martes. 19.03.2024
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Varios protagonistas de los encargos “especiales” de Alfonso XIII

La figura de Alfonso XIII es de las más interesantes de los Borbones y como dice el historiador José María Zavala “fue un rey perjuro, como su bisabuelo Fernando VII, pues juró fidelidad a la Constitución de 1876 ante los Santos Evangelios y luego apoyó a la dictadura de Primo de Rivera”.

Nace en Roma el diecisiete de mayo de 1886, sus padres fueron Alfonso XII, al que no lo conoció, y María Cristina de Habsburgo-Lorena. Es bautizado con el nombre Alfonso León Fernando María Jaime Isidro Pascual Antonio de Borbón y Habsburgo-Lorena.

  1. EL INICIO DE SU REINADO
  2. EL MATRIMONIO CON VICTORIA EUGENIA DE BATENBERG
  3. LOS AMORIOS EXTRACONYUGALES Y LOS HIJOS BASTARDOS
  4. LA AYUDA PRO-CAUTIVOS EN LA I GUERRA MUNDIAL
  5. ALFONSO XIII Y LA PORNOGRAFIA
  6. LOS NEGOCIOS DE ALFONSO XIII
  7. PRINCIPALES HECHOS DE SU REINADO
  8. ALFONSO XIII Y LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA
  9. ALFONSO XIII Y FRANCO

Nace ya como Rey, pero hasta que cumple la edad de dieciséis años (1986-1902) dirige el país una Regencia presidida por su madre María Cristina de Habsburgo-Lorena. Alfonso XIII tuvo una educación similar a la que había tenido su padre. Se guió mucho por el proceder de su madre María Cristina, que era apodada “doña Virtudes”, pero también influyó mucho en su carácter su tía Isabel, conocida como “la chata”, tenía como lema “con el rey, con razón o sin ella”. Esto demuestra el grado de adulación que existía en el Palacio Real.

EL INICIO DE SU REINADO

Asume el poder con dieciséis años en 1902. Era apodado “el piernecitas” porque tenía las piernas muy delgadas. Antes de tomar el poder, hizo una declaración de sus intenciones como gobernante, el uno de enero de 1902, diciendo:

En este año me encargaré de las riendas del Estado, acto de suma trascendencia tal como están las cosas, porque de mí depende si ha de quedar en España la monarquía borbónica o la república; porque yo me encuentro el país quebrantado por nuestras pasadas guerras, que anhela por un alguien que la saque de esa situación. La reforma social a favor de las clases necesitadas, el ejército con una organización atrasada a los adelantos modernos, la marina sin barcos, la bandera ultrajada, los gobernadores y alcaldes que no cumplen las leyes, etc. En fin, todos los servicios desorganizados y mal atendidos. Yo puedo ser un rey que se llene de gloria regenerando a la patria, cuyo nombre pase a la Historia como recuerdo imperecedero de su reinado, pero también puede ser un rey que no gobierne, que sea gobernado por sus ministros y por fin puesto en la frontera… Yo espero reinar en España como Rey justo. Espero al mismo tiempo regenerar la patria y hacerla, si no poderosa, al menos buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere para bien de España”.

Alfonso XIII, a pesar de tener una pobre formación política, fue consciente de que el papel del Rey había quedado reducido a una función institucional. Esto nunca lo asumió y creía que solo una monarquía con capacidad de acción política podría evitar el avance del republicanismo, que crecía visiblemente, reforzado por los movimientos socialista y anarquista.

En su primera reunión con el gobierno les aclara cual es su interpretación de la Constitución de 1876.   La intromisión real entorpece la gestión del gobierno, ya que el Rey carece de iniciativa política. Esto hacía que muchos decretos quedaran detenidos en palacio para la firma real.

Alfonso XIII se movía muy cómodo por los cuarteles, haciéndole saber al gobierno la gran importancia que la opinión del ejército debía tener en el Estado. Esto hace, que el Rey se implique en la nefasta guerra de Marruecos y posteriormente muestre su simpatía hacia la dictadura de Primo de Rivera.

En sus primeros años realizó diversos viajes por España y también por el extranjero. En su visita a Francia ,en mayo de 1905, sufrió un atentado junto al presidente francés Loubet, del que ambos salieron ilesos, aunque provocó la muerte de varias personas.

