viernes. 03.05.2024

América es el último continente poblado por el ser humano, una parte del planeta desconocida por el Homo sapiens durante miles de años. Hasta que un cambio climático, entre otras muchas cosas, permitió que nuestros antepasados plantaran sus pies en ella.

  1. Glaciares sobre Canadá y Estados Unidos
  2. El paso de Asia a América

Científicos de diferentes partes del mundo debaten acerca de la antigüedad de dicho proceso, y hay una serie de preguntas clave que orientan las investigaciones arqueológicas en esta problemática: ¿Cuándo se produjo el poblamiento? ¿Desde dónde y por dónde? ¿Quiénes poblaron América y cómo eran sus formas de vida?

Más allá de los constantes avances y debates en los estudios sobre los primeros americanos, existe una serie de ideas que cuenta con consenso y que permiten tener un panorama general de cómo y cuándo fue poblada América. Por ejemplo, resulta claro que hace aproximadamente 17.000 años, hubo gente en Alaska usando artefactos de piedra en campamentos en los que se consumieron grandes mamíferos como mamut, caribú y bisonte. Las evidencias arqueológicas registradas en diferentes puntos del continente indican que dos milenios después, los seres humanos se habían dispersado hasta el sur de nuestro país.

Resulta claro que hace aproximadamente 17.000 años, hubo gente en Alaska usando artefactos de piedra en campamentos

Los humanos modernos salieron de África hace al menos unos 100.000 años y se expandieron, y en algún momento después de 40.000 años, desarrollaron la tecnología necesaria para empezar a explorar más hacia el norte

Hubo una migración primero hacia Asia, luego Australasia, más tarde Europa, pero América todavía quedaba muy lejos y sobre todo muy aislada.

Nuestro ADN contiene un archivo enorme de la historia de nuestros ancestros, un genoma que puede representar la historia de mucha gente diferente.

Para comprender este genoma, los científicos secuencian el ADN humano y de animales que todavía puede hallarse en restos de fósiles y esqueletos de cientos de miles de años, y se le llama “ADN antiguo”.

Los antropólogos obtienen conclusiones generales a partir de muestras muy, pequeñas de ADN antiguo, como dientes o fragmentos de huesos y, más recientemente, arcilla y arena. La Inteligencia artificial nos ayuda a interpretar los datos y a saber si ese ADN está contaminado, dicen los genetistas.

Descubrimos que varias poblaciones ancestrales contribuyeron a la ascendencia de los pueblos indígenas americanos, y no solo una, como se creía anteriormente.

Gracias a eso sabemos que el escenario del poblamiento de América fue mucho más complejo de lo que se creía, pero también mucho más interesante.

Situándonos en el tiempo, aproximadamente unos 25.000 años atrás encontramos en el período del Último Máximo Glacial, la última edad del hielo conocida en la historia de la Tierra, donde el mapa del mundo era muy distinto al actual. La mayor parte de Norteamérica estaba cubierta por una gruesa capa de hielo que hacía la región inhabitable.

Eran unas condiciones bastante difíciles, muchos lugares estaban inaccesibles y cubiertos de hielo, hacía muchísimo frío, y los humanos tenían que cazar y recolectar.

Situándonos hace 25.000 años, la mayor parte de Norteamérica estaba cubierta por una gruesa capa de hielo que hacía la región inhabitable

Mientras avanzaba el período glacial, el nivel de los mares del mundo fue disminuyendo, a medida que el agua se iba almacenando en las capas de hielo que cubrían los continentes. Había dos grandes glaciares que cubrían casi todo Canadá y que hacían prácticamente imposible ir hacia el sur.

Al final de ese período glacial, hace unos 12.000 años, las capas de hielo comenzaron a derretirse y aparecieron algunos refugios donde las condiciones no eran tan duras y los humanos podían alimentarse.

Uno de esos refugios fue Beringia, un puente de tierra que emergió del mar helado por el que las primeras poblaciones de humanos entraron en América, según las investigaciones realizadas. Se extendía desde lo que hoy conocemos como Alaska hasta Eurasia, y era un territorio seco, poblado de vegetación y fauna.

