Ainhoa Mela | @ainhoacriticas
Enric Auquer (Girona, 1988) hace tiempo que dejó de ser una joven promesa para convertirse en uno de los actores más polifacéticos de nuestra industria. Desde que ganara el Goya al mejor actor revelación en 2020 por su papel en “Quien a hierro mata” ninguna interpretación se le ha resistido al actor: comedia, drama y ahora la encarnación de una de esas figuras destacables de nuestra historia en “El maestro que prometió el mar”.
Cuando llegó a sus manos el guión de la película, Antoni Benaiges le era un total desconocido: “no conocía nada de él. Todos sabemos que España está llena de fosas con muertos aún por desenterrar, pero desconocía su historia concreta”.
Tras presentarse con éxito al casting con el que la directora Patricia Font buscaba encontrar al Benaiges que contara la historia de “El maestro”, a Enric Auquer le quedaba un largo trabajo por delante. El reto: conocer y descubrir una persona de la que pocos datos se tenían hasta hace poco. “El proceso de descubrirle fue un aprendizaje gigante. Tuve suerte de entrar en un proyecto donde el productor Francesc Escribano junto con otras personas han estado recuperando la memoria de Benaiges desde el 2010. Estaban llenos de información, habían escrito libros, novelas, de todo. Y empecé a empaparme de todo ello”.
El proceso de descubrir a Antoni Benaiges fue un aprendizaje gigante
Al conocer a Benaiges descubrió en él a un hombre que dedicó toda su vida al derecho a la infancia. “Un adulto que dedica su vida a la docencia es algo fantástico” asegura. “Es una vocación preciosa, además haciéndolo como él lo hizo. Una persona que se va a un pueblo de 200 habitantes donde no va a buscar un aplauso sino a transformar algo porque él cree firmemente en ello. Eso es algo precioso”.
Para comprender más al personaje, Auquer se acercó a la familia Benaiges que aún vive. “De su familia sólo sobrevive una sobrina y algunas personas cercanas que lo conocieron asi que no saqué una gran información de allí más que el compromiso y la responsabilidad de hacer que ellos sintieran propio suyo”.
Y con la responsabilidad de interpretar a alguien al que admira, el actor junto con el equipo se trasladó a Bañuelos y a Bibriesca. Los pueblos burgueses que acogieron a Benaiges a su llegada de Tarragona, acogieron el rodaje de la película con los brazos abiertos.
El compromiso y la pasión que Enric Auqer destaca en Benaiges es el mismo que le llevó a aportar al personaje y a la historia muchas más cosas que las que estaban escritas en el guión. “El acento catalán tan marcado que Benaiges tiene en la película fue una propuesta mía. Me interesaba recordar su catalanidad todo el rato, porque él surgió de allí y con ello el espectador entiende todo el rato que él estaba en un sitio donde no era el suyo. Eso me parecía muy interesante”.
Cuando habla de la película y de su papel a Enric Auquer se le ilumina la mirada, haciendo palpable el orgullo que siente por una historia y una cinta que llega para reivindicar. “Esta es una película que quiere hacer memoria del compromiso de los maestros de la República y para que no se borre la identidad de los asesinados” afirma el actor. “Eran unos idealistas con la idea preciosa de que a través de la educación podían transformar la sociedad. Luchamos contra la tragedia del olvido, dando voz a las historias de todas esas personas que quedan bajo tierra. Que todavía eso ocurra en España es una indignidad colectiva”.
Cuando habla de la película y de su papel a Enric Auquer se le ilumina la mirada, haciendo palpable el orgullo que siente por una historia y una cinta
A pesar de ser un tema que genera una gran polarización actualmente el de la memoria democrática, el actor no teme la respuesta de un público con sentimientos enfrentados ante la historia Benaiges y la de muchos otros. “Me da igual el debate que puede originar la película. Sé que va a pasar porque hay una lucha ideológica sobre este tema” afirma. “Venimos de una guerra fratricida y de una opresión y de muchos años de franquismo donde los que ganaron la guerra no se responsabilizaron, sino que siguieron oprimiendo a través del poder sin dar dignidad a las víctimas. Y así no se puede vivir en concordia. Es imposible. Mientras estos muertos son los muertos de un bando y no los muertos de todos, no habrá dignidad ni convivencia”.
A Auquer le queda la emoción con la que los familiares de las víctimas han recibido la película. “Presentamos “El maestro” en la semana del cine de Valladolid y hubo una catarsis colectiva muy fuerte. Hubo personas que se levantaron, aplaudieron, lloraron. Vino mucha gente a decirme que justamente hace 20 días identificaron con los bancos de ADN a la única mujer que había enterrada en La Pedraja. Lo decían con lágrimas en los ojos. Me llevo haber podido dar voz a un colectivo muy minorizado al que poca gente escucha. Por eso si además esto puede ayudar tomar conciencia y a que se exhumen más fosas bienvenido sea”.