Atentado en París a Alfonso XIII

EL MATRIMONIO CON VICTORIA EUGENIA DE BATENBERG

En su visita a Inglaterra conoció a la princesa Victoria Eugenia. Era hija del príncipe Enrique de Battenberg y la princesa Beatriz del Reino Unido, era la línea de una dinastía de origen plebeyo. Sobrina del rey Eduardo VII y nieta de la reina Victoria I. Victoria Eugenia se le conocía con él sobre nombre de ENA y tenía el tratamiento de Alteza Serenísima por nacimiento, pero para poder casarse con Alfonso XIII y evitar que dicha unión fuese considerada morganática, se le elevó de rango a Alteza Real. Además tuvo que hacerse católica.

El Tratado matrimonial se firmó, el siete de mayo de 1906, en Londres. Se celebró la ceremonia en Madrid el 31 de mayo de 1906. Cuando regresaba camino del Palacio Real después de la ceremonia nupcial, sufrieron un atentado, mediante el lanzamiento de un ramo de flores desde los espectadores en el que se encontraba escondida una bomba. Fue lanzada por el anarquista Mateo Morral a la carroza real, del que salieron ilesos, pero que sí provocó la muerte de once personas.

El matrimonio tuvo siete hijos. Veamos

- Alfonso (1907), nació hemofílico y renunció a sus derechos dinásticos en 1933.
- Jaime (1908), era sordo y por presión del Rey le hicieron renunciar al trono en 1933.
- Beatriz (1909), es la abuela materna de Alejandro Lecquio.
- Fernando (1910), nació muerto.
- María Cristina (1911)
- Juan (1913). Recibe el título de conde de Barcelona y será el que asumirá los derechos dinásticos a la muerte de Alfonso XIII.
- Gonzalo (1914), que también nació hemofílico.

Las relaciones entre el Rey y Victoria Eugenia se enfriaron cuando se supo que la reina tenía hemofilia, que es una enfermedad hereditaria, pero que ambos desconocían. Por otro lado, Alfonso XIII mantuvo numerosas relaciones amorosas con otras mujeres, como posteriormente veremos.

Si seguimos a la escritora Mercedes Salisachs, comenta “que el pueblo amaba a la reina Victoria Eugenia y, en cambio, la nobleza, una aristocracia muy conservadora y provinciana, la detestaba por guapa, por extranjera y por culta”. Hizo mucho por España y la gente lo sabía. Fue una mujer admirable y extraordinaria, que se convirtió al catolicismo para poder contraer matrimonio con el Rey.

Salisachs califica a Alfonso XIII como un auténtico “enfermo sexual”. Respecto a esto comenta que “Victoria Eugenia nunca afeó la conducta de su marido en público, al menos, en los años en que reinaron juntos”. Mientras fueron reyes, ella observó una actitud ejemplar, pese a que el Rey llegó a mantener una familia paralela con la actriz Carmen Ruiz Moragas, con la que tuvo dos hijos.

El matrimonio en su etapa final no se hablaba y se había interrumpido el contacto carnal desde el nacimiento de su último hijo, Gonzalo. Victoria Eugenia se consolaba con la amistad de su círculo más cercano y sobre todo con los duques de Lécera, hasta el punto que empezaron a circular falsas historias sobre esta amistad.

Ya en el exilio, Alfonso y Victoria Eugenia se enfrentaron en el salón del hotel donde se encontraban. El Rey le reprochó a su mujer su amistad con los duques de Lécera y le exigió “o ellos o yo”. Victoria Eugenia sacó toda su rabia acumulada durante muchos años y le respondió “Los escojo a ellos y no quiero ver tu fea cara nunca más “.

Victoria Eugenia se fue a su país, abandonando a sus hijos y marido y se enfrentó en los tribunales reclamando su dote, los intereses durante veinticuatro años y una pensión, arguyendo, que estaban separados de facto desde hacía años.

LOS AMORIOS EXTRACONYUGALES Y LOS HIJOS BASTARDOS

Alfonso XIII tuvo cinco hijos bastardos. Tuvo una relación con la aristócrata francesa Mélanie de Gaufrydi de Dorton en 1905, como consecuencia tuvo un hijo Roger Leveque de Vilmorin.

Mantuvo una relación muy larga e intensa con la actriz Carmen Ruiz de Moragas. De dicha relación nacieron dos hijos, la primera fue María Teresa Ruiz Moragas en 1925 y Leandro Alfonso Ruiz Moragas 1929. La justicia española sentenció ante la reclamación de Leandro, el 21 de mayo de 2003, que  pudiera usar el apellido Borbón y así paso a llamarse Leandro Alfonso de Borbón Ruiz.