Actualmente está sumergido bajo el agua y no es posible hallar restos arqueológico, pero los ancestros de los indígenas americanos partieron desde Siberia en dirección a Alaska por aquel tramo de tierra y quedaron aislados durante algún tiempo en Beringia

Al disminuir la dureza de las condiciones terribles del Último Máximo Glacial, se abrieron ciertas rutas, a través de la costa y por el interior, que habrían permitido la entrada en América desde la zona de Beringia

Hay dos teorías sobre cuándo llegaron a América los primeros seres humanos. Una es la del poblamiento temprano, los que dicen que ocurrió hace unos 30.000 o 25.000 años, y la del poblamiento tardío, quienes consideran que fue hace unos 12.000 o 14.000 años.

Durante mucho tiempo, se pensó que el poblamiento fue tardío, conociéndose como “teoría clásica sobre el poblamiento de América” o “modelo clovis”. Los clovis, considerados a mediados del siglo XX la cultura indígena más antigua de América, utilizaban una técnica muy cuidadosa de tallado de piedras para cazar la fauna gigante que existía en la Edad de Hielo con unas herramientas que hoy conocemos como “puntas clovis”.

Puntas clovi
Puntas clovi

Se encontraron estas “puntas clovis” en yacimientos arqueológicos de hace unos 13.000 años esparcidos por diversas partes de Norteamérica, por eso se pensó que los clovis fueron los primeros pobladores de América.

Pero en años recientes varios estudios genéticos han rebatido esa idea, hoy son más los científicos y arqueólogos que sostienen que la ocupación de América ocurrió mucho antes de lo que se pensaba.

La mayoría de estos respaldan la teoría del poblamiento temprano, y no la del tardío, pero los investigadores no se ponen de acuerdo sobre una fecha concreta, o sobre qué sitios arqueológicos son los auténticos.

Por Beringia, un puente de tierra que emergió del mar helado, fue por el que las primeras poblaciones de humanos entraron en América

El análisis genético de poblaciones contemporáneas y antiguas fue clave para que la teoría del poblamiento temprano ganara peso y aunque algunos arqueólogos son escépticos respecto a los sitios tempranos, porque no aceptan los métodos de fechamiento, las asociaciones con actividad humana y el análisis de estratos arqueológicos que se ha reportado.

Sólo sitios muy bien excavados y documentados servirán para ir cambiando esas posturas.

Siguiendo con el debate de cómo entraron al continente los primeros seres los científicos barajan principalmente dos posibilidades: una ruta marítima o una ruta terrestre.

Glaciares sobre Canadá y Estados Unidos

La opción de una ruta marítima está ligada a la teoría del poblamiento temprano y ha sido respaldada por estudios arqueológicos, lingüísticos y genéticos relativamente recientes.

Según esta teoría, los primeros humanos habrían ingresado a América bordeando la costa del Pacífico, ya que en esa época tan fría el nivel del mar era más bajo y las costas mucho más amplias. No habrían podido atravesar grandes distancias ni corrientes marítimas que no les favorecieran.

No sabemos la fecha concreta, pero podemos hablar de hace unos 17.000 años o incluso 20.000 o 30.000 años

En cuanto a la ruta terrestre, son menos los científicos que dicen que esta ruta por tierra fue hace unos 13.000 años, coincidiendo con la teoría del poblamiento tardío. Los investigadores que defienden este modelo, creen que los primeros humanos que llegaron a América lo hicieron mucho después del Último Máximo Glacial, viajando por un corredor libre de hielo que se abrió paso en las Montañas Rocosas de Canadá a medida que se retiraron los glaciares. Los humanos habrían atravesado ese pasillo entre los glaciares por el interior de Norteamérica, para después esparcirse por Sudamérica.

Pero estudios de genética y el descubrimiento de sitios anteriores a los clovis junto con algunos estudios ambientales cuestionan esa teoría, por eso son más los científicos que defienden que el paso fuera por mar.

Uno de los descubrimientos más recientes fue el hallazgo en septiembre de 2021 de huellas humanas en un lago de Nuevo México que datan de hace más de 20.000 años.

Esas huellas sugieren que los primeros humanos llegaron a América en el apogeo de la Última Edad de Hielo y que pudo haber grandes migraciones sobre las que todavía no sabemos mucho.

Gracias a la genética sabemos que los ancestros de los primeros americanos se separaron de sus primos asiáticos, cuando entraron en Beringia, y que se movilizaron y mezclaron entre sí mucho más de lo que se daba por sentado, sobre todo durante los últimos 10.000 años. Los genetistas creen que hubo un mestizaje entre dos poblaciones humanas ancestrales, los antiguos norsiberianos y los antiguos asiáticos del este.

