lunes. 29.04.2024

Salt, un nuevo caso de violencia xenófoba promovida por 'ultras'

La inseguridad ciudadana es el pretexto al que, una vez más, recurren los grupos xenófobos para caldear el ambiente en contra de la inmigración y propagar sus consignas. El último ejemplo lo hemos tenido en un pequeño pueblo de Gerona en el que la preocupación por la delincuencia es compartida por la población autóctona y la de origen extranjero.
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NUEVATRIBUNA.ES - 26.2.2010

Salt es un municipio de 31.000 habitantes, en el que el 42% de la población es inmigrante. A pesar del alto grado de indocumentación y de los niveles alarmantes de paro, gran parte de los que integran ese porcentaje son ciudadanos plenamente asentados en la comunidad, que regentan sus propios negocios y que padecen como el resto los episodios violentos. Ahora, además, se han convertido en la diana del brote racista que asola a Salt y que se escenificó en el pleno municipal celebrado el jueves.

El pleno había sido convocato para aprobar los presupuestos, tras el boicot del pasado lunes a cargo de unos 300 vecinos. La crispación empezó cuando la alcaldesa, Iolanda Pineda (PSC), ordenó el desalojo de varios ciudadanos que pidieron a gritos su dimisión y la calificaron de "sinvergüenza". Posteriormente, ante la sede consistorial, un grupo de personas (entre las que estaban los desalojados) increparon a dos paquistanís y un marroquí que se habían sumado a la concentración para reclamar más control policial. "Moros, iros a vuestra tierra", "sois todos unos ladrones", fueron algunas de la frases con que intimidaron a los inmigrantes. "Venís aquí a beber y a ensuciar el país", le increpó un vecino a otro de procedencia marroquí. Este último le contestó: "Venimos aquí a levantar España". "Tú que vas a levantar...", le increpó en tono burlón el vecino de Salt. Sólo la intervención de mossos de paisano y agentes de la policía local consiguió evitar que llegaran a las manos.

La prensa catalana relata que un joven marroquí llamado Morad se convirtió en portavoz improvisado de sus compatriotas y acusó a CiU y al PP –en la oposición en Salt– de orquestar la protesta vecinal para desgastar al gobierno municipal. "Estamos hartos de que nos utilicen y nos insulten. Tenemos tantos derechos como los españoles, pagamos nuestros impuestos, y trabajamos y cotizamos aquí", afirmó. Lo cierto es que partidos como el PP no son ajenos al fomento de cierto alarmismo ciudadano. La Razón cuenta que "el presidente del grupo parlamentario 'popular', Daniel Sirera, denunció ayer que la inseguridad ciudadana crece en Cataluña. Y puso como ejemplo un intento de secuestro de una niña en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Sirera advirtió al president de la Generalitat, José Montilla, de que hay colegios en Cataluña que están enviando cartas a los padres explicándoles que hay posibilidades de que sean secuestrados sus hijos. La consellerias de Educación alegó que no tiene constancia e Interior, que no da verosimilitud a los hechos. El PP basa su denuncia en el testimonio de una niña de once años".

Los inmigrantes, por su parte, se quejan del acoso al que son sometidos cuando pasean por las calle. "Los policías nos detienen y cachean cada dos por tres, a veces varias veces en la misma noche, y no sirve de nada que les recuerdes que te acaban de registrar hace media hora. Nos tratan como a criminales y a los chicos españoles ni siquiera los miran", denuncian los que viven en Salt. Morad explicó que muchos de ellos forman parte de una asociación cultural y religiosa llamada Al Hilal, y que se planteaban la posibilidad de convocar una manifestación para protestar por el acoso que, a su juicio, sufren los extranjeros en Salt. De hecho, poco antes de las nueve de la noche, unos 200 inmigrantes se concentraron ante el ayuntamiento gritando proclamas contra el racismo y los controles policiales.

Los vecinos tampoco secundan la actuación de los 'ultras'. Gemma Serra, portavoz de las asociaciones de vecinos de la ciudad, calificó los incidentes de "lamentables" y destacó que no comparten el comportamiento de los vecinos que se concentraron ayer ante el consistorio: "Nosotros protestamos por la falta de seguridad, no vamos contra el ayuntamiento ni contra los inmigrantes". La propia alcaldesa, Iolanda Pineda, subrayó que los incidentes que se produjeron ante el ayuntamiento "no son representativos de la población de Salt", y pidió "calma" a sus conciudadanos. Los presupuestos aprobados ayer incluyen unas partidas para la instalación de cámaras de vigilancia en algunas calles, construir una nueva comisaría de la policía local y aumentar su plantilla con la incorporación de tres nuevos agentes.

Salt, un nuevo caso de violencia xenófoba promovida por 'ultras'
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