lunes. 29.04.2024

Hasta ahora se pensaba que cuando guardamos un secreto, nuestro cerebro se pone como objetivo ocultar esa información. Y cuando existe un objetivo que cumplir, lo que hace nuestra mente es activarlo cada cierto tiempo de manera automática, para asegurase de que no lo olvidamos, y para aprovechar las oportunidades que se presentan en nuestro camino que nos pueden facilitar el conseguir esa meta. Todo este proceso hace que la mente gravite alrededor de la información ocultada, en un continuo rumiar sobre ello. Porque así funciona nuestro cerebro, tiene por costumbre vagar por las preocupaciones, los problemas no resueltos y los objetivos que nos hemos planteado, y esto supone un desgaste de energía que puede llegar a ser agotador. 

¿Cómo afecta guardar un secreto? 

1. Cambia la percepción de la realidad: psicólogos de la Tufts University descubrieron que cuando las personas están preocupadas por guardar un secreto, perciben su entorno como más complicado de lo que en realidad es. En el experimento, los participantes cargados de secretos veían las colinas más empinadas, las distancias más largas y creían que las tareas requerían más esfuerzo, que los del grupo control. Este hecho se traduce en que, guardar un secreto, no sólo se convierte en un peso psicológico, sino también en un peso físico que hace que las tareas diarias parezcan más agotadoras. 

2. Produce ansiedad y estrés: guardar un secreto se convierte en una preocupación que nos atrapa, no únicamente delante de las personas, sino también cuando estamos solos. Retener oculta información no impide que las emociones relacionadas con el secreto surjan, y no atenderlas por falta de poder verbalizarlas provoca que el cuerpo empiece a dar avisos, con ansiedad o estrés, de la necesidad de gestionarlo de un modo diferente. 

Nuestro cerebro tiene por costumbre vagar por las preocupaciones, los problemas no resueltos y los objetivos que nos hemos planteado, y esto supone un desgaste de energía

3. Puede acabar en depresión: la mezcla de emociones que se acumulan inconscientemente alrededor del secreto puede generar depresión a largo plazo. Como consecuencia de la ansiedad mal gestionada, puede venir la depresión. 

4. Impide superar los traumas: estudios que analizaron casos de mujeres que, tras sufrir una agresión sexual, por vergüenza, culpa u otros sentimientos, eligieron callarlo, concluyeron que sufrían más que aquellas que lo habían compartido con sus seres queridos o habían realizado una terapia. También se estudió a supervivientes del Holocausto de 1989, a quienes se les pidió que relatasen sus experiencias más profundas jamás contadas, y la sorpresa fue, que tras un año, manifestaron sentirse más plenos y mejor físicamente. Y es que, no comentar a nadie el hecho sucedido, podría llegar a ser más dañino que el hecho en sí mismo. De ahí el énfasis de muchas terapias por lograr que las víctimas de episodios traumáticos logren hablar o escribir acerca de lo que han sufrido. 

5. Nos hace sentir poco auténticos: ocultar información, en muchas ocasiones, implica mentir a personas que nos importan y deteriora nuestra autoimagen. Esto repercute directamente sobre la autoestima, minándola cada vez más mientras el secreto se mantenga. 

¿Cuáles son los secretos más comunes? 

Estudios psicológicos han demostrado que guardamos hasta 38 secretos diferentes, pero estos son los 10 más comunes: Engañar a la pareja; Enamorarse de alguien; Detalles familiares; Cuestiones económicas; Comportamientos sexuales; Haber mentido a alguien; Traicionar la confianza de alguien; Robar; Infidelidad no sexual y Ambiciones y metas. 

Así pues, décadas de investigación sobre el secreto sugieren que guardarlo es malo para nuestro bienestar psicológico. Pero, un reciente estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, subraya que, aunque las personas a menudo quieren compartir buenas noticias tan pronto como las conocen, mantener las buenas noticias en secreto antes de contárselas a otra persona, podría hacer que las personas se sientan con más energía y vivas, independientemente de si tienen la intención de compartir esa información más tarde con alguien o no.

Si bien los secretos negativos son mucho más comunes que los positivos, algunas de las ocasiones más alegres de la vida comienzan como secretos, incluidas las propuestas de matrimonio secretas, los embarazos, los regalos sorpresa y las noticias emocionantes. 

Mantener las buenas noticias en secreto antes de contárselas a otra persona, podría hacer que las personas se sientan con más energía y vivas

Una encuesta previa al estudio de 500 personas encontró que el 76% dijo que lo primero que haría al enterarse de las buenas noticias era compartirlas con alguien. Pero hay muchos eventos positivos de la vida que las personas pueden optar por mantener en secreto, como una propuesta de matrimonio, un embarazo deseado o derrochar en una compra de lujo.