Son más los científicos que defienden que el paso fuera por mar, bordeando la costa del Pacífico, ya que en esa época tan fría el nivel del mar era más bajo

Uno de esos grupos habitó lo que hoy es el Sudeste Asiático. Se cree que ese grupo contribuyó mayoritariamente a la antigüedad de Los seres humanos, mientras que la otra rama surgió hace unos 39.000 años en lo que hoy es el nordeste de Siberia. Esos dos grupos convergieron hace unos 25.000 y 20.000 años.

Lo que explica la genética es lo que pasó después, de que hubo una serie de eventos demográficoscomplejos y la población, de nuevo, se dividió en dos. Una rama, los antiguos beringianos, no tuvo descendientes conocidos mientras que la otra, los americanos nativos ancestrales, sí.

Los científicos han llegado a estas conclusiones tras hallar una afinidad genética muy grande entre grupos ancestrales de Siberia y poblaciones del este de Eurasia.

Sabemos, por ejemplo, que los indígenas americanos están relacionados genéticamente con poblaciones del noreste de Asia por una serie de genes que permitieron a sus ancestros guardar energía en condiciones climáticas muy difíciles, añade un genetista.

A pesar de estos descubrimientos, todavía están tratando de precisar cuántos pueblos antiguos y actuales en América tienen conexión con el linaje genético de aquellos americanos nativos ancestrales.

El último descubrimiento en Nuevo México deja la posibilidad de que las primeras poblaciones se hubieran extinguido sin dejar descendientes, siendo reemplazadas por otros colonos cuando se formó el corredor de hielo.

Pero todavía no se sabe si fue así ni cómo habría sucedido, y mientras tanto, los científicos esperan que la herencia genética dé más respuestas sobre ​​la última gran expansión del Homo Sapiens en el planeta.

La forma de vida era la que denominamos cazadora-recolectora, es decir, gente que se mueve en pequeños grupos familiares, obteniendo los medios de subsistencia a través de la caza, la recolección y la pesca. Otra característica de estas poblaciones es la alta movilidad anual, en relación a cómo se distribuyen los recursos en el ambiente.

El último descubrimiento en Nuevo México deja la posibilidad de que las primeras poblaciones se hubieran extinguido sin dejar descendientes

La información paleo ambiental es un factor clave a tener en cuenta, ya que el poblamiento inicial de América se produjo a fines de la última glaciación. En ese lapso, el clima era más frío, distintos sectores del planeta estaban cubiertos por extensos glaciares y la superficie emergida de los continentes era mayor. Entre la fauna americana de entonces había grandes mamíferos actualmente extintos (mamuts, mastodontes, megaterios, gliptodontes y caballo americano) que obtenían su alimento en los grandes pastizales que en la actualidad se encuentran en extensiones mucho menores.

A través de los restos materiales detectados en esos sitios fue posible confirmar la alta antigüedad de la presencia humana en la región, reconocer las especies extinguidas que eran cazadas por aquella gente, entender cómo utilizaban las rocas para fabricar sus herramientas y conocer sus modos de expresión a través del arte rupestre.

Hace más de 30 mil años, antiguos pobladores del noreste asiático llegaron a Beringia y debido a los cambios climáticos del Último Máximo Glacial, quedaron atrapados ahí por milenios. Dos glaciares bloquearon las salidas en cada extremo de Beringia, uno en la cordillera Verhoyansk, en Siberia, y otro en el valle del río Mackenzie, en Canadá. Hace aproximadamente 15 mil años, los bloques de hielo comenzaron a derretirse, permitiendo que las personas antes atrapadas pueblen todo el continente americano.

Originalmente, esta población era similar a los humanos de Asia del Este. Sin embargo, al quedar atrapados por miles de años, estas personas desarrollaron sus propias mutaciones genéticas, diferenciándose así de las poblaciones asiáticas. A la población que quedó atrapada en Beringia y que luego desarrolló mutaciones genéticas la conocemos como los nativos americanos ancestrales.

