Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx
He de admitir que tengo un cariño especial por el Festival Gigante y su manera de entender la música y la diversión. Un evento que surgió en Guadalajara con la intención de ser un espacio amigable y relajado para todos los amantes del indie, y que con el tiempo se ha convertido en una de las citas imperdibles del verano. El tiempo ha demostrado que su traslado a la Huerta del Obispo de Alcalá de Henares no solo lo ha fortalecido como festival, sino que también ha permitido mejoras en aspectos como la cercanía, la programación y la comodidad. Para quien suscribe, es uno de los festivales más accesibles en el panorama español, con una distribución de escenarios perfecta para cambiar de un concierto a otro sin aglomeraciones ni filas, y un recinto lo suficientemente amplio como para evitar agobios. A nivel organización es todo un ejemplo.
Sin embargo, hay aspectos que necesitan mejorar, como la prohibición de traer comida de fuera, lo cual no solo les ha llevado a enfrentar denuncias de FACUA, sino que también se percibe como una medida obsoleta y fuera de lugar en estos tiempos, en contraste con festivales más grandes como el Mad Cool o Primavera Sound, que han dejado de aplicarla hace tiempo. También deberían reconsiderar los precios de las bebidas dentro del recinto, ya que, por ejemplo, un mini de cerveza a 9 euros alienta a muchos seguidores a salir del recinto entre conciertos para beber en los numerosos bares (mucho más baratos) que rodean el lugar. Reduciendo los precios podrían retener a más seguidores dentro del recinto y recaudar más dinero a largo plazo.
Es uno de los festivales más accesibles en el panorama español, con una distribución de escenarios perfecta para cambiar de un concierto a otro sin aglomeraciones ni filas
No obstante, habrá tiempo para hacer un balance y sacar conclusiones mirando hacia el futuro en la edición de 2024, que celebrará su décimo aniversario. Personalmente, creo que, si aumentaran su oferta de conciertos gratuitos durante el día, podrían lograr un estilo similar al del Sonograma, algo que en la actualidad está lejos de suceder. Sin duda, Alcalá de Henares es una ciudad ideal para ello.
Entrando en detalles de la edición de 2023, es innegable que contaba con uno de sus carteles más ambiciosos hasta la fecha, con un elenco repleto de artistas de primer nivel, como Arde Bogotá, Shinova, Dani Fernández, Loquillo, Viva Suecia, Second, Tulsa, entre otros. Este cartel de primer nivel se complementaba con numerosos artistas emergentes muy interesantes que estaban ansiosos por destacar en la escena musical española, como Jornada B, Karavana, Irenegarry, Los Mejillones Tigres... En resumen, una gran cantidad de grupos de calidad que hacían de esta edición un punto de encuentro entre bandas consolidadas y emergentes.
De este modo, el jueves 31 abrió sus puertas el Festival Gigante con una programación lo suficientemente atractiva como para atraer a miles de seguidores a su recinto. Desde mi perspectiva, tres momentos sobresalieron ese día por encima de todos. En primer lugar, el espectacular concierto de Ángel Stanich, que ofreció una actuación impresionante, llena de carisma y en la que canciones como "Mátame Camión" o "Un Día Épico" se han convertido en auténticos himnos generacionales. Luego, el gran concierto de Dani Fernández, que fue otro punto culminante. Sin embargo, el momento de mayor exaltación llegó con Arde Bogotá. Los murcianos, que actuarán próximamente en La Riviera durante tres días consecutivos, presentaron un setlist que no dio tregua desde el momento en que subieron al escenario y dijeron eso de "Soltad a los perros porque me he escapado". La banda liderada por Antonio García demostró ser una de las más importantes y en forma de la actualidad.
El Festival Gigante se llevó a cabo con éxito y demostró una vez más que es una cita imperdible para cualquier amante de la música
El viernes 1 amaneció algo raro y ya se empezaba a hablar de la Dana que en poco tiempo tenía pensando ser la absoluta protagonista en la Comunidad de Madrid. A pesar de ello, la jornada transcurrió con tranquilidad, y solo al comienzo del concierto de Rufus T. Firefly fue necesario buscar refugio debido a la lluvia que amenazaba con empañar el día. Sin embargo, fueron solo momentos de lluvia pasajera, que cesó justo al comenzar "Un Breve e Insignificante Momento…", quizás la canción más icónica de Rufus. Luego, Loquillo demostró una vez más su veteranía y estilo, seguido de las emotivas y carismáticas letras de Shinova. Los problemas técnicos interrumpieron brevemente el concierto de Amatria, pero finalmente se resolvieron y permitieron disfrutar de otros veinte minutos de su actuación. Sus "Chinches" fueron especialmente bien recibidos en una fiesta que continuó hasta altas horas de la madrugada con We are not djs y Dj Moderno.
Llegó entonces la última jornada, que esta vez sí se vio afectada por la lluvia. La tarde comenzó relativamente bien con Alba Reche y Los Mejillones Tigres, pero cuando llegó el turno de Veintiuno, la lluvia se intensificó y muchos tuvieron que refugiarse bajo cualquier techo que encontraran. Hubo sentimientos agridulces entre el público, que veía con temor real la posibilidad de que todo se cancelara. A pesar de ello, la organización mantuvo la esperanza y no canceló el festival, con la esperanza (algo arriesgada) de que la lluvia cesara, lo cual resultó ser un gran acierto. Durante los conciertos de Viva Suecia y Second, la lluvia dio una tregua y los espectáculos pudieron realizarse sin problemas, con un público realmente emocionado. No hace falta decir que estos dos fueron algunos de los mejores conciertos de todo el festival, sobre todo teniendo en cuenta que al día siguiente la alerta roja por fuertes precipitaciones canceló todos los eventos en la comunidad. Algo que aquí no paso por muy poco.
En resumen, el Festival Gigante se llevó a cabo con éxito, a pesar de algunos contratiempos, y demostró una vez más que es una cita imperdible para cualquier amante de la música. Nos vemos en 2024.
