sábado. 27.04.2024
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Pedro Sánchez y Salvador Illa en el Congreso del PSC.

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Un Congreso no es cosa menor, que diría un tal M.Rajoy. Mucho menos menor tratándose del Congreso del primer partido de la izquierda aquí y el mayor en número de votos, con diferencia, de cuantos componen el primer partido de la izquierda en toda España.

Me estoy refiriendo, obviamente, al 15º Congreso del Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC-PSOE) que, bajo el eslogan “Ahora toca Catalunya” -y cuándo no-, se celebró en Barcelona del 15 al 17 de Marzo.

Yo soy un militante viejo, de aquellos que veníamos de un silencio, y siempre me he tomado muy en serio los congresos, contrariamente a otros compañeros que pensaban, sin decirlo, que las resoluciones y papeles congresuales eran flor de dos o tres días, que, clausurado el congreso, la vida continuaba en su cansina y previsible monotonía. Yo detestaba esa actitud por cínica y porque era un lujo evasivo para mí imposible pues una buena parte de los papeles congresuales no tenía más remedio que leerlos y trabajarlos, además de haberlos escrito antes, claro. Aprovecho para proclamar que también detesté, y detesto, esa gracieta de cuya autoría no me acuerdo, que dice que los programas electorales se hacen para incumplirlos.

Fiel a esa tradición, cuando cayó en mis manos la ponencia-marco que debía fundamentar el 15º Congreso del PSC-PSOE, lo primero que hice fue imprimir en mi copistería habitual sus 144 páginas y pasar a leerlas sin prisa y tomando notas, pues creo que se trata de un texto valioso, pese a algunas ausencias leves o clamorosas, estructurado en tres capítulos: 1) El primero es una buena suerte de cortar y pegar sobre la actualidad y los horizontes programáticos del proyecto socialdemócrata más allá de ámbitos y contextos concretos, por eso su título es “Propuestas socialistas para el mundo actual”. 2) El segundo ya va aterrizando, “Un proyecto para Catalunya”, en lógica con un partido que ha sido y aspira a seguir siendo de gobierno y eje vertebral de la política catalana. 3) Probablemente el capítulo más goloso a efectos de enmiendas pero, al mismo tiempo, el más convencional, “Organización, estatutos y código ético”, pues no creo que haya habido grandes novedades en estas materias tan internistas. Salvo, y no me parece nada bueno, que se consuma la desaparición de la obligación de los dos avales para adquirir la condición de afiliado al PSC-PSOE. Hace algún tiempo esa desaparición se produjo de facto, nadie me dio explicación de por qué y quién lo había decidido. A lo sumo, un comentario “práctico” “así, entrará más gente …” . Tal vez, pensé yo, pero no está claro que sean socialistas o aspiren a serlo; por el contrario, mucha de esa “más gente” venga a pillar a un partido que genera poder a muchos niveles. Aparte el hecho que un partido socialista no es un sindicato y, sin afán grupuscular alguno, pero es lógico e imperativo que haya algunas garantías ante el acceso de nuevos miembros. Eso eran los dos avales, no otra cosa. Pero, como siempre, el errado era yo pues éstos han desparecido del acervo interno del partido.

Anexo a este artículo el sumario exhaustivo de la ponencia-marco y de sus tres bloques a los que me vengo refiriendo. Ello dará una idea más cabal que mis comentarios telegráficos.

Y en esas estábamos cuando, unas horas antes de empezar el 15º Congreso, Aragonés convoca elecciones autonómicas anticipadas para el 12 de Mayo. Automáticamente el Congreso se transforma en una plataforma y una rampa de lanzamiento hacia las elecciones. El Congreso se electoraliza literalmente y los densos contenidos ideológicos, estratégicos, políticos, programáticos y organizativos se comprimen en una breve resolución especial que se presenta en la clausura y es aprobada por unanimidad. Se trata de un muy sintético manifiesto electoral que proclama que el PSC-PSOE no teme la convocatoria anticipada, que su líder partidario y electoral, Salvador Illa, está en plena forma, y que el programa electoral ya está hecho y rodó con mucho éxito en las elecciones autonómicas del 2021, en las municipales y generales de 2023, dando al PSC-PSOE unas victorias casi equiparables a los mejores tiempos de Reventós, Maragall o Montilla. La síntesis del programa exitoso es: Pasar página, una especie de exigencia imperativa orteguiana: “catalanes -él se refería a los argentinos, a las cosas, coño …”; unir y servir a Catalunya, es decir, agrupar todas las energías para la convivencia, el diálogo social y político, la paz civil, la atención y solución a los déficits y demandas legítimas -de la sanidad y educación al rescate del tejido industrial- de las amplias mayorías, ser locomotora en España y en Europa y no tábano identitario estéril. Todo eso, y más, es pasar página, unir y servir.

Cierto que el adelanto electoral, detonado formalmente por unos “comunes” que han vuelto a hacer gala de su fino instinto político (la ironía es mía), deja a Catalunya -y a España de rebote- sin Presupuestos para el 2004. Eso es malo en sí mismo justo en un año que hay elecciones de alto voltaje -vascas y europeas además de catalanas- y la falta de Presupuestos limita la maniobrabilidad del Gobierno nacional y de los partidos que lo integran, en especial del mayor de ellos, el PSOE.

No voy a ponerme a especular sobre el guirigai de la política española y lo importante que es para las fuerzas progresistas hacer las cosas bien para conjurar los riesgos ciertos de un gobierno nacional de derechistas y neofascistas. Eso que lo hagan los profesionales de la especulación y la profecía del pasado, que muchos cobran por ello, además. Me limitaré a decir que a pesar de todo, y son muchos los pesares, se pueden y se deben hacer las cosas bien en Catalunya para que resulten razonablemente bien. Es decir, en el caso del supuesto probable y deseable, de que los resultados en Catalunya den para un bipartito o tripartito social y progresista, ello sería un impulso real al proceso de recentraje y cambio en Catalunya, además de una contribución muy positiva a la mejor comparecencia de las fuerzas progresistas en los comicios vascos y europeos, además -y eso es lo más importante, de contribuir a afianzar la continuidad y progreso de la legislatura nacional en curso.

Si, por el contrario, por el peso de los resultados en Catalunya, o por la afición probada de los secesionistas al error y el bloqueo, volvemos a la casilla de salida de una alianza siniestra entre quienes literalmente se odian, la legislatura y el gobierno progresista de España precarizan más, si cabe, su viabilidad y el gobierno PP-Vox (probablemente bendecido por sus referentes europeos que van a gobiernos de ese signo tras las elecciones europeas de Junio) … lo veremos cada vez más cerca, para que tantos y tantos han hecho el gilipollas tantas y tantas veces sepamos por una larga temporada lo que vale un peine.

Ni pensarlo. Vamos, compañeras y compañeros, se puede y se debe, los socialistas cumplimos haciendo posible el título de este artículo: Saltar del 15º Congreso al Gobierno de la Generalitat de Catalunya. Que cada cual haga lo suyo como es debido y todo irá bien.

Manuel Zaguirre. Exsecretario general de la USO. Afiliado al PSC-PSOE.

PSC-PSOE: del Congreso a la Generalitat