jueves. 02.05.2024

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Han pasado varias horas y aún no tengo claro cuál debe ser mi evaluación final de "Depois do silêncio". Por un lado, debo reconocer que la nueva obra de la artista brasileña Christiane Jatahy me ha impactado de manera inusual, como pocas obras logran hacerlo, pero al mismo tiempo, me ha dejado algunas sensaciones agridulces que han nublado un poco el resultado final. Diría que mi impresión ha oscilado constantemente entre la admiración y el letargo.

Inspirada en la obra "Torto arado" de Itamar Vieira Junior, "Depois do silêncio" aborda el tema del racismo y la división social en Brasil, donde la vida puede tener menos valor que una bala. Al igual que el libro profundiza en las comunidades más deprimidas del interior del país, Christiane Jatahy enfoca su atención en una pequeña aldea en la que la esclavitud se manifiesta de diversas formas, y en la que sus habitantes necesitan contar sus historias casi como si estuvieran en una sesión de terapia.

"Depois do silêncio" aborda el tema del racismo y la división social en Brasil, donde la vida puede tener menos valor que una bala

Lo innovador de la propuesta es que Christiane Jatahy nos presenta una obra en la que realidad y ficción se entrelazan hasta volverse indivisibles e indistinguibles. Se trata de una obra que fusiona cine y teatro, creando una especie de falso documental con elementos del cine verité. La parte cinematográfica sigue la trama del documental "Cabra, marcado para morrer" de Eduardo Coutinho (1984), una obra de no ficción que relata el asesinato de João Pedro Teixeira, un líder campesino del noroeste de Brasil. Esta parte documental plantea dudas sobre hasta qué punto el relato juega con la verdad y la ficción.

De esta manera, el escenario e incluso el patio de butacas (en este caso, el Teatro Valle-Inclán) se convierten en una especie de plaza del pueblo donde las protestas y las demandas buscan eco. El elenco, encabezado por Caju BezerraJuliana FrançaAduni Guedes y Gal Pereira, da vida y voz a varios personajes del pueblo que relatan las injusticias y muertes que han ocurrido a lo largo de los años. Podría incluso pensarse que los actores son realmente habitantes del pueblo contando una historia real.

Después de una primera parte intensamente visceral y reivindicativa, con un fuerte componente social, comienza una segunda parte mucho más poética, donde la magia y los orishas nos sumergen en un relato lleno de símbolos e imágenes. Aquí, aproximadamente a la mitad de la obra, Christiane Jatahy rompe con el relato convencional y desafía todas las reglas narrativas que habían estado presentes hasta ese momento.

Casi no puedo creer lo que veo en el escenario, pero al mismo tiempo, todo lo que ocurre en el teatro tiene un componente mágico e hipnótico

Esta segunda parte juega con el metateatro y está menos lograda que la primera, lo que puede hacer que el espectador se sienta perdido y no tenga claro cómo continuará el relato. Es decir, nos encontramos ante una nueva obra con una narrativa y lógica excesivamente retorcida.

Mi dilema con "Depois do silêncio" radica precisamente en eso. Casi no puedo creer lo que veo en el escenario, pero al mismo tiempo, todo lo que ocurre en el teatro tiene un componente mágico e hipnótico. Por si fuera poco, la obra misma busca que el espectador caiga en un estado de letargo mágico al ritmo de tambores y bombos que intentan invocar a los orishas, pero que bien pueden llevar al espectador al sopor. La cuestión es si es posible volver a incorporarse a una obra que definitivamente ha dado un salto al vacío. Yo no lo logré del todo.

"Depois do silêncio" se presenta en el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional del 14 al 17 de septiembre.

"Depois do silêncio": magia y dolor en el Teatro Valle-Inclán