sábado. 27.04.2024
Rosa_Luxemburg

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@Montagut5

En esta pieza realizamos un ejercicio sobre la posible evolución de un personaje clave en la Historia de la izquierda, que perdió la vida de manos de fanáticos en 1919, y lo hacemos de la mano de otro personaje importante en el mismo universo político. Estamos hablando, nada más y nada menos, que de Rosa Luxemburgo y de Louise Kautsky.

Louise Kautsky realizó una semblanza de Rosa Luxemburgo, que El Socialista publicó en la primera página, coincidiendo con el décimo aniversario de su asesinato, es decir, en enero de 1929 (el artículo, realmente, se publicó unos días después del hecho, en el número del día 20.)

En una parte de su artículo Louise Kautsky realizó una serie de conjeturas sobre en qué lugar militaría Rosa Luxemburgo si viviera, que supone, como hemos expresado un ejercicio, que creemos interesante o sugerente porque pensamos que se hizo desde una posición serena, y que podría ajustarse a lo que hubiera podido ser, aunque eso, siempre es una conjetura. Que la autora de la misma fuera Louise Kautsky es, no cabe duda, una garantía de seriedad. Somos muy partidarios de estos ejercicios de “historia futurible” porque si se hacen con muchos elementos de juicio y ajustándose a un buen conocimiento de los hechos y los personajes, ayudan a razonar y hasta conocer mejor esos hechos y personajes.

Kautsky explicaba que los comunistas de distintas tendencias discutían con algunos socialistas sobre el “campo en que militaría Rosa Luxemburgo” si viviera. La misma Socialdemocracia se ocupaba de esta cuestión, porque su recuerdo se conservaba en “miles de corazones proletarios”.

Nuestra autora consideraba que sería muy improbable que hubiera obedecido incondicionalmente a Lenin primero, y luego a Stalin, pero también parecía poco probable que hubiera regresado al seno del Partido Socialdemócrata alemán, del que se separó en 1914.

Louise Kautsky afirmaba que, aunque parecía una discusión ociosa, apasionaba a unos y otros. Pero lo que importaría, siempre según nuestra autora, era que cuantos trabajaban con fe y confianza en la “realización de nuestra magna obra” eran unánimes en reconocer que Rosa Luxemburgo había hecho cuanto pudo en favor de la causa, sufrió por ella y murió por ella.

¿Cómo hubiera evolucionado Rosa Luxemburgo?