martes. 19.03.2024
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La meningitis es una enfermedad infecciosa grave que, en algunos casos, puede llevar a la muerte. Todos los años hay algún caso letal. Puede ser provocada por virus o por bacterias que, a su vez, pueden ser de varias clases, siendo las más frecuentes las provocadas por los meningococos A, B y C. En el calendario infantil está incluida la vacuna contra el meningococo C, pero existe una tensa controversia por la inclusión de la vacuna contra la meningitis B, que actualmente sólo está autorizada para uso hospitalario.

En los últimos meses murieron tres personas en la comarca de A Coruña -en Oleiros y Arteixo -afectadas por meningitis B. Existe una preocupación ciudadana evidente, amplificada por los medios de comunicación y mal contrarrestada por las autoridades sanitarias. Aunque que este tipo de meningitis tiene una incidencia muy baja en España, muchos padres están preocupados y otros viajan a Portugal en busca de una vacuna, que no se administra en los Centros de Salud ni está disponible en las oficinas de Farmacia. ¿Hay razones para tanta alarma colectiva?

Los motivos para la preocupación siempre son razonables, sobre todo cuando hablamos de la salud de los niños. Pero en este caso hay una extraña confluencia del temor colectivo con el sensacionalismo de los medios y los intereses de la industria farmacéutica que, desde la sombra, alimenta la alarma social y promueve la demanda de una solución (la vacuna) que, por lo que se sabe hasta el momento, no es la panacea absoluta a este problema, tal como quieren hacer ver.

Porque la realidad es que la eficacia clínica de esta vacuna no se evaluó por medio de ensayos clínicos (como es de rigor) sino que fue deducida por medio de estudios de inmunogenicidad. Un organismo independende y riguroso como la SESPAS (Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria) elaboró un informe en el que afirma que los ensayos clínicos de seroconversión no dieron resultados suficientes, porque con una incidencia tan baja de enfermedad, parece imposible evaluar la eficacia con los ensayos clínicos habituales. Por lo tanto, la introducción de esta vacuna en el mercado parece basarse en las buenas intenciones a la espera de estudios de fase IV (post-comercialización).

La vacuna “experimental” Bexsero, fabricada por el poderoso laboratorio Novartis, si llega a aplicarse masivamente a nuestros niños, sería la primera vacuna que se comercializa sin disponer de datos de eficacia clínica, con la incertidumbre de que pueda realmente interrumpir la circulación de las bacterias y mantener la inmunidade de grupo. Nuestros niños podrían servir de “cobayas” al laboratorio, que obtendría una información muy importante sobre la eficacia y la seguridad de este producto después de la aplicación masiva en la población infantil. Nadie puede asegurar que no se van a provocar daños y perjuicios con esta práctica, pues el perfil de seguridad de la vacuna está por comprobar.

Es muy posible que a AEMPS (Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios) se haya precipitado dando vía libre a una vacuna con una efectividad poco evaluada y también es posible que las asociaciones profesionales que defienden su uso se equivoquen en su análisis, pues siempre es preciso estar seguro de que la vacuna es realmente eficaz y efectiva, cosa dudosa con la información actual. Se da el caso de que algunas de las sociedades profesionales que apoyan abiertamente la inclusión de esta vacuna en el calendario infantil tienen, en mayor o menor medida, conflictos de interés y vínculos estrechos con la industria farmacéutica .

Con los datos disponibles en la actualidad, procedentes de fuentes no contaminadas, podemos concluir que la meningitis B (aunque sea una enfermedad grave) tiene una baja incidencia y que esta vacuna carece de datos suficientes que avalen su eficacia y seguridad. También puede ocurrir, en caso de que se aplicase masivamente, que nuestros niños sean utilizados para “experimentar” con la vacuna y obtener datos sobre la misma aún desconocidos.

Hay que defender y apoyar las vacunas “de siempre”, que han evitado tantas enfermedades y salvado tantas vidas. Sólo pretendemos señalar las zonas de sombra existentes en la introducción de nuevas vacunas en el calendario. Porque hay empresas con fuertes intereses económicos, cómplices debidamente remunerados y una Administración errática, que no es capaz de defender el bien común frente a las presiones de los poderosos lobbies patrocinados por Farmaindustria.

La polémica vacuna de la meningitis B