Además tuvo dos hijas más. La primera, fue con una de las institutrices de sus hijos, de la que se desconoce el nombre, siendo abandonada la niña en un convento madrileño.

La segunda, en 1916, con otra institutriz irlandesa Beatrice Noon, que llevó el nombre de Juana Alfonsa Milán y Quiñones de León. Su primer apellido es tomado por su padre adoptivo, el duque de Milán y el segundo apellido es del embajador de España en Francia.

Alfonso XIII, el rey pornógrafo, dibujado por Alberto Cimadevilla

LA AYUDA PRO-CAUTIVOS EN LA I GUERRA MUNDIAL

Creó una oficina pro-cautivos para conseguir aliviar las penas que se originaban en la primera guerra mundial y que puede considerarse como la primera acción humanitaria gubernamental en la historia.

Se estableció esta oficina pro-cautivos en el propio Palacio Real, donde llegaban las solicitudes de información e intervención sobre prisioneros de guerra de ambos bandos. Se salvó así a unos 70.000 civiles y unos 21.000 soldados. Intervino a favor de unos 136.000  prisioneros de guerra.

Tuvo también otras intervenciones importantes, como el intentar liberar y llevar a España a la familia real rusa depuesta por la revolución bolchevique, pero fracasó.

ALFONSO XIII Y LA PORNOGRAFIA

Era un hombre muy liberal en sus costumbres y con un sentido de la moralidad bastante abierto y muy alejado a los cánones de la época.

Según el investigador Roman Gubern, el Rey fue un gran aficionado al erotismo y al cine pornográfico. Utilizó como intermediario al conde de Romanones. Hizo rodar a los hermanos Baños, en la década de 1915-1925, varias películas pornográficas en el Barrio Chino de Barcelona, que serían las primeras de este género realizadas en España.

Las películas se titulaban, “El confesor”, “Consultorio de señoras” y “El ministro”. Los guiones fueron desarrollados por el propio Rey. La primera tiene una duración de unos cuarenta minutos, cuenta la historia de un cura confesor que se beneficia de su poder sobre las feligresas. La segunda, con una mayor duración y realizada técnicamente mejor, se cuenta la historia de la consulta de un doctor que examina a las mujeres mediante un método especial. Y en la tercera película trata la historia de una mujer que acude al Ministerio para rogar que no se despida a su marido, a lo cual el ministro accede a cambio de unos favores sexuales.

Estas películas permanecieron ocultas más de setenta años, hasta que aparecieron de forma misteriosa en un convento valenciano. Fueron restauradas por la Generalitat valenciana y se conservan en la Filmoteca de Valencia.

Ya en el exilio visitó Hollywood y según cuenta Anita Loos que fue la autora de “los caballeros las prefieren rubias”, en su libro “Adiós a Hollywood con un beso”, cuando Alfonso XIII visita la meca del cine, tiene como anfitrión al actor Douglas Fairbanks interesándose por conocer al actor de comedia Fatty Arbuckle. Douglas le informa que Fatty había sido defenestrado por haber ocasionado la muerte de una adolescente en una orgía, introduciéndole una botella de champán en los genitales. Anita Loos cuenta que el rey, tras oír la desgraciada historia, exclamo: “Vaya, qué injusticia. ¡Si eso le podía haber pasado a cualquiera!"

Alfonso XIII, como vemos, gustaba coleccionar películas pornográficas. “No le interesaban en absoluto ni la literatura, ni la pintura, la música o el arte. Solamente los caballos, la caza, los automóviles y la pornografía”. “Para nadie era un secreto que las aventuras extraconyugales de Alfonso, habían experimentado un decidido incremento sin marcha atrás, paralelo a la evolución de la descomposición de su matrimonio… Al igual que su padre Alfonso XII, era él persona escasamente selectiva a la hora de elegir eventuales compañeras de cama”. 

LOS NEGOCIOS DE ALFONSO XIII

Alfonso XIII tenía una gran información tanto financiera como industrial del país y las utilizó para hacer inversiones, que le fueron muy productivas. Participó en el accionariado de Hispano-Suiza, Trasmediterránea, Metro…

En el año 1929, se creó el Club Deportivo Galguero español, una sociedad sin ánimo de lucro para fomentar el galgo español. El general Emilio Mola le otorgó la explotación exclusiva de las carreras de galgos y sus apuestas mutuas. El club transfería sus beneficios a la Sociedad Mecánica y Stadium Metropolitano, donde el Rey participaba en su accionariado a través de persona interpuesta, en concreto por Carlos Mendoza.

