausura, a cargo respectivamente de Isabelle Daugareilh, de la Universidad de Burdeos y referencia principal académica en Francia en la elaboración de su ley nacional sobre diligencia debida y deber de vigilancia, y pionera del posterior proceso legislativo europeo, y de Luca Nogler, de la Universidad de Trento y eje de la elaboración e investigación italiana sobre el trabajo decente.
Víctor Garrido y yo participamos activamente en los debates de ambos días y presentamos dos ponencias c sobre los más de 20 años de experiencias de acción sindical transnacional desde nuestra Federación sindical de CCOO, y sobre las perspectivas del sindicalismo español en la acción sindical global en defensa del trabajo decente, particularmente en las cadenas de suministro de las multinacionales de cabecera española, así como su engarce con la acción sindical desde los centros de trabajo de España.
En el blog de Wilfredo Sanguineti [3] puede encontrarse una amplia información al respecto, así como otras cuestiones de indudable interés.
Aquí podéis ver las intervenciones del primer día del seminario en Salamanca, del 26 de octubre.
Día 27 de octubre: Intervenciones de Isidor Boix y Víctor Garrido en el punto 5:01:58
Ahora quiero señalar dos puntos significativos del debate que entiendo de interés y en los que intervinimos. Y antes, una breve referencia a otras dos cuestiones. Por una parte, la necesidad de incorporar al estudio de la jornada de trabajo no sólo su cuantificación sino también su organización, importante ya en todo el mundo, y la intervención sindical en su gobierno. Y por otra, la necesidad de dejar de utilizar la denominación de “partes interesadas” y pasar a la de “grupos de interés” para subrayar su carácter colectivo.
En el estudio de la jornada de trabajo es necesario incorporar no sólo su cuantificación sino también su organización
La primera cuestión de fondo que quiero plantear es la relación entre acción social y legislación, cuya adecuada comprensión y su desarrollo considero esencial en la actividad de las organizaciones sociales y políticas. En una de las ponencias, al examinar los procesos y los resultados legislativos en relación con la defensa de la dignidad del trabajo en este nuestro mundo globalizado, así como sus inevitables limitaciones, se afirmó textualmente que sería de esperar “que los Acuerdos Marco superen las insuficiencias normativas”, con referencia a los AMG y su relación con las leyes nacionales y transnacionales y particularmente la Directiva Europea y el Tratado de las NNUU sobre diligencia debida que se encuentran en avanzado proceso de elaboración. Entiendo que es un tema clave ya que la experiencia milenaria de la Humanidad apunta al papel de la acción social como motor del desarrollo legislativo, no tanto para “superar deficiencias” sino para establecer nuevos objetivos, y, sobre todo, para impulsar la movilización de los colectivos sociales para su elaboración, para su consecución y para su eficaz aplicación. Matices importantes en un debate académico y más aún en el necesario esquema estratégico de las organizaciones sociales, las sindicales en este caso.
Y la segunda, la acción sindical internacional, global, en el sindicalismo nacional, una cuestión, surgida en varios momentos y subrayado en nuestras intervenciones sindicales, muy ligada de hecho a la anterior. Señalando las evidentes dificultades, insuficiencias, para avanzar en una eficaz acción sindical transnacional, global en definitiva, para defender eficazmente propuestas de “trabajo decente” en el mundo, algunas intervenciones parecían explicar, justificar, tales limitaciones por el supuesto difícil reparto de papeles entre el “sindicalismo internacional” y el “sindicalismo nacional”. Un planteamiento que podría incluso ser asumido por no pocos ámbitos de las organizaciones sindicales para referirse a todo ello y para conformarse con sus propias insuficiencias al respecto. Insistimos en ese debate señalando la necesidad de una eficaz respuesta a tales carencias en la actual coyuntura de la globalización. De la nueva globalización, que no desglobalización, que se está configurando en el marco de las crisis que han significado y significan la pandemia y los problemas del reparto internacional del trabajo, de la producción de semiconductores en particular, así como del comercio mundial. Crisis sobre las que inciden las gravísimas violaciones de los derechos humanos que se dan a diario en el planeta, y más en estos momentos con la invasión rusa de Ucrania y, estos días, con el terrorismo de Hamas contra la población israelita y el genocidio de Israel contra la población de Palestina para el que es difícil encontrar adjetivos.
Se han señalado las evidentes dificultades para avanzar en una eficaz acción sindical transnacional, global, para defender eficazmente el “trabajo decente” en el mundo
El eje de la acción sindical debe significar la integración del sindicalismo transnacional, global, en el sindicalismo nacional, la asunción de la acción sindical global como un elemento permanentemente de la acción sindical nacional; entender la relación entre las más inmediatas y concretas reivindicaciones del lugar de trabajo con la necesaria globalización de los derechos del trabajo. Una concepción y práctica sindical desarrollada por el sindicalismo industrial español que explica que de los 9 Acuerdos Marco Globales en la industria de la moda mundial, nada menos que 4 corresponden a multinacionales de cabecera española (Inditex, Mango, El Corte Inglés y Tendam), lo que no es sólo un mérito estadístico, sino la expresión de cómo lo practicamos en particular en Inditex desde 2002 con las trabajadores de las fábricas gallegas de la multinacional y que posibilitó, tras 5 años de negociación y acción sindical en Galicia a la vez que en Perú, Marruecos, Turquía…, firmar en 2007 el primer AMG mundial de expresa aplicación a toda la cadena de suministro hasta el último eslabón de las subcontrataciones. Significativo también que el siguiente, el segundo de los 9 vigentes hoy en esta industria, el de la sueca H&M, tardó aún 8 años en suscribirse.
Muchos otros temas significativos en los ámbitos académico y sindical se abordaron esos días en Salamanca, poniendo de manifiesto el mutuo interés y el mutuo estímulo que este tipo de encuentros y de trabajos supone tanto para el mundo universitario como para el sindicalismo.
[1] Wilfredo Sanguineti
[2] El proyecto Translab
[3] Industria CCOO
[4] Wilfredo Sanguineti