Entre unos 22 mil a 18 mil años atrás, en Asia o quizás en Alaska, los nativos americanos ancestrales se dividieron en dos grupos genéticos: los antiguos beringianos y los nativos americanos. Esta última población, con el tiempo, se dividió nuevamente en dos grupos genéticos: los nativos americanos del norte y los nativos americanos del sur. Las poblaciones fueron dividiéndose genéticamente a través de los años.

Esta hipótesis está respaldada por estudios genéticos de los restos humanos de dos niñas, por las comunidades indígenas de la zona. Estos restos fueron encontrados en el sitio arqueológico de Upward Sun River ubicado en el valle del río Tanana en Alaska.

Al comparar el ADN de estas niñas con el de otras poblaciones, se encontró que el ADN nuclear de estas es el más parecido al de las poblaciones americanas nativas actuales, aunque también se demostró que las niñas eran parte de un linaje distinto al de las comunidades americanas actuales: eran antiguas beringianas.

Esto quiere decir que las niñas de USR tenían un ancestro común que era los nativos americanos ancestrales. En algún momento, este linaje se separó y dio origen, por un lado, a los antiguos beringianos y, por el otro, al linaje de los nativos sudamericanos y los norteamericanos.

A la mitad del Estrecho de Bering hay dos islas y entre noviembre y junio, se forma una capa de hielo que sirve de "puente" entre Asia y América

Ahora, esta división de las poblaciones pudo darse de diversas maneras. Según Potter, hay dos escenarios posibles en los que esto se pudo dar.

Lo que tenemos claro, hasta ahora, es que los humanos llegaron a América mucho antes de lo que pensábamos. Lo que no es claro es qué ruta tomaron.

Sin embargo, en el 2018, una revisión de bibliografía arqueológica, geológica, genética y antropológica publicada en la revista científica Science concluyó que la data apoya ambas hipótesis, aunque en una mayor medida apoya a la ruta terrestre. Dado que la data deja abierta la posibilidad de que cualquiera de las hipótesis sea cierta, aún no es posible un consenso arqueológico sobre cómo se pobló América, por lo que todavía son necesarias más investigaciones. 

Recientemente, en setiembre del 2021, un grupo de investigadores de varias universidades e instituciones de los Estados Unidos publicaron un artículo también en la revista Science en el que reportan haber encontrado evidencia incluso más antigua de presencia humana en América. Según esta última publicación, se han hallado huellas humanas en Nuevo México que tendrían entre 23 mil y 21 mil años de antigüedad. Este descubrimiento podría cambiar la comprensión que tenemos actualmente sobre el poblamiento de América, pero aún hacen falta mayores investigaciones.

El paso de Asia a América

Los continentes de Asia y América están separados por el mar. Entre el Cabo Dezhnev, en Siberia, y el Cabo Príncipe de Gales, en Alaska, hay un paso marítimo conocido como el Estrecho de Bering, que mide un poco más de 80 kilómetros. A la mitad de este estrecho hay dos islas, la Gran y la Pequeña Diomede. En esta parte, entre los meses de noviembre y junio, se forma una capa de hielo que forma un "puente" entre Asia y América. Aunque este paso es riesgoso por las fuertes tormentas que allí se dan y la fragilidad del hielo en ciertas áreas, es posible atravesarlo a pie y navegando.

Hace más de 10 mil años era aún más factible cruzar por ahí, porque esa zona estaba cubierta por un grueso manto de hielo, debido a una serie de glaciaciones que sucedieron en la Tierra. Se cree que hace 60 mil años comenzó la migración del Homo sapiens sapiens (la especie del ser humano moderno) de Asia a América. El avance fue lento: en el actual territorio de México hubo seres humanos hace unos 35 mil años y en el extremo sur, en la Patagonia, hace 12 mil 700.

Como los grupos humanos que habitaban Siberia eran nómadas y estaban acostumbrados a vivir en condiciones de frío extremo y escasos recursos, parece probable que su encuentro con el continente americano se debió a su constante exploración de territorios en la búsqueda de comida para sobrevivir.

La marcha humana que llegó a América avanzó muy lentamente al interior del continente. La penetración hacia el sur, desde Alaska, se realizó a lo largo de muchas generaciones. El movimiento de las familias dependió sobre todo de la cantidad de alimentos disponibles en las cercanías donde se encontraran. En los lugares y tiempos en que sobraba la comida, permanecían más tiempo y cuando faltaban los recursos, se dispersaban de nuevo.

La aventura de los primeros humanos a América