Desde su inicio en 1930 hasta que las carreras fueron prohibidas por la República, obtuvieron un beneficio de 6,18 millones de euros. Más tarde vendieron la sociedad a Enrique Zimmermann, que pagó doce millones de euros de hoy. La República interpuso una querella judicial contra Alfonso XIII y Jacobo Stuart, duque de Alba. Sin embargo, con la victoria de Franco esta querella desapareció.

El patrimonio de Alfonso XIII, entre 1986 y 1902, era de 35,5 millones de euros. Esta fortuna era consecuencia de la asignación anual del Estado, que rondaba los dos millones de euros anuales; la herencia de su padre Alfonso XII, fue de 4,4 millones de euros. Si a ello unimos la fortuna de Victoria Eugenia y los amplios negocios del Rey, se puede decir que su patrimonio rondaba los 144 millones de euros.

Como decía el escritor Valle Inclán “los españoles han echado al último Borbón, no por Rey sino por ladrón”.

Según un informe realizado por el juez Mariano Luján, titular del juzgado número diez de Madrid elevó al Tribunal Supremo, el seis de diciembre de 1933, un auto donde acusaba al Rey y al duque Alba de “lucrarse con apuestas cruzadas en las carreras de galgos” a ello se le unió el de estafa y malversación de caudales públicos.

El 14 de abril de 1931 comienza su exilio, llevándose el equivalente a 48 millones de euros, pues era el dinero que tenía no declarados en bancos de Londres y París.   En sus diez años de exilio los gastó en safaris, viajes, casas, hoteles… Cuando muere en 1941, ya solo le quedaban 18 millones de euros

PRINCIPALES HECHOS DE SU REINADO

Desde los inicios de su reinado, la vida social política y económica del país era muy convulsa, pues tanto liberales, republicanos, socialistas como anarquistas protestaban violentamente toda la política gubernamental.

Su  punto más álgido sucedió en Barcelona con la llamada Semana Trágica y los desastres militares, que se estaban produciendo en Marruecos. Todo ello en medio de una durísima represión de los movimientos políticos, que culminó con la ejecución del intelectual y pedagogo anarquista Ferrer i Guardia, provocando una dura condena de las democracias europeas. La presión internacional hizo, que Alfonso XIII destituyera el gobierno conservador de Maura.

Tras el asesinato de Canalejas, se produce la ruptura del bipartidismo político de los últimos treinta y cinco años que tan malos resultados había dado al país. Los conservadores se dividieron en distintas corrientes, lo mismo que los liberales, en enfrentamientos fratricidas e irreconciliables.

El conservador Eduardo Dato declaró la neutralidad española en la I Guerra Mundial. Esta neutralidad hizo que surgiera una fuerte crisis en la familia real. La reina madre María Cristina de Habsburgo- Lorena era austriaca y en consecuencia  simpatizaba con los Imperios centrales, mientras que la reina Victoria Eugenia era inglesa y apoyaba a los aliados.

Después de la Primera Guerra Mundial la situación política social y económica en el país era gravísima, de forma que Alfonso XIII tuvo que amenazar con dimitir para que el conservador Maura aceptara un gobierno de Unidad Nacional. La crisis política se fue agravando y la situación interior del país a nivel social se iba deteriorando a grandes pasos. A ello se le unió el desastre marroquí de Annual, en la que tuvo una desafortunada intervención Alfonso XIII y gran parte de responsabilidad en este desastre.

ALFONSO XIII Y LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

Alfonso XIII tenía grandes simpatías por el autoritarismo como se puede comprobar en los discursos reales de Córdoba en 1921, y Castellón de la Plana en 1922. El Rey era consciente del fracaso de la alternancia política y como solución a la crisis del país, apoyó el golpe de Estado del general Primo  de Rivera en septiembre de 1923.

Las fuerzas políticas no apoyaron la suspensión de la Constitución realizada por el dictador Primo de Rivera. El dictador puso fin a la guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas en 1925. Mientras que en el interior del país desarrollaba una política centralista y aplicaba con dureza la  represión a todos los movimientos políticos.

En política internacional se mostraban tanto Primo de Rivera como Alfonso XIII cercano a las ideas desarrolladas por Mussolini en Italia, con el que tenían unas grandes relaciones.

