viernes. 10.05.2024

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Jaime Polo Mínguez | @lovacaine

En el cine, a menudo nos encontramos con obras que perduran en la memoria del espectador. "La Estrella Azul", dirigida por Javier Macipe y a la cual tuve el privilegio de asistir en el pase de prensa de los cines Lys de Valencia, es una de esas películas que invita a sumergirse en su mundo, a sentir con sus personajes y a vibrar con su música.

La trama nos lleva a los vibrantes años 90, siguiendo los pasos de una estrella del rock español en su periplo por Latinoamérica en busca de reconectar con su vocación. En su travesía, se cruza con un músico anciano en horas bajas, desencadenando la formación de un dúo improbable con todas las papeletas para convertirse en un fracaso comercial épico.

La música, elemento central de la narrativa, sirve como hilo conductor entre la realidad y la ficción

Desde los primeros compases, ‘La Estrella Azul’ nos seduce con su atmósfera envolvente, invitándonos a quedarnos, a vivir con sus personajes y a formar parte de su universo. La música, elemento central de la narrativa, sirve como hilo conductor entre la realidad y la ficción, mostrando cómo ambas se entrelazan y colisionan en un ballet emocional.

Una de las escenas más destacadas de ‘La Estrella Azul’ es, sin duda, el casting, un momento magistralmente ejecutado que recuerda el genio de autores como Federico Fellini o Spike Jonze. En esta escena, el director parece aparecer en su propia película, haciendo un casting al protagonista, lo que añade una capa metalingüística a la narrativa. Me rompió totalmente los esquemas después de haber visto toda la película y que los actores tuvieran una profundidad totalmente distinta a la que podrían haber tenido en un primer casting. Nosotros hemos vivido el viaje y vemos la escena con unos ojos distintos, como un dios que comparte junto al director un camino, pero uno en el que él conduce y nos saca ventaja.

‘La Estrella Azul’ es una joya cinematográfica que va más allá de las fronteras del tiempo y el espacio

Macipe demuestra ser un director sumamente inteligente, especialmente en el arriesgado tercer acto de la película. Aquí, la trama toma giros inesperados, desafiando las convenciones del género y llevando al espectador por caminos desconocidos. Sin embargo, es precisamente en este acto donde la película alcanza su pleno esplendor, demostrando la maestría del director en el manejo del ritmo y la tensión narrativa.

En resumen, ‘La Estrella Azul’ es una joya cinematográfica que va más allá de las fronteras del tiempo y el espacio. Con una narrativa cambiante, entre la realidad y la ficción, y una banda sonora cautivadora, esta película es un testimonio del poder del cine para emocionar, inspirar y transformar. Una obra que merece ser vista, sentida y celebrada por todos los amantes del séptimo arte que se estrena el próximo 23 de febrero en todos los cines de España.

La estrella azul: el ‘Karate Kid’ de la música