jueves. 02.05.2024

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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Hay muchas formas de analizar una película tan estimulante y creativa como “Sueños y pan”, el debut en la dirección de Luis (Soto) Muñoz, aunque quizás la primera reflexión que suscite sea el elogio al enorme talento que se encuentra en las escuelas de cine de nuestro país. Es importante recordar que todos los miembros de este proyecto se formaron en la Escuela Universitaria de Artes TAI, en Madrid. Es decir, esta película producida por Mubox Studio nace como una película de escuela, o lo que es lo mismo, un proyecto en el que se puede demostrar lo aprendido.

Sin embargo, “Sueños y pan” es una película absolutamente libre, imposible de clasificar, en la que su falta casi total de presupuesto, en contraposición con las ganas de hacer cine de sus miembros, da como resultado una cinta estimulante con algunos puntos que le otorgan un tono absolutamente delicioso. Rodada en blanco y negro la película nos cuenta la historia de Javi y Dani, dos jóvenes delincuentes que tratan de sobrevivir en Madrid mediante pequeños hurtos que no suelen generar demasiados ingresos. Todo cambia cuando roban un valioso cuadro que podría tener mucho valor en el mercado. El problema es que su plan de encontrar un cliente se va desmoronando a cada paso que dan.

“Sueños y pan” no es solo un ejemplo de cómo sacar adelante un proyecto sin apenas dinero, sino también una radiografía de una generación llena de talento

Aunque inicialmente en la película de Luis (Soto) Muñoz pueden encontrarse claras influencias del cine de autores como Jim Jarmusch, Chris Marker y especialmente de Carlos Saura en “Los golfos”, lo cierto es que la cinta esconde una narrativa y estética muy sorprendente en la que el cine quinqui y el video-ensayo de corte experimental se fusionan, creando una propuesta que sorprende por su ritmo y estructura. 

Sorprende aún más cuando Luis (Soto) Muñoz explica que la película tuvo que parar debido a la pandemia para ser retomada posteriormente, muchos meses después, desde una perspectiva totalmente distinta. El resultado es una película que se divide en varios bloques claros, pero que lejos de afectar a la lógica interna, le permiten enriquecerse narrativamente y ofrecer una mirada muy distinta de la inicial. Una narrativa que además rompe con la estructura clásica y nos brinda una película en la que la fotografía, el cine y la poesía crean una historia desafiante que no teme mostrar talento y creatividad, incluso cuando en algunos momentos este sea precisamente su principal problema y no sepa contenerse en algunos pasajes en los que se pasa de frenada. Sí, no es perfecta, pero difícilmente se puede pedir contención a unos chicos de 19 años en su primera película.

“Sueños y pan” nos propone un viaje por la vida de dos jóvenes que se encuentran totalmente al margen de la sociedad y que al igual que explicaba Manuel Vázquez Montalbán sobre la vida de “El Vaquilla”, son víctimas de su propio destino porque no han sabido, querido, o podido aprovechar las ocasiones que se les han presentado. Así, Luis (Soto) Muñoz, de la mano de dos actores con el carisma y el nivel de George Steane y Javier de Luis, construyen una historia muy oscura sobre drogas, delincuencia y falta de perspectivas. Destacan momentos de gran lirismo, como esa bonita escena en la recta final cuando los protagonistas se tumban sobre el techo de un vandalizado edificio y simplemente sueñan con una vida mejor y un mundo libre de ataduras. Pero ya saben, soñar es gratis, el pan no.

Fruto de la audacia de jóvenes llenos de talento, “Sueños y pan” no es solo un ejemplo de cómo sacar adelante un proyecto sin apenas dinero, sino también una radiografía de una generación llena de talento y con historias muy interesantes que buscan ser llevadas a la gran pantalla. El estimulante mundo creativo de Luis (Soto) Muñoz merece ser visto. Habrá que estar atentos.

'Sueños y pan': gran debut de Luis (Soto) Muñoz