Los investigadores realizaron cinco experimentos con más de 2.500 participantes para comprender qué motiva a las personas a guardar secretos positivos, y cómo guardar un secreto positivo puede afectar a alguien en comparación con un secreto que guardan porque lo consideran desagradable o vergonzoso.

En un experimento, a los participantes se les mostró una lista de casi 40 tipos comunes de buenas noticias, que incluían elementos como ahorrar dinero, comprar un regalo para uno mismo o reducir una deuda. A continuación, los participantes indicaron qué buenas noticias tenían actualmente y cuáles habían mantenido en secreto. 

A algunos participantes se les pidió que reflexionaran sobre las buenas noticias que mantuvieron en secreto, mientras que otros reflexionaron sobre las buenas noticias que no eran secretas, y luego calificaron qué tan energizados los hicieron sentir las noticias y si tenían la intención de compartir las noticias con otra persona.

Los investigadores encontraron que las personas tenían en promedio de 14 a 15 buenas noticias, con un promedio de cinco a seis que se mantenían en secreto. Los participantes que reflexionaron sobre sus secretos positivos informaron que se sentían con más energía que los participantes que pensaron en sus buenas noticias que no eran secretas.

Las personas que informaron que tenían la intención de compartir sus noticias con otros también informaron que se sentían con más energía, ya sea que la noticia fuera secreta o no.

Los investigadores encontraron que las personas tenían en promedio de 14 a 15 buenas noticias, con un promedio de cinco a seis que se mantenían en secreto

Los secretos positivos que las personas eligen guardar deben hacerles sentir bien, y la emoción positiva es un predictorconocido de sentirse con energía. Pero los investigadores encontraron en cuatro estudios de seguimiento que los secretos positivos también hacen que las personas se sientan energizadas por otra razón.

Uno de esos experimentos mostró a los participantes la lista de tipos comunes de buenas noticias y les pidió que seleccionaran la noticia que era más probable que les sucediera en un futuro cercano.

Un grupo de participantes imaginó que mantenían las buenas noticias en secreto hasta que se lo contaron a su pareja más tarde ese día, mientras que otro grupo imaginó que actualmente no podían comunicarse con su pareja y, por lo tanto, no podían decírselo hasta más tarde en el día.

Cuando los participantes imaginaron que querían retener la información para hacer que la revelación fuera sorprendente, se sintieron más energizados que cuando no pudieron revelar la información.

Otro experimento pidió a los participantes que recordaran un secreto positivo actual (un secreto con el que se sentían bien), un secreto negativo actual (un secreto por el que se sentían mal) o simplemente un secreto actual. Los investigadores encontraron que las personas guardan secretos positivos en particular por razones internas o personales, en lugar de porque se sintieron obligadas por presiones externas a mantener la información en secreto.

Los secretos positivos proporcionan un período prolongado de disfrute, ya que las personas anticipan la alegría de compartirlos eventualmente

A diferencia de los secretos negativos o vergonzosos, que a menudo se rigen por presiones o miedos externos, los secretos positivos hacen que las personas se sientan animadas cuando pueden elegir mantener la información en secreto. La gente a menudo guarda secretos positivos para su propio disfrute o para hacer que una sorpresa sea más emocionante. En lugar de basarse en presiones externas, los secretos positivos se eligen más a menudo debido a deseos personales y motivos internos.

Los investigadores también encontraron que mantener las buenas noticias en secreto puede hacer que las personas se sientan llenas de energía y vivas, independientemente de si tienen la intención de compartir esa información más tarde con alguien o no.

Finalmente, la gente a veces hace todo lo posible para orquestar la revelación de un secreto positivo para hacerlo aún más emocionante. Este tipo de sorpresa puede ser intensamente agradable, pero la sorpresa es la más fugaz de nuestras emociones.


Datos clave del estudio:

1. El estudio encontró que las personas guardan un promedio de 14 a 15 buenas noticias, y alrededor de cinco a seis se mantienen como secretos.

2. Guardar secretos positivos está ligado a motivos internos personales, lo que lleva a sentimientos de energía y disposición para enfrentar desafíos futuros.

3. Los secretos positivos proporcionan un período prolongado de disfrute, ya que las personas anticipan la alegría de compartirlos eventualmente.

Por último, compartir esta reflexión irónica de Manuel Azaña: “En España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro”

Guardar buenas noticias en secreto nos da energía