Con esa perspectiva y esperanza nos hemos reunido esta mañana unos 5.000 militantes y simpatizantes del PSC en la Farga de Hospitalet del Llobregat para escuchar y dar soporte a un plantel de líderes socialistas de primer nivel: Nuria Marín, Jaume Collboni, Salvador Illa y Pedro Sánchez.
Con ese mismo espíritu e ilusión lo han hecho en Madrid miles de militantes progresistas a la convocatoria de la compañera Yolanda Díaz. No obstante, me referiré casi en exclusiva a la primera reunión, por razones militantes obvias y porque, de momento, no puedo estar en dos sitios a la vez, ya me gustaría.
La ciudad elegida no ha sido por casualidad, todo lo contrario; Hospitalet de Llobregat tiene alcalde y ayuntamiento socialista desde las primeras elecciones municipales de 1979, ininterrumpidamente.
El hilo conductor de las intervenciones de los cuatro líderes ha sido el mismo: el balance detallado de lo mucho y bueno que ha hecho el Socialismo Democrático, el PSC y el PSOE, en Hospitalet del Llobregat, en Barcelona, en Catalunya y en España, y los proyectos en vías de ejecución para lo que queda hasta las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y las elecciones generales del próximo diciembre.
Ese es el camino para una victoria que está en el ambiente: explicar exhaustivamente hasta los últimos rincones lo que se ha hecho de bueno para las clases populares a pesar de que han sido cuatro años infernales que arrancaron con la pandemia y persisten aún con los efectos de la guerra de Putin contra Ucrania y contra Europa, y a pesar de una oposición extremista y derechista que es como las mulas: coceadora y estéril.
Se puede y se debe ganar para dar continuidad y profundidad a las políticas de justicia y progreso social, de equidad fiscal, de reforzamiento irreversible de los servicios sociales fundamentales, de igualdad de las mujeres trabajadoras, de transformación y modernización de nuestra economía y nuestros sectores productivos, de consolidación del papel clave que juega España en la Unión Europea y en una compleja y riesgosa coyuntura internacional.
Lo digo como lo pienso y lo siento, sin arrogancia ni complejo alguno: sólo una holgada victoria del Socialismo Democrático, del PSOE y del PSC, en mayo y en diciembre, garantiza la continuidad y renovación a la vez de un Gobierno progresista plural en España y en sus principales ciudades y comunidades autónomas.
Con 150 años de historia y tradición en nuestro país, el Socialismo Democrático nos enseñó que todos continuamos lo que otros continuaron, que nadie es el comienzo de nada, que el Mediterráneo hace tiempo que se descubrió, que los cielos quedan lejos y se resisten a ser asaltados. Dicho lo cual, deseo de corazón a la compañera Yolanda, por el bien de todos, que obtenga los mejores resultados en su empeño de coordinar y cohesionar 12 partidos políticos -13 si se suma Podemos-, pero sin perder el norte ni sobredosis de entusiasmo.
Que así sea, España y su mayoría social y popular lo necesitan y lo merecen.