Al inicio de su gobierno, Primo de Rivera obtuvo un cierto apoyo popular, pero posteriormente fue cambiando este apoyo, debido a la fuerte contestación que tuvo de la intelectualidad española, sobre todo de Miguel de Unamuno y de Blasco Ibáñez. La opinión pública acusaba de complicidad al rey con la dictadura.  

La represión a la oposición a través de encarcelamientos de prestigiosos hombres públicos, la sanjuanada, y los conflictos estudiantiles fueron desacreditando la dictadura.

Finalmente, Alfonso XIII retiró su apoyo a Primo de Rivera y le presentó su dimisión el 28 de enero de 1930. Le sustituyó el general Dámaso Berenguer, pero el fracaso fue mayúsculo y el cierre dictatorial llegaba demasiado tarde.

El doce de abril de 1931, se celebraron elecciones municipales ganando la izquierda en las principales ciudades del país. El 14 de abril, en toda España, ondeaban banderas republicanas, el conde de Romanones  le recomendó que abandonara el país. Salió hacia Cartagena y en barco llegó a Marsella. Se suspendió el poder real, sin que el Rey llegara a abdicar de manera formal.

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Las Cortes republicanas acusaron de alta traición a Alfonso XIII por ley de 26 de noviembre de 1931. En ella se dice:

A todos los  que la presente vieren y entendieren, sabed: Que las Cortes Constituyentes, en funciones de Soberanía Nacional, han aprobado el acta acusatoria contra don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena, dictando lo siguiente:

“Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los poderes de su magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico del país, y, en consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena. Privado de la paz jurídica, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional.

Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes elegidos para votar las nuevas normas del Estado español, declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores.

De todos los bienes, derechos y acciones de su propiedad que se encuentren en territorio nacional se incautará, en su beneficio, el estado, que dispondrá del uso conveniente que deba darles.

Esta sentencia, que aprueban las Cortes soberanas Constituyentes, después de publicada por el Gobierno de la República, será impresa y fijada en todos los ayuntamientos de España, y comunicada a los representantes diplomáticos de todos los países, así como a la Sociedad de Naciones”.

En ejecución de esta sentencia. El Gobierno dictará las órdenes conducentes a su más exacto cumplimiento, al que coadyuvarán todos los ciudadanos, tribunales y autoridades”.

ALFONSO XIII Y FRANCO

El Rey conocía a Franco por sus éxitos militares en Marruecos. En el año 1923, el rey concedió  una medalla militar y el título honorifico de “gentilhombre de cámara”. Alfonso XIII fue el padrino de la boda de Franco con Carmen Polo (estuvo representado por el gobernador civil de Asturias, el general Losada).

La muerte de Alfonso XIII

En 1925, Primo de Rivera, transmitió a Franco una carta del Rey que terminaba diciendo “Ya sabes lo mucho que te quiere y aprecia tu afectísimo amigo que te abraza. Alfonso XIII”. En 1928, por real decreto, se nombra a Franco, Director de la Academia General Militar de Zaragoza.

Tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, Alfonso XIII apoyó con entusiasmo al bando sublevado, afirmando ser un falangista de primera hora.

Franco le escribió una carta muy crítica contra Alfonso XIII, el cuatro de abril de 1937. Anteriormente el Rey había donado un millón de pesetas a la causa franquista, y le expresaba a Franco su preocupación por la nula rapidez en la restauración monárquica. Franco es esta carta le deja claro a Alfonso XIII, que difícilmente llegaría a desempeñar un papel en el futuro del país, después de los errores cometidos en su reinado.

Cuando acabó la guerra y al no restaurarse la monarquía, Alfonso XIII declaró “Elegí a Franco cuando no era nadie. El me ha traicionado y engañado a cada paso”.

El quince de enero de 1941, Alfonso XIII renuncia a la jefatura de la Casa Real a favor de su hijo Juan. El Rey muere, el 28 de febrero de 1941, como consecuencia de una angina de pecho, cuando se encontraba en el Gran Hotel de Roma. Fue enterrado en la iglesia romana de Santa María de Montserrat de los Españoles. Sus restos son trasladados a España el 19 de enero de 1980, siendo depositados en el panteón Real del Monasterio del Escorial por orden de su nieto el rey Juan Carlos I.

Primo de Rivera y el rey Alfonso XIII

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