sábado. 27.04.2024
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En 1970 un muchacho de pueblo llamado Félix Alonso ingresó en el Cuerpo Superior de Policía como subinspector, y en 2013 se jubiló con el rango máximo de comisario principal. Cuarenta y tres años de trayectoria profesional que se han plasmado recientemente en un libro, Balas de fogueo, en el que quien esto firma ha echado una mano para ajustar las comas y los gerundios, que tanto se resisten al ciudadano común.

La virtud de Balas de fogueo es que, más allá de una biografía al uso, es un repaso a nuestra historia reciente desde una óptica un tanto peculiar. La vida profesional de Félix Alonso coincide con el devenir de España desde los últimos años del franquismo hasta la llegada de Mariano Rajoy al Gobierno, y constituye, por tanto, un recorrido preciso de lo que ha venido a conocerse como la Transición, con los antecedentes y estrambotes adecuados para ponerle contexto.

El libro es un manual de historia, pero de una historia muy precisa y poco atendida hasta ahora: la de cómo ha transitado la policía española por los años intensos, densos y borrosos de nuestra consolidación democrática a partir de unos mimbres procedentes, sin paliativos, de una dictadura.

Tres historias superpuestas

Félix no se anda con paños calientes en su autobiografía. Como quería Josep Pla, opina poco y se obstina en describir. Describe su infancia y adolescencia en los años sesenta del pasado siglo en San Lorenzo de El Escorial como hijo de un conserje del Monasterio en un capítulo fascinante, divertido y sorprendente, incardinado en los años oscuros de una España cerrada y cateta. Es un buen capítulo para calentar motores, pero no es importante. Lo importante empieza cuando Félix llega a la Academia y accede al Cuerpo Superior de Policía (lo que coloquialmente se conocía como “La Secreta”) en 1970. A partir de aquí la narración adquiere tintes rigurosamente históricos en la que puede seguirse la historia policial y política de la transición española con nombres, fechas y sucesos.

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Félix Alonso y Juan Torres.

Los nombres son muchos. Más de trescientos. Y Félix los menciona sin tapujos y sin ocultaciones, describiendo su papel en la historia que se cuenta. Aparecen todos los hombres -aún no había ninguna mujer, por cierto- que dirigieron los destinos de la Policía Nacional desde que Martín Villa accede a la cartera de Interior e inicia sus primeros intentos de modernización del cuerpo. Aparecen los pocos que, como Félix, apostaron desde el minuto uno por su democratización y pusieron en marcha la Unión Sindical de Policía (USP), a la que aún no se le ha reconocido suficientemente su esfuerzo por limpiar de franquismo sus anquilosadas estructuras. Aparecen gentes muy diversas, demócratas y menos demócratas, convencidos y advenedizos, profesionales serios y torturadores con carnet.

Félix Alonso pasó en Barcelona su primera etapa como inspector y ahí se topó con temas de mucho interés histórico, como el caso Vilá Reyes o el caso Puig Antich -ahora de nuevo en la palestra- y que en realidad debería llamarse el caso Anguas Barragán, nombre del policía al que mató el anarquista hoy sobrevalorado. Después, de nuevo en Madrid, Félix estuvo en los primeros balbuceos de la policía científica, en el impulso a la Delegación del Gobierno y, sobre todo, en la gestión de dos importantes comisarías de distrito: la de Moncloa-Universidad y la Usera-Villaverde, en la última de las cuales jugó un papel fundamental en el acercamiento de la actividad policial con la lucha democratizadora del movimiento ciudadano.

Balas de fogueo es un libro al que se le puede acusar de muchas cosas, pero ni de aburrido ni de falso. Es parcial, naturalmente, porque se trata de la autobiografía de un hombre que no oculta su filiación ideológica y que vivió cada circunstancia desde su propia posición personal. Pero ni engaña ni perora: describe lo que vio, lo que hizo y lo que otros hicieron, en una etapa de la historia de España que fue determinante en muchos aspectos para la configuración del país que hoy tenemos y cuyas instituciones -las policiales muy especialmente- proceden de un oscuro pasado al que aún le cuelgan algunas costuras..

Juan Torres | Escritor. Coautor del libro Balas de fogueo (Editorial Distrito 93).
(A LA VENTA)

Las costuras policiales de la